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Un corto alerta de las violaciones «ocultas» dentro de la pareja

Chloé Fontaine narra la historia de una mujer que accede a tener sexo con su pareja a pesar de que no le apetece

Fotograma del cortometraje "Soy ordinaria"
Fotograma del cortometraje "Soy ordinaria"larazon

La directora ha querido ir más allá y destapa una realidad de la que nadie habla, de la indefensión de la mujer ante un hombre que no la respeta, que se deja guiar por sus instintos más animales.

La conversación de la actriz Chloé Fontaine, de 25 años, con una amiga le hizo abrir los ojos sobre una realidad oculta que es más habitual de lo que parece. "Me dijo que había pasado la noche con un chico que no le dejaba de pedir sexo, y pese a que ella no quería, tuvo que acceder porque se sintió obligada a complacerle. Me sentí muy mal, pero formaba parte de su intimidad y no tenía derecho a inmiscuirme", recuerda. El problema es que días después otra amiga le contó una historia similar y accedió para que la dejara tranquila.

A partir de ese momento, comenzó perfeccionar la idea de hacer un cortometraje para poner de relieve la violencia sexual oculta, de la que nadie habla, la que se produce en el ámbito más privado, en el de la pareja.

Fontaine tenía en la cabeza la película "Irreversible", en la que una mujer interpretada por Mónica Bellucci sufría una brutal agresión sexual. La cinta se convirtió rápidamente en un referente, que muestra de forma descarnada lo que es la violencia sexual. Pero "Irreversible"escenifica la violación tal y como la imagina todo el mundo. Una chica sola, un callejón solitario, un pervertido... Pero Fontaine ha querido ir más allá y destapa una realidad de la que nadie habla, de la indefensión de la mujer ante un hombre que no la respeta, que se deja guiar por sus instintos más animales.

"Soy ordinaria"(en referencia a algo que pasa habitualmente) arranca con una escena cotidiana. Un hombre le propone a su pareja ver una película -precisamente "Irreversible"- La chica protesta porque la película es desagradable y comienzan a juguetear sobre la cama. El hombre empieza el cortejo y ella le dice riendo que no le apetece. "Venga va, pon la peli", insiste. Pero su novio sólo tiene una cosa en la cabeza y continúa besándola por el cuello. Ella protesta: "¡Qué pesado, que te he dicho que no me apetece!". El hace ademán de detenerse, pero sigue con su ofensiva "¿Es que ya no me quieres?". Pero cuando ella trata de explicarle que no tiene ganas, vuelve a insistir y ella se da por vencida. Le deja hacer, no participa, pero da igual, todo sigue el guión marcado por él. Ella solo piensa en que todo acabe pronto. Cuando eso sucede, él continúa se tumba a su lado y se dirige a ella con un enigmático "¿Irreversible?". La autora juega con el doble sentido de la palabra. Por un lado, que el hombre sigue su vida como si nada hubiera pasado y quisiera ver la película y por otro, en referencia a que lo que acababa de pasar ya no tiene vuelta atrás.

Fontaine deja claro que la sociedad condena las violaciones por parte de desconocidos, que prepara a las mujeres para tratar de combatirlas, pero se olvida realmente de la violencia sexual en pareja, la que se produce cuando no hay consentimiento, cuando no se respeta la libertad de la mujer a decir que no. El corto de Fontaine culpa a los dos protagonistas. Al hombre por no respetar la voluntad de la mujer y a ella por permitirlo. El mensaje final de la directora es bastante aclaratorio: «Si esto no te ofende, es que eres uno de los dos».

La versión original del corto ha sido visto por 789.000 personas y la versión subtitulada en español supera las 228.000.