Sevilla

«Temo que a Sandra y a Lucía les hayan hecho algo»

Una mujer embarazada y su hija de seis años desaparecieron el sábado en Sevilla. El novio de la joven también está ilocalizable

Sandra Capitán y su hija Lucía, desaparecidas desde el sábado
Sandra Capitán y su hija Lucía, desaparecidas desde el sábadolarazon

Una mujer embarazada y su hija de seis años desaparecieron el sábado en Sevilla. El novio de la joven también está ilocalizable.

Josefa, con la desesperación dibujada en el rostro, abre la puerta de la casa de su hija Sandra, de 26 años, y de su nieta, Lucía, de seis. Durante las 24 horas anteriores no ha tenido noticias de ellas. No responden al teléfono y espera encontrar alguna pista que le indique dónde pueden estar o si les puede haber pasado algo. «En la cocina vi unas patatas fritas en el cestillo de la freidora. Estaban hechas. Alguna incluso un poco negrita. Alguien había desenchufado la freidora porque el cable estaba suelto. También había dos hamburguesas, de esas que venden con plásticos a los lados. Estaban quitados y la carne cruda sobre la encimera. Daba la sensación de que estuviesen ahí preparadas para echarlas a la sartén».

Josefa es incapaz de esconder el temblor de su voz. Trata de buscar una explicación a la extraña ausencia y comienza a relatar los hechos cronológicamente. «El pasado viernes estuve con mi hija y con su ex marido, Joaquín, en el hospital Virgen del Rocío. La niña de ambos, Lucía, se había caído del patinete y se había fracturado un brazo izquierdo. La tuvieron que escayolar». En ese momento los progenitores pactaron que la pequeña se quedaría con su madre la noche del viernes aunque el fin de semana le correspondía al padre.

A las 10:30 de la mañana del sábado, Joaquín llamó a su ex mujer y le preguntó cómo había pasado la noche la pequeña. A Lucía le seguía doliendo el brazo un poco. El padre dijo que él se encargaba y acordaron que pasaría a recogerla por la casa a las 16:00. «Habló conmigo con normalidad y me dijo que para esa hora estaría preparada», cuenta Joaquín en la denuncia a la que ha tenido acceso LA RAZÓN. Una hora después, a las 11:30, Josefa habló con ambas por teléfono. «No noté nada raro», apunta. «Luego a las 14:03 cruzamos más mensajes y todo normal». Dieciséis minutos después el teléfono de Sandra registró su última conexión en la aplicación de mensajes gratuitos.

«Me presenté sobre las cuatro de la tarde en su casa para recoger a mi hija», continúa el padre, «pero aunque llamé insistentemente nadie me abrió la puerta. También probé con el móvil, pero estaba apagado. Lo que me extrañó es que su coche estaba aparcado en la puerta de casa». Joaquín lo achacó a un despiste de la madre con la hora y se fue. En las siguientes horas insistió con llamadas y mensajes, pero no encontró respuesta. «Por la noche llamé a la abuela para preguntarle si sabía algo. Me respondió que ella tampoco había logrado contactar con Sandra desde el mediodía». Preocupados, comenzaron a llamar a hospitales y centros de salud por si les hubiera ocurrido algo. Las respuestas fueron negativas.

El domingo por la tarde ambos fueron a la casa de Sandra. «La puerta estaba cerrada con llave, pero sólo con una vuelta. Me extrañó porque mi hija suele darle dos. Nada más entrar, pegada a la pared hay como dos puntitas. En una estaban colgadas las llaves de Sandra. La otra, sin embargo, estaba vacía. Faltaba un juego de llaves», desvela Josefa, lo que explicaría por qué la puerta no fue forzada.

«Mi hija está embarazada de tres meses de su novio. Es un extranjero al que no conocemos mucho. Parece algo más mayor que ella. Le hemos tratado de localizar, pero también ha desaparecido. Lo que sí te puedo asegurar es que mi Sandra jamás ha hecho algo así», suplica Josefa, quien ayer, a las puertas de la comisaría, añadía: «Esto es muy extraño. Tengo miedo de que les hayan hecho algo».

Secreto de sumario

La juez de Instrucción número 19 de Sevilla ha decretado el secreto de las actuaciones en el caso. Así lo han indicado a Europa Press fuentes de la Policía Nacional, que, de su lado, no descarta "ninguna"hipótesis en un caso que fue denunciado este pasado lunes por la madre de la joven y abuela de la menor.

Las fuentes han indicado que también se encuentra en paradero desconocido la actual pareja sentimental de Sandra, un varón de nacionalidad turca de 55 años de edad con antecedentes policiales por delitos contra la salud pública, entre otros, al que la Policía tiene identificado desde el primer momento. Al tratarse de una denuncia por desaparición, la investigación la está llevando a cabo el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía.

La joven Sandra, que está embarazada de tres meses, mide 1,75 metros de estatura y tiene el pelo largo y castaño, mientras su hija Lucía tiene un brazo escayolado como consecuencia de una lesión. Ambas residen en la barriada de Bellavista.