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Una adolescente de baja médica por el acoso que sufre en el colegio

La Razón
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Un cambio en la actitud de su hija alertó a Fernanda Cores, una madre de Vigo preocupada porque la niña dejó de comer y empezó a tener muy mal humor. Eran los síntomas del acoso escolar al que estaba siendo sometida en su instituto. La joven tiene catorce años pero ha repetido dos cursos y comparte clase con alumnos de doce años. Desde que empezó este curso varias compañeras la acosan insultándola y haciéndole dibujos despectivos en los que aparece deformada. La adolescente empezó a tener complejo y a dejar de comer pero, sobre todo, empezó a tener miedo de ir a clase. Su madre se lo comunicó al centro y se activó la alerta de acoso escolar pero, según denuncia, no se cumplió. El profesor que debía cuidar de la niña no estaba al tanto de ella. Tras abrirse una investigación, el centro concluyó que no existía tal situación de acoso, aunque la menor continuó con la ansiedad y, de hecho, el pediatra le dio la baja. La joven no ha vuelto a ir al instituto y el próximo curso lo empezará en un nuevo centro. Los terapeutas advierten que para detectar estos problemas de bullying el diálogo con entre padres e hijos es fundamental, así como prestar atención al cambio de actitudes en los jóvenes a la hora de afrontar el momento de ir a clase y mantener siempre una tolerancia cero hacia el acoso escolar.