Andalucía

80.000 menores de cinco años sin vacunar contra la polio

Las campañas de vacunación no cubren a toda la población infantil. Aunque en España la tasa de cobertura está por encima del 95%, las autoridades advierten de que "existe un riesgo real de reintroducción"de la polio

Cartel de una campaña de vacunación contra la polio de 1963
Cartel de una campaña de vacunación contra la polio de 1963larazon

Hace unas semanas, las autoridades sanitarias europeas advertían del riesgo de que resucitara la polio dentro de las fronteras de la Unión Europea entre las bolsas de población sin vacunar, hasta 12 millones de ciudadanos menores de 30 años. La polio ha resurgido con fuerza en varios países en 2013 y conviene ponerse en guardia. Poniendo la lupa en el caso español, el Ministerio de Sanidad informa de que serían al menos 80.000 los niños de menos de cinco años de edad los que se encuentran expuestos a un contagio por no estar vacunados contra esta terrible enfermedad, que provoca graves dolores, parálisis e incluso la muerte. En España, los índices de vacunación son altos, por encima del 95%, pero el porcentaje residual de niños que no se vacuna puede convertirse en una pequeña puerta de acceso para el virus.

Además, "no se puede descartar que existan determinadas bolsas de susceptibles en la población, principalmente debido a población marginal y otros colectivos reticentes a la vacunación", explica a Materia la responsable de la subdirección de Promoción de la Salud y Epidemiología del Ministerio de Sanidad, Aurora Limia. Los índices de vacunación son altos, pero eso no libra de que que aparezca el virus, como ha sucedido en 2013 en Israel, donde se ha encontrado el virus en las heces de 42 niños, sin que ninguno desarrollara la enfermedad.

Por estas razones, el último informe de vigilancia (PDF) del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) advertía de que "existe un riesgo real de reintroducción de poliovirus en España debido al numeroso trasiego de personas procedentes de países con diferentes coberturas de vacunación, así como al aumento de situaciones clínicas que favorecen el desarrollo de la enfermedad, como son las inmunodeficiencias".

Según explica Limia, el riesgo para España está en la introducción del poliovirus debido a flujos de población desde las zonas del mundo en las que están ocurriendo casos, como en los países endémicos, Nigeria, Pakistán y Afganistán, y también los países que actualmente están presentando casos como Somalia, Kenia, Etiopía, Camerún y Siria. "Cualquier persona que se infecte en estas zonas puede potencialmente introducir el virus en España", advierte. Por eso, el brote salvaje que se dio en Siria a causa de la guerra provocó que los refugiados de aquel país tengan que mostrar que están limpios al llegar a la Unión Europea.

Según explica Sanidad, en España en 2012 residían 123.626 habitantes (un 0.26% de la población española) nacidos en los países donde se han producido casos de poliomielitis. Además, según el Instituto Nacional de Estadística, los últimos datos indican que el flujo de inmigración desde los seis países entonces afectados por la poliomielitis hacia España supuso el 4,1% del flujo inmigratorio de ese año (2011).

"En caso de introducción del virus en España, la posibilidad de infección depende de la cantidad de personas susceptibles y de la probabilidad de exponerse al virus. Debido a las altas coberturas de vacunación en España desde hace varias décadas, una altísima proporción de la población está protegida", asegura Limia. Los datos del Ministerio de Sanidad muestran que la cobertura de vacunación ha estado por encima del 95% desde 1998. La región que muestra un nivel más bajo de inmunización contra la polio es Cataluña, con un 88,8% (según el Instituto Catalán de la Salud), muy lejos de las demás autonomías: le siguen en la cola Ceuta y Melilla, con un índice que ronda el 95%.

Atentos a los antivacunas

El CNE advertía específicamente en su informe que había que reforzar la vigilancia de la parálisis flácida aguda (PFA), un síntoma de la poliomelitis, aspecto en el que España ha bajado la guardia. Vigilar este aspecto, junto a reforzar los niveles de vacunación y realizar "barridos"en lugares sensibles son los pilares sobre los que se debe asentar una campaña firme para mantener a raya al peligroso virus. Y, por supuesto, no dar un paso atrás en la batalla de la opinión pública.

Porque los expertos señalan que, de momento, el movimiento antivacunas no es un problema en España para la lucha contra la polio. "Aunque en España hay movimientos antivacunas, todavía no tienen la importancia que alcanzan en otros países de la UE. Paradójicamente, el hecho de que las coberturas en España sean muy elevadas protege a las personas que no se vacunan, porque no pueden escapar a los beneficios indirectos de la población que se vacuna. Sobre todo si estas personas no vacunadas se distribuyen entre la población que está protegida (vacunada)", explica la experta del Ministerio. Y advierte: "El riesgo es mayor si estas personas no vacunadas se agrupan y entran en contacto con el virus, pues la transmisión será más sencilla y rápida".

El último caso de polio que se dio en España data de 2005: un niño marroquí inmunodeficiente. Para dar con el último brote salvaje autóctono habría que remontarse hasta los años 1987 y 1988, en una población marginal no vacunada de Andalucía. España celebró el año pasado los 50 años de la primera campaña de vacunación para erradicar la poliomelitis, que logró que en una década se pasara de 2.000 casos anuales a tan sólo 30.

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