Relojes

Sueño, alimentación y ánimo cambiarán también con las manecillas del reloj

Gtres
Gtreslarazon

Muchas personas experimentarán también ligeros trastornos en el sueño, el estado de ánimo y los hábitos alimenticios

No sólo las manecillas del reloj cambiarán esta madrugada con el adelanto horario, muchas personas experimentarán también ligeros trastornos en el sueño, el estado de ánimo y los hábitos alimenticios, que se irán ajustando no obstante en pocos días.

Esta próxima madrugada comienza el horario de verano y los relojes deberán adelantarse una hora -a las 02.00 horas serán las 03.00 horas-, en cumplimiento de la directiva europea de 1981 que rige el cambio de hora.

"Los estudios que hay señalan que se trata un periodo de adaptación que afecta fundamentalmente a los estados de ánimo, las alteraciones del sueño y los hábitos alimenticios, ya que estamos acostumbrados a dormir y a comer a unas horas determinadas", ha comentado a Efe el doctor José Polo, vicepresidente primero de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Estas alteraciones son más frecuentes en ancianos y niños, así como en personas que sufren depresión o estados de ansiedad y que, con estas modificaciones, son más susceptibles de ver alterado su estado de ánimo.

Para evitar o mitigar, en la medida de lo posible, estos efectos, el doctor Polo recomienda un periodo de adaptación. En el caso de los niños, sugiere por ejemplo modificar el horario de las comidas de forma paulatina 15 o 20 minutos cada día, hasta adecuarse al horario. "En el caso de los niños es mejor no hacerlo bruscamente", ha señalado.

En cuanto a los hábitos de sueño y los cambios en el estado de ánimo, Polo ha indicado que cuando hay problemas de insomnio o de ansiedad se debe acudir al médico, quien prescribirá el tratamiento adecuado y recomienda adaptarse de manera progresiva a los cambios de horario.

"Lo más importante es irse adaptando poco a poco", ha insistido este especialista, quien ha reconocido no obstante que la población en edad de trabajar está condicionada por la rigidez de los horarios laborales que impiden esta adaptación paulatina.

Polo ha incidido en la importancia de no introducir nuevos hábitos y pone un ejemplo: "Si una persona no tiene costumbre de dormir siesta es mejor que no empiece a hacerlo con el cambio de hora porque lo que duerma durante la siesta no lo dormirá por la noche", ha advertido.

En cualquier caso, ha subrayado que no aumentan significativamente las consultas al médico como consecuencia del cambio horario, aunque con la llegada de la primavera sí se incrementan las demandas por ansiedad. "Al igual que el otoño es más propicio a la depresión, en primavera parece que la ansiedad es mayor", ha explicado.

Esto se debe, especialmente, ha precisado, a que hay más luminosidad, lo que repercute en la producción de melatonina -que desciende- afectando al estado de ánimo.

Efe