Ciencia y Tecnología

Internet contra el crimen

Internet contra el crimen
Internet contra el crimenlarazon

Del mismo modo que Google o Yahoo rastrean la web en busca de información, Memex sigue las huellas de los criminales en la red.

Un año atrás el plan de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, más conocida como DARPA, parecía un sueño. Una idea concebida por la ciencia ficción, más precisamente por Phillip K. Dick, y que veríamos en la película «Minority Report». Pero 365 días más tarde ha demostrado tener éxito. Y nombre. Se trata de Memex y es un motor de búsqueda de acciones criminales. Del mismo modo que Google, Bing o Yahoo rastrean la web persiguiendo información, Memex sigue las huellas de criminales en internet. Al menos en una de ellas. Y es que hay, al menos, tres internet. La superficial, por llamarla de algún modo, es la que se utiliza a diario y prácticamente la única conocida y navegada. Pero no es la más grande. La segunda red es conocida como «deep internet» o internet profunda y de acuerdo con un estudio realizado por uno de los pioneros en el uso de la red, Michael K. Bergman, su tamaño es entre 400 y 550 veces mayor que la red superficial. De hecho, según ese informe «es la categoría de información de internet de mayor crecimiento». Por último también existe la red oscura o «dark net». Se trata de páginas perdidas o casi inalcanzables cuyas direcciones han quedado en desuso o no figuran en ningún buscador por no actualizarse desde hace décadas. No tienen una dirección convencional (como podría ser darknet.com o algo similar) sino que es una sucesión de números y letras muy específicos que impiden un acceso casual. Se estima que un 5% de toda la red, es decir, unos 100 millones de sitios, forman parte de esta red.

El mayor problema en la lucha contra el crimen es la internet profunda. Los buscadores convencionales, por más efectivos que parezcan, sólo dan información del 10% de la web. El resto es Terra Incognita.

Lo que DARPA pretende con Memex es crear un buscador capaz de navegar por ese 90% del océano desconocido. Imaginemos el siguiente escenario. Cada vez que un investigador encuentra un enlace a una página que lleva a cabo alguna actividad criminal (como tráfico de personas) debe ingeniárselas para conseguir nueva información, ya que esos enlaces desaparecen mucho antes de que Google tenga tiempo de llevarlos a un índice. Es como si los delincuentes borraran sus huellas. Memex descarta el 10% de lo conocido y busca información internándose en aguas profundas. Descarta los resultados más obvios y se introduce en foros, chats, páginas que desaparecen con rapidez y otros resultados sospechosos (los lugares que DARPA menciona como potenciales para puntos de acceso a actividades delictivas). Una vez allí, donde ningún otro buscador llega (y si lo hace es a partir de la página 50 o 60) destaca el contenido para el que se ha configurado.

Para ello no sólo cuenta con un avanzado software que actúa de criba, también es un motor de búsqueda de imágenes que es capaz de dar resultados aun cuando ciertas partes de la imagen estén borradas o difuminadas. O, y esto es lo más sorprendente, aun cuando formen parte de un reflejo en un ordenador, un escaparate o una pantalla de televisión. Si te buscan, Memex te encontrará.

Memex ya se encuentra operativa, en una versión beta que está siendo testada por diferentes oficinas gubernamentales y una ONG para detectar el tráfico de personas en todo el mundo. En pocas semanas el grupo de agencias involucradas se ampliará y en agosto de este año se realizará un periodo de pruebas de 36 meses en los cuales la lucha contra el crimen se ampliará a otros sectores. Obviamente Memex no lee el futuro y no podrá impedir que ocurran delitos, pero sí podrá evitar que se cometan más. Para ello se ha dotado a este buscador de la capacidad de realizar un mapa con la información de los sitios donde se publican los avisos que usan los delincuentes para captar clientes y así seguirles el rastro.

«Estamos creando un nuevo paradigma de búsqueda –explica el director de programación de DARPA, Chris White– que especificará el contenido y las áreas específicas de búsqueda para cada usuario. Estamos inventando nuevos métodos para compartir e interactuar con la información».

Otra de las características de este programa es que, aunque suene contraintuitivo, fue concebido como un antídoto a las prácticas de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad, la NSA. El objetivo es buscar en información que está disponible para el público, pero oculta tras capas y capas de datos o páginas. En un comunicado señala que se persigue «coordinar mejor todo lo que existe en internet, sin nombrar ningún servidor o una dirección IP. Sólo se busca entre todo lo que los usuarios han hecho público».

El nombre Memex es muy acertado. Se trata de una referencia a Vannevar Bush, director de la Oficina de Investigación y Desarrollo Científico, quien en 1945 aseguraba que «necesitamos un memex, un dispositivo en el cual una persona pueda almacenar todos sus libros, su música y sus diálogos y que esté mecanizado de tal forma que una consulta en él dé resultados en un tiempo mínimo. Una biblioteca de millones de libros que quepa en una esquina de cualquier escritorio». Un gran clarividente el señor Vannevar Bush.

¿Qué ocurrirá en unos meses? A menudo cuando DARPA ha puesto dinero y tiempo en un proyecto (como por ejemplo la mismísima internet) ha tenido algún efecto notable en la economía. Aquí, sin duda, sucederá algo similar. La lucha contra el crimen es el primer paso, pero la potencia de un programa para bucear diez veces más profundo que sus competidores, lo convertirá en menos de un lustro en una tecnología imprescindible en muchas áreas, como la medicina, la astronomía, la física, la economía y hasta el arte. Conocemos el 10% de la red. Memex nos presenta el 90% restante.