Burgos

Recuperados efectos valorados en más de 3 millones procedentes de robos en varias provincias

Los arrestados llegaban incluso a recorrer 1.000 kilómetros en una sola noche para cometer los asaltos

Recuperados efectos valorados en más de 3 millones procedentes de robos en varias provincias
Recuperados efectos valorados en más de 3 millones procedentes de robos en varias provinciaslarazon

En el dispositivo participaron más de 600 agentes de ambos cuerpos policiales y fueron detenidas 53 personas e investigadas otras 20 como presuntas autoras de multitud de delitos de robo.

La Policía Nacional y la Guardia Civil han recuperado efectos valorados en más de tres millones de euros procedentes de cientos de robos –los investigadores estiman que podrían ser alrededor de 500- cometidos en varias provincias, todo ello en el marco de una investigación conjunta que culminó con la desarticulación de un grupo especializado en asaltar viviendas y naves industriales. En el dispositivo participaron más de 600 agentes de ambos cuerpos policiales y fueron detenidas 53 personas e investigadas otras 20 como presuntas autoras de multitud de delitos de robo cometidos en las provincias de Ciudad Real, Toledo, Madrid, Cuenca, Guadalajara, Cáceres, Segovia, León, Valladolid, Burgos y Palencia. Además, se efectuaron 39 registros en los que los agentes se incautaron de miles de efectos procedentes de los asaltos. Los arrestados llegaban incluso a recorrer 1.000 kilómetros en una sola noche para cometer los asaltos, materializado varios hechos en puntos muy distantes entre sí.

La investigación se inició tras la comisión de varios robos en la provincia de Ciudad Real entre los meses de marzo y mayo del pasado año, tanto en empresas radicadas en polígonos industriales como en domicilios habitados, segundas viviendas, establecimientos públicos, explotaciones agrícolas y otros lugares.

Con la finalidad de localizar y detener a los presuntos autores de estos hechos, así como la de recuperar el mayor número posible de los efectos sustraídos, se desarrolló una investigación conjunta por parte de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. A raíz de las primeras averiguaciones, análisis y estudios llevados a cabo, se determinó la existencia un modus operandi definido, que llevó a los investigadores a determinar que los autores de estos robos formaban parte de una organización criminal especializada en cometer este tipo de delitos y en lucrarse económicamente con la venta de objetos robados.

Complejo entramado

Conforme avanzaban las investigaciones fue descubriéndose la implicación en los hechos de un gran número de personas que integraban la organización criminal. Se comprobó igualmente que contaban con una estructura perfectamente estructurada, con una división clara y bien definida de funciones para cada uno de sus integrantes. También se descubrió que utilizaban multitud de vehículos, que intercambiaban entre ellos, para dificultar las labores policiales.

Conforme avanzó la investigación se observó que se dividían en seis células para cometer robos con fuerza, cada una de las cuales actuaba en una de las zonas geográficas en las que habían dividido el territorio nacional, a las que se unía el aparato de dirección y blanqueo de capitales y el dedicado a la venta de los objetos sustraídos.

La dirección estaba formada por cinco personas que se encargaban de la receptación y blanqueo de capitales utilizando para ello testaferros y empresas pantalla. A la cabeza se ubicaba el líder y principal objetivo de la investigación, que imponía su autoridad a sus subordinados a través de rígidas normas de conducta, y contra los que utilizaba la violencia física y psicológica.

Vendían los objetos en webs

Las células encargadas de cometer los robos variaban en su composición entre los cuatro y diez integrantes dependiendo de la zona de actuación en la que desarrollaban su actividad. Por último, un grupo compuesto por doce personas, se encargaba de la distribución de los objetos sustraídos, que eran vendidos a terceros por receptadores puntuales o empresas recuperadoras de materiales -ubicadas en las localidades madrileñas de Mejorada del Campo, Vicálvaro y Coslada-, y en establecimientos de compraventa de objetos usados. También utilizaban las nuevas tecnologías para dar salida al producto de sus robos, empleando conocidas páginas web de compraventa de objetos entre particulares o entre estos y empresas.

