Embarazo

Sanidad recomienda no ingerir atún y pez espada a embarazadas, lactantes y menores de 10 años por su alto contenido en mercurio

El consumo de atún y pez espada debe consumirse de forma equilibrada por la población en general, mientras que embarazadas, lactantes y menores de 10 años no deberían ingerirlo por su elevado contenido de mercurio, un metal que puede resultar perjudicial para la salud

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Se recomienda que las embarazadas, lactantes y menores de 10 años no ingieran atún o pez espada por su elevado contenido de mercurio, puede ser perjudicial a nivel neurológico y en las primeras etapas de desarrollo

Sanidad lanza un mensaje de recomendación a embarazadas y niños menores de 10 años para que no incluyan en su alimentación el atún y el pez espada por su alto contenido de mercurio. La causa se debe a que el mercurio puede resultar un tóxico neurológico en las primeras etapas de desarrollo.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha indicado en su página web que nuevos estudios y datos de publicaciones científicas apuntan a una elevada concentración de mercurio en la población española, por encima de la media europea. La agencia, que depende del ministerio de Sanidad, también se ha mostrado más estricta con las recomendaciones en favor del consumo de especies con bajo contenido en mercurio como pueden ser las anchoas, langostinos, pulpo, salmón, calamar, trucha o chipirones. Éstos presentan menos mercurio en el pelo y en consecuencia, menor riesgo de exposición de este contaminante.

Tras estas nuevas evidencias científicas, la AESAN también añade que es recomendable que los niños de entre 10 y 14 años limiten el consumo de estos alimentos a 120 gramos al mes.

El ministerio de Sanidad ha repartido, con el apoyo de las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, un total de 40.000 pósters informativos con el fin de concienciar y prevenir riesgos en la salud. Las recomendaciones se dividen en los grupos más vulnerables. Por un lado, para embarazadas, lactantes y niños de hasta 10 años. Por otro lado, para niños de entre 10 y 14 años, y, por último para la población en general.

Las embarazadas, lactantes o niños de hasta 10 años no deberían consumir especies con alto contenido en mercurio (atún rojo, tiburón, lucio, pez espada o emperador). En cambio, se recomienda tres o cuatro raciones por semana de alimentos con un contenido bajo o medio de mercurio (anchoas, boquerones, merluza, lenguado, dorada, salmón, sardinas y otros).

En lo que respecta a niños de entre 10 y 14 años, limitar el consumo a 120 gramos al mes y, en cambio, consumir cuatro raciones por semana de alimentos con un contenido bajo o medio de mercurio como los mencionados anteriormente.

Para la población en general se sugiere consumir tres o cuatro raciones por semana de cualquier pescado, variando pescados blancos como la dorada, el besugo, el lenguado o el cazón, con pescados azules como la sardina, el atún , la trucha o el salmón.

Qué implica el mercurio en la alimentación

La Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que el mercurio “es un elemento que está presente de forma natural en el aire, el agua y los suelos. La exposición a este metal (incluso a pequeñas cantidades) puede causar graves problemas de salud y es peligrosa para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de vida, pudiendo ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos”. Según la OMS, “el mercurio es uno de los 10 productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud pública. La principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y marisco contaminados con metilmercurio, compuesto orgánico presente en esos alimentos”.

Además, también la AESAN ha señalado en su informe que se han observado efectos relacionados con el aumento de peso corporal, la función locomotora y la función auditiva.

Del mismo modo que son conocidos sus efectos negativos, también debe reconocerse que las concentraciones de mercurio en alimentos están muy controladas. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indicó que la ingesta semanal recomendable de metilmercurio es de 1,3 microgramos por kilo y de 4 microgramos por kilo para el mercurio inorgánico, aquel que afecta al riñón, hígado o sistema inmune.

Sin embargo, la AESAN ha garantizado que pese a sus efectos negativos en caso de consumir en exceso, su ingesta es beneficiosa para la salud: “La limitación del consumo de especies con un alto contenido en metilmercurio es la manera más eficaz de alcanzar los beneficios para la salud por el consumo de pescado, mientras se minimiza el riesgo que podría entrañar una exposición excesiva”, ha destacado en su informe.

En conclusión, el pescado es beneficioso por su importante aportación de vitaminas liposolubles como la A, D y E. Los mariscos además son bajos en calorías y ricos en proteínas y minerales y previenen de enfermedades como la diabetes y aquellas relacionadas con el corazón. Por lo tanto, el consumo en su justa medida no es perjudicial para la salud, sino todo lo contrario.