Blanqueo de capitales

«Si la empresa engañase a los clientes, no trabajaría aquí»

A pesar de los problemas informáticos, las clínicas han funcionado con normalidad. Los dentistas piden una mayor regulación del sector. Los pacientes exigen que se cumpla su tratamiento

Clínica Vitaldent en la calle Bravo Murillo
Clínica Vitaldent en la calle Bravo Murillolarazon

Desde primera hora de la mañana, los clientes de Vitaldent llamaban y acudían a las clínicas dentales preocupados por su tratamiento. No querían sufrir las mismas consecuencias que los pacientes de Funnydent, a los que les habían dejado, en muchos casos, sin dientes.

«Tengo un tratamiento pagado y quiero que en menos de 24 horas me aseguren que va a continuar». Así explicó a LA RAZÓN un hombre de unos 50 años la discusión que momentos antes había mantenido con el director de una de las clínicas que Vitaldent tiene en Madrid, en concreto, en la Gran Vía de Hortaleza. La única respuesta que ha recibido es que no podrán dejar constancia de lo que pide hasta que no puedan acceder de nuevo al sistema informático de la compañía, bloqueado por la Policía para realizar sus investigaciones. Menos preocupación mostraron un padre y su hijo: «Mientras siga el tratamiento, no hay por qué alarmarse. Lo teníamos financiado y mientras no haya problemas, seguiremos siendo clientes de Vitaldent». Un joven de unos treinta años, que acudió a la clínica para enterarse bien de lo que pasaba, reconoció al salir que «todo funcionaba con normalidad». Más aún, le adelantaron la cita, por lo que tendrá que volver la semana que viene. El centro dental mostraba el ajetreo de un martes cualquiera, con pacientes en consultas y otros a la espera de ser atendidos. Una de las anécdotas de la jornada tuvo lugar en una de las clínicas dentales de la firma cuando sus trabajadores vieron llegar un furgón policial. El sobresalto apenas duró unos segundos, hasta que las autoridades les informaron de que traían a un preso de la cárcel para ser atendido.

Otro centro, en la céntrica calle de San Bernardo, tampoco registró ayer incidencias. De hecho, según su director, se trabajó con total normalidad. «Lo importante es que la clínica esté abierta y siga atendiendo a los clientes», dijo, al tiempo que confesó, a título personal, que «si le empresa donde trabaja no utilizase material de calidad o engañase a los pacientes, no trabajaría en ella». La normalidad con la que funciona el centro la confirma una de las odontólogas que allí trabaja y la recepcionista. «Atendemos a todos los que nos piden información, a los pacientes y también a los periodistas», insiste el director.

Uno de los colectivos más afectados, el de los dentistas, no tardó en lanzar un comunicado censurando el modelo de negocio de las franquicias dentales. «Lo ocurrido no me ha sorprendido, ya lo veníamos anunciando desde hace tiempo. Es la crónica de una muerte anunciada», sostiene Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas. «Los bancos han empezado a cortar los créditos de muchos pacientes que necesitan esta financiación para completar sus tratamientos y esto, al final, repercute directamente en el sector», sostiene el odontólogo. Insiste en que «es una burbuja que iba a estallar de un momento a otro».

Es cierto, como aclaran desde el Consejo General de Dentistas que lo que ocurrió en Funnydent hace unas semanas no es igual a lo acontecido en Vitaldent, porque en este caso son los franquiciados los que se ven afectados por el supuesto blanqueo de capitales de algunos socios. «Lo que nos preocupa es que ahora mismo la empresa está descabezada y eso termina repercutiendo en toda la empresa». Ellos también están preocupados por los dentistas que trabajan en estas clínicas y cuyo trabajo puede peligrar. En Vitaldent están empleados unos 5.000 dentistas de los 35.000 que hay en toda España. A los pacientes que acuden, Castro les aconseja que no interrumpan su tratamiento pero que «guarden toda la documentación ante un posible cese de prestaciones», así como que «hablen con sus bancos para que si la clínica les deje de dar tratamientos dejen de pasar los pagos correspondientes». Los dentistas también insisten en la necesidad de que «el Gobierno regule el sector porque existe un vacío legal que permite que cada comunidad autónoma haga lo que considere en materia de salud». En este sentido, el Consejo reclama un cambio legislativo para que la mayoría del patrimonio social y del número de socios en este tipo de clínicas correspondan a socios profesionales, e insiste en pedir la regulación de la publicidad sanitaria.

Facua ya denunció a la empresa

Facua Consumidores en Acción ha manifestado su preocupación por el futuro de las franquicias Vitaldent y por si podrán garantizar la atención a sus pacientes tras la detención del propietario de la empresa. El pasado mes de septiembre la organización denunció a la empresa por eludir su responsabilidad con los pacientes que sufren problemas con sus franquicias.

Tranquilidad para los franquiciados

Ante los acontecimientos ocurridos, desde Vitaldent se han puesto en contacto con sus franquiciados para «trasmitir un mensaje de tranquilidad respecto a las informaciones publicadas». Y aseguran que la investigación no implica infracciones que interfieran en el funcionamiento de las clínicas. La compañía se muestra «comprometida» en el esclarecimiento de la situación.