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Once años para abrazar a su hija

El calvario de María José Carrascosa, que pasó una década en una cárcel de EE UU por secuestro parental, ha tocado a su fin. Ayer, por fin, volvía a España

María José Carrascosa
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El calvario de María José Carrascosa, que pasó una década en una cárcel de EE UU por secuestro parental, ha tocado a su fin. Ayer, por fin, volvía a España.

Casualidades del destino, el mismo día que Juana Rivas salió de su escondite para responder ante el juez por una posible sustracción de menores al fugarse con sus dos hijos durante 26 días para no entregárselos a su padre, María José Carrascosa aterrizó en España tras haber pasado nueve años en una prisión estadounidense por el mismo delito.

Esta abogada valenciana conoció en 1999, mediante un chat de Internet, al americano Petter Innes y en menos de cinco meses de relación, en marzo, se casaron. María José se trasladó a Nueva Yersey y en diciembre nació su hija. Tras cinco años, la pareja puso fin al matrimonio y acordaron por contrato que ninguno de los dos progenitores podía sacar a la menor del país sin el consentimiento de ambas partes, así que el pasaporte quedó bajo custodia del despacho Lesvenich & Marzano-Lesvenich, encargado del proceso de divorcio. Pero el bufete acabó por entregarle la documentación de la menor a la madre y en 2005 viajaron juntas a España. Su ex marido denunció a María José por secuestro parental y los tribunales americanos le dieron la custodia de la menor. Un año después, Carrascosa volvió a Nueva Jersey para responder ante la Justicia y se le ordenó que devolviera a su hija si no quería ser encarcelada por secuestro y desacato. María José no aceptó y finalmente, en 2009, fue condenada a 14 años de cárcel.

Cumplió nueve. En abril de 2015 salió de prisión bajo fianza bajo intercesión de su ex marido –dijo al juez que «retenerla en prisión no vale para nada» porque está «enferma mentalmente»–, y hace poco más de 20 días obtuvo la libertad total.

En todo ese tiempo entre rejas su hija ha crecido: tenía cinco años la última vez que la vio y en abril de este año ya cumple la mayoría de edad. Y su madre, Maruja, está muy deteriorada. «Por eso no ha podido venir», explicó José Carrascosa, el padre de María José mientras esperaba en el aeropuerto de Manises. «La vez anterior que estuve en el aeropuerto vine a traer a mi hija, que se iba para 21 días a un tema a EEUU y se han convertido en once años los que hemos tardado en reencontrarnos», declaró.

El avión aterrizó a las once de la mañana y la letrada, visiblemente emocionada, agradeció a la Prensa «el apoyo recibido todos estos años». En una breve intervención ante los medios, sólo dijo estar «deseando llegar a casa y abrazar primero a mi hija, necesito verla ya». «Todo se ha acabado; ya está», contestó su padre. «Ahora a empezar la nueva vida, lo primero es lo primero y después, como ha pedido mi hija, a comer paella».