Psiquiatría

Salud mental: sin miedo a salir

La Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Aranda y Obra Social La Caixa llevan atención médica a las zonas rurales.

El proyecto «Detección preventiva y empoderamiento en salud mental» se desarrolla en Aranda
El proyecto «Detección preventiva y empoderamiento en salud mental» se desarrolla en Arandalarazon

La Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Aranda y Obra Social La Caixa llevan atención médica a las zonas rurales.

Las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental grave necesitan de un acompañamiento continuado y apoyo para garantizar su bienestar y autonomía, algo que no siempre es sencillo, ya que en ciertos casos estas personas no disponen de recursos y servicios específicos a su alcance. Esa situación es precisamente la que viven los vecinos de las poblaciones rurales de la Ribera del Duero, quienes deben desplazarse hasta Aranda para poder recibir una atención adecuada.

En este contexto, la Asociación de familiares y personas con enfermedad mental de Aranda puso en marcha en el año 2016 el programa «Detección preventiva y empoderamiento en salud mental», un proyecto destinado a «detectar cuántas personas de la zona rural de la Ribera del Duero no recibían atención en salud mental por falta de recursos específicos en la zona, los cuales se concentran en la ciudad, y procurar su bienestar y autonomía», explica la directora de la entidad, Eva Fernández.

Así pues, en una primera fase, dos técnicos de la asociación se encargaron de dar a conocer el programa a los profesionales de los diferentes recursos sociales de estas poblaciones rurales y establecer vínculos con ellos con el fin de que, desde estos recursos, deriven a la asociación a aquellos vecinos con algún tipo de enfermedad mental grave que necesitan atención. Completada esta tarea, en una segunda etapa y en el marco del programa de «Detención preventiva y empoderamiento en salud mental», se ofrece atención individualizada a esas personas en coordinación con el recurso que las ha derivado. «Se trata de una fase de enganche en la que se procura que el usuario acepte y requiera nuestra atención, que se concreta en un trabajo psicoeducativo para ayudar a la persona en cuestión a aceptar su situación y sea consciente de lo que debe hacer para mejorar su bienestar», precisa Fernández. Así, «se potencia la autonomía de estos individuos y se procura satisfacer sus necesidades básicas», añade la directora.

Una vez garantizado el bie-nestar de sus usuarios, las asociación ya puede afrontar nuevos retos más exigentes y abordar temas como la gestión de la economía de estas personas, su organización de la vida diaria y las rutinas domésticas, el afrontamiento del estrés... e incluso su rehabilitación cognitiva mediante ejercicios de memoria o cálculo, por ejemplo, para evitar un mayor deterioro. Esta intervención es habitualmente domiciliaria y, tal y como destaca la directora de la asociación, se hace «siempre con el entorno en el que convive la persona que sufre una enfermedad mental grave para que así el apoyo y acompañamiento perdure una vez concluya la acción de la entidad».

«Con este programa se consigue que personas que viven aisladas en su pueblo conecten de nuevo con los recursos que hay en esa población y con el equipo de salud mental y, por lo tanto, sigan su tratamiento y cumplan con las visitas médicas, por ejemplo», indica Fernández, quien recuerda que «nuestro fin último es trabajar para que esas personas pierdan el miedo a salir gracias a nuestro acompañamiento y, sobre todo, ganen en autonomía». Y en este sentido, en 2016 hasta 30 personas con enfermedad mental grave y 36 familiares se beneficiaron de la atención de este programa, que, gracias a la colaboración de la Obra Social La Caixa, es gratuito para sus usuarios.