Doble crimen en Cuenca

¿Quién escribió «te odio» en la pantalla del televisor?

Este misterioso mensaje apareció en una de las casas de Sergio Morate, que mañana se sienta en el banquillo acusado de asesinar en 2015 a su ex novia Marina Okarinska y a Laura del Hoyo, una amiga de ésta. Él le confesó a una prima: «La he liado parda»

¿Quién escribió «te odio» en la pantalla del televisor?
¿Quién escribió «te odio» en la pantalla del televisor?larazon

Este misterioso mensaje apareció en una de las casas de Sergio Morate, que mañana se sienta en el banquillo acusado de asesinar en 2015 a su ex novia Marina Okarinska y a Laura del Hoyo, una amiga de ésta. Él le confesó a una prima: «La he liado parda».

En el verano de 2015 media España seguía con preocupación las noticias que llegaban de Cuenca: dos jóvenes, Marina Okarinska, de 26 años, y Laura del Hoyo, de 24, habían desaparecido. Su ausencia, por inesperada, generó una enorme inquietud. Sus familias, desgarradas, pedían que cualquiera que tuviese una pista sobre su paradero, la aportase. Durante muchas horas sus corazones fluctuaron entre el deseo de que se tratase de una chiquillada y el pavor a encontrarlas muertas. Al cumplirse el séptimo día de su desaparición, un hombre, que había salido a pasear a su perro, localizó los cadáveres de ambas junto al nacimiento del río Huécar, a seis kilómetros de donde las vieron por última vez.

Este lunes, más de dos años después, comienza el juicio, una vista oral que va a quedar mediáticamente ensombrecida por las crisis de Cataluña. Quizá también porque no hay misterio y nadie duda de qué va a ocurrir. Sergio Morate, el único acusado, será condenado: «El juicio sólo va a servir para oficializar de lo que todo el mundo está convencido desde el principio, que fue él quien las asesinó», apunta una fuente judicial que estuvo presente el pasado jueves durante la elección de los nueve miembros titulares del jurado popular. «A todos se les preguntó sobre si tenían una opinión ya formada sobre la inocencia o culpabilidad de Sergio Morate. Los que aseguraron que era un asesino fueron recusados», relata la misma fuente. A la defensa se le acabaron las recusaciones «y aún así cuatro miembros del jurado popular seleccionados para juzgar al acusado se manifestaron abiertamente a favor de la culpabilidad y de que estuviera en la cárcel y el magistrado presidente se negó a excluirlos».

Acusaciones y defensa discrepan sobre si hay pruebas suficientes para condenarlo. En contra de la culpabilidad están las bolsas de basura, las bridas y la cinta americana que los policías encontraron en el río Huécar, porque no coinciden con las que la Policía científica se llevó de la casa del sospechoso. Se inspeccionaron varios vehículos de Sergio Morate, pero tampoco allí se encontró ADN de Marina o de Laura, ni una huella, un pelo o una fibra y en alguno debió trasladarlas de su domicilio hasta donde fueron localizados sus cuerpos. La casa del acusado, donde supuestamente asesinó a las dos jóvenes, se procesó milimétricamente hasta en cuatro ocasiones. En una de ellas incluso con la ayuda de perros especializados en la búsqueda de rastros de sangre y de restos cadavéricos. Sin éxito. Tampoco hallaron nada que lo vinculase con el crimen en el trastero ni en el garaje ni en dos casas más que la familia Morate posee en la provincia. Además, en el sumario, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, constan dos autopsias contradictorias. En la oficial se afirma que las jóvenes murieron asfixiadas. En otra rubricada por dos expertos de la Universidad Complutense de Madrid se niega que las jóvenes muriesen estranguladas.

Frente a esta ausencia de evidencias, las acusaciones exhiben una pequeña garrafa de agua de la Virgen de Lourdes junto a los cadáveres con el ADN del acusado, lo que le situaría deshaciéndose de los cuerpos, el hecho de que se fue de Cuenca el mismo 6 de agosto en el que desaparecieron las jóvenes, lo que se interpreta como una huida y su confesión. Nunca ha reconocido los hechos en un juzgado ni delante de su abogado, pero una prima suya declaró que el día después de la desaparición de las dos jóvenes «me escribió y me pidió que borrase todas sus cuentas, las de Facebook, Badoo y su correo electrónico. Me reconoció: “La he liado parda. No pienso en lo que he hecho. Solo me preocupo de mí mismo. No quiero pensar en familiares y amigos que me reprochen lo que pueda haber hecho. Dile a mi madre que hemos hablado y encárgale que contacte con nuestro abogado». Eso fue lo que me dijo y luego bloqueó la comunicación».

Un policía afirmará que también a él Sergio Morate le vino a confesar el doble asesinato y que fanfarroneó: «Ya ves la que he liado. Has detenido a un famoso». El agente explicará que no grabó la confesión ni había un abogado delante, y que él no lo interrogó sino que fue una confesión espontánea. Del momento del crimen no le dijo palabra, pero sí de cómo se deshizo de los cuerpos de las dos jóvenes: «Las metí en bolsas de basura, aparqué el coche junto a la puerta del ascensor del garaje. A una la metí en el maletero y a otra en el asiento de atrás. Escuché un ruido y pensé que era un vecino. Ahí me cagué (...). Cuando me puse a hacer el agujero y vi el resultado pensé que tenía que huir de España. Tuve hasta agujetas de cavar tanto. Me duraron toda la semana. Tenía tanta adrenalina que no podía dormir. Y ya te digo que si llego a tener tiempo para prepararlo no me habríais pillado».

Y un misterioso hallazgo de la Policía que queda sin resolver: ¿quién y por qué alguien escribió “te odio” sobre la pantalla del televisor de una casa de Morate?