Comunicación

Rosebell Kagumire: África, periodismo y activismo social

La bloguera ugandesa participó en un encuentro con periodistas españolas donde habló de las dificultades para reportear en su país, los derechos de la mujer africana y su representación en los medios.

Rosebell Kagumire / Casa África
Rosebell Kagumire / Casa Áfricalarazon

La bloguera ugandesa participó en un encuentro con periodistas españolas donde habló de las dificultades para reportear en su país, los derechos de la mujer africana y su representación en los medios.

Conversar con la escritora ugandesa Rosebell Kagumire es de esos momentos que uno disfruta en lo personal y en lo profesional. Una plática que te lleva a un continente que, por suerte, se va metiendo cada vez más en las redacciones de los medios europeos, y cada vez más con voces nuevas que se alejan de los gastados estereotipos.

Es una de las periodistas africanas más activa en redes sociales, conferenciante y consultora para organizaciones internacionales como Woman’s Link, nombrada por el Foro Económico Mundial en 2013 como una de las jóvenes líderes mundiales con menos de 40 años. En sus crónicas desde Uganda, Kenia, Tanzania o Ruanda ha retratado las dificultades de la mujer africana, la complejidad de la migración y el delito de trata de personas.

Rosebell empieza hablando de política. No se puede entender lo que sucede en alguno de esos países sin reflexionar antes que hay jóvenes, que como ella, solo han conocido a un presidente en toda su vida. Líderes que se han perpetuado en el poder de forma fraudulenta, donde hay una baja representación de mujeres parlamentarias, altas tasas de desempleo y mucha inseguridad ciudadana.

Es el caso de Uganda, de donde es originaria. “Estamos pasando por un momento de mucha tensión. Los periodistas estamos siendo vigilados online para ver de qué escribimos, están pagando a trolls para impedir la libertad de expresión a través de las redes sociales, y han aumentado las detenciones de reporteros y el acoso a editores, a quienes se les obliga a contar a la policía en qué tipo de historias están trabajando”.

Una intimidación que no solo reciben los periodistas locales. Las organizaciones sociales que se atreven a criticar los longevos mandatos presidenciales han sido también objeto de persecución.

En una situación así, el acceso a la información se vuelve una necesidad. “Este año he visto cómo algunos de mis amigos han sido secuestrados por expresar su opinión, o forzados a abandonar su puesto en las redacciones. Yo misma he estado amenazada”. Algo que les ha obligado a establecer sus propios protocolos de seguridad. “Para protegerte tienes que confiar en tus amigos o en otros colegas de la profesión. Si alguien es arrestado por ejercer su trabajo, el resto lo difunde públicamente en sus plataformas. Afortunadamente hay mucha solidaridad entre nosotros”.

WhatsApp y Facebook Live, las mejores vías para compartir noticias

La penetración de Internet y la telefonía móvil ha aumentado la demanda de información y, a su vez, facilitado el acceso a ella gracias a las nuevas aplicaciones. WhatsApp y su sistema de mensajes encriptados la ha convertido en una de las formas más seguras para difundir la información y alertar a los colectivos en caso de amenazas. Facebook Live está siendo usado para transmitir en directo y evitar los filtros de la censura gubernamental.

“Gracias a las plataformas online los propios africanos se están interesando más por lo que está pasando en nuestros países. Lo veo en muchos de mis seguidores en Twitter. Cómo gente de Mozambique o el Congo me escriben y preguntan sobre lo que está sucediendo en mi país”.

‘Mujeres en los medios’

“Hablar de género no es solo reproducir historias de mujeres, sino que la perspectiva de género forme parte de cualquier tema que cubras”, nos comparte Rosebell, sobre los encuentros que organiza con otros periodistas ugandeses donde reflexionan sobre las coberturas realizadas.

La escritora señala que hay muchos medios que cuando tocan historias políticas no consultan las voces de las mujeres. “Solo un 20% de las fuentes lo son. Las pasan por alto en entrevistas sobre política exterior o militar”.

Uno de los temas polémicos en su país, pero necesarios para frenar la violencia contra las mujeres, es la educación sexual en las escuelas y la protección a los derechos reproductivos. La ministra de Educación ugandesa, quien además es la esposa del presidente, está frenando una iniciativa que proponía avances al respecto. “Incluso cuando técnicos del propio Ministerio hablaban en favor de impulsarla, los titulares de los periódicos decían: “Se enseñará Sexo en las escuelas a niños de 3 años”, en lugar de “Se enseñará educación sexual”.

Una lucha que se establece desde la propia semántica.

La cobertura de África desde los medios europeos

En la ecuación de cómo se representa al continente africano la sensación que queda a veces es que las coberturas han sido muy contrapuestas. “Recuerdo portadas como las de The Economist donde primero se hablaba del Dark Africa (África Oscura) en el sentido negativo y, poco después, del Africa Rising (El auge de África). No se puede contraponer tanto ni llevar las cosas a los extremos, porque no es ni una cosa ni otra”.

Rosebell huye de las categorizaciones y los patrones. Le preocupa que se meta a mil millones de personas bajo un mismo titular.

-“¿Cómo deberíamos cubrir África desde Europa?”, le preguntamos.

-“Todo depende de cuánto se quiera invertir -nos responde-. Es fácil tener una idea, pero de nada sirve si no se le dedica tiempo para llenarla de contenido. A veces se cae en el error de pensar que, como ya se han cubierto demasiadas cosas negativas hay que buscar las positivas”.

La apuesta, dice, debe ir más por acudir a los periodistas locales, contar con ellos.

“Muchas veces cuando los reporteros occidentales llegan al continente acaban recurriendo a otros periodistas, también occidentales, que viven allí. No digo que no se hable con ellos, pero ya se está poniendo un filtro más”.

Contar la ‘realidad africana’, desde las diferentes realidades que hay en cada país, con historias nuevas, nuevos enfoques y nuevas narrativas.