Finalmente se determinó que la organización criminal estaba compuesta por un número superior a 70 personas y que contaba en las localidades madrileñas de Coslada, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz -donde se reunían a diario para establecer y fijar los lugares donde iban a perpetrar los robos-, con numerosos domicilios, garajes, almacenes y trasteros que utilizaban como bases logísticas, donde almacenaban los objetos robados. Sus integrantes llevaban un alto nivel de vida, sin que la mayor parte de ellos desarrollara ninguna actividad lícita remunerada, conduciendo vehículos de alta gama y celebrando continuas fiestas en clubes de alterne, discotecas a puerta cerrada y otras actividades lúdicas similares.

Hasta 1.000 kilómetros en una noche

Los investigados aprovechaban las noches para desplazarse, cometer los robos y regresar a sus puntos de origen. En sus viajes utilizaban distintos turismos y furgonetas con los que se dirigían hacia ubicaciones fijadas de antemano, donde iban a cometer las sustracciones. Una vez en esos lugares, reconocían la zona y varios de los integrantes de la célula cometían los hechos delictivos. Mientras, los conductores se desplazaban a áreas de servicio o pueblos cercanos para no llamar la atención, a la espera del aviso de los autores materiales de los robos para su posterior recogida. Después regresaban a sus residencias y llevaban los objetos sustraídos hasta el lugar previamente determinado. Llegaban incluso a recorrer 1.000 kilómetros en una sola noche para cometer los asaltos, materializado varios hechos en puntos muy distantes entre sí.

Un dispositivo con más de 600 agentes

Más de 600 agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, empleando dos helicópteros, efectivos de caballería y numerosos medios terrestres, llevaron a cabo a finales del pasado mes de febrero 39 registros simultáneos en las provincias de Ciudad Real, Toledo y Madrid.

En estos registros se aprehendió una gran cantidad de efectos procedentes de los robos -para el traslado de los efectos recuperados fueron necesarios dos camiones-, entre los que figuran televisores de plasma, ordenadores portátiles, videoconsolas, discos duros, tabletas, reproductores de DVD, cámaras de vídeo, cámaras fotográficas, calderas de gas, grupos electrógenos, bombas sumergidas, teléfonos móviles, baterías de repetidores de telefonía móvil, pértigas, maquinas de lavado a presión, equipos de pesca con embarcación incluida, bicicletas, una motocicleta, aparatos de topografía, dinero falso, joyas, relojes valorados en algunos casos en más de 30.000 euros, diamantes, gran cantidad de botellas de bebidas alcohólicas, trofeos de caza, maletines de herramientas de mano, taladros, radiales, herramientas de jardinería y limpieza sierras de calar, elementos de radiadores, puertas, aparatos de aire acondicionado, sanitarios, desbrozadoras, niveles eléctricos, GPS de tractores auto-guiados de gran valor económico y machetes de grandes dimensiones. Además de material sustraído fueron intervenidos seis vehículos de alta gama utilizados por la organización, así como 260.000 euros en efectivo.

El dispositivo se saldó también con la detención de 53 personas, de edades comprendidas entre los 23 y 56 años de edad, 47 de ellas de nacionalidad rumana, 5 españoles y un marroquí, resultando totalmente desmantelada dicha organización criminal. Otras 20 personas más fueron informadas de sus derechos en calidad de investigados no detenidos.

Con esta operación se han esclarecido un total de 108 delitos de robo, 32 de los cuales fueron perpetrados en la provincia de Ciudad Real, 39 en la de Toledo, 10 en la de Madrid, tres en las provincias de Cuenca y Segovia respectivamente, dos en cada una de las provincias de Guadalajara, León, y Burgos, cuatro en la provincia de Valladolid, 10 en la de Palencia y uno en la de Cáceres.

La investigación continúa abierta, no descartándose nuevas detenciones. Asimismo debido a la gran cantidad de efectos intervenidos que se están analizando, se cree que el número de delitos esclarecidos puede llegar a alcanzar la cifra aproximada de los 500 delitos.