Una pista clave llevó a suspender las batidas vecinales

La Guardia Civil ha dado con una línea de investigación que podría conducir al hallazgo de la desaparecida. Podría tratarse de la interceptación de una comunicación.

La suspensión de las batidas vecinales en A Pobra de Caramiñal para la localización de Diana Quer está directamente relacionada con la obtención, por parte de la Guardia Civil, de una pista fiable que puede conducir al hallazgo de la desaparecida. Como informó este periódico, estaban previstas para mañana lunes. Y hasta la fecha, habían resultado infructuosas. La última vez que tuvieron lugar fue el pasado viernes, concluyendo en torno a las 14:00 horas.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, el trabajo conjunto de la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de La Coruña y de la Unidad Central Operativa (UCO) ha permitido dar con esta línea de investigación, que ofrece pistas fiables.

Esto no quiere decir que el caso esté resuelto, sino que se dispone de una serie de evidencias que hace unos días no se conocían.

A la pregunta de si esa pista se ha logrado gracias a la interceptación de alguna de las numerosas terminales telefónicas que, con permiso judicial, están siendo investigadas, las citadas fuentes se limitaron a contestar que no se pueden revelar datos operativos sobre las pesquisas.

La posibilidad de que se hubiera detectado una comunicación en las últimas horas es un rumor que ha circulado en medios de la investigación, sin que se haya podido confirmar nada al respecto.

Uno de los datos relevantes que estaría en manos de la Guardia Civil, gracias a las mencionadas pesquisas, es que Diana Quer se encuentra fuera de Galicia. De ahí, otra de las razones por las que se suspendieron las batidas vecinales.

En cualquier caso, las nuevas pistas no provienen de supuestos registros en los domicilios de los Quer, tanto en Galicia como en Madrid, sencillamente porque no se han realizado.

En este caso, se están produciendo una serie de manifestaciones, incluso de personas del entorno familiar, y noticias que no están contribuyendo, precisamente, a que el caso se resuelva de forma positiva y a la mayor brevedad.

Sobre el paradero de Diana Quer, se recuerda que vive habitualmente en Madrid, donde tiene sus amistades, entre las que hay individuos «poco recomendables».

Lo lógico, en el caso de que nos hallemos ante un abandono del hogar de forma voluntaria, sería pensar que se dirigió a la capital de España.

En el caso de que se hayan producido alguna de las otras hipótesis, secuestro con fines económicos o sexuales, la localización puede ser en cualquier lugar de la geografía nacional.

La UCO ha rastreado decenas de teléfonos del entorno de Diana Quer, desde los de sus familiares, amigos de Madrid y Galicia, autoescuela a la que acudía para obtener el permiso de conducir; y la Unidad de Policía Judicial ha comprobado, entre otras cosas, las matrículas de los coches que se movieron por la zona de A Pobra, no sólo la noche de la desaparición, sino en los días anteriores.

Cabe inferir, ante el lógico mutismo de los investigadores, que las pistas que consideran fiables han salido de este minucioso trabajo realizado por los agentes de la Guardia Civil de las citadas unidades.

Tal y como adelantó ayer LA RAZÓN, la Benemérita está realizando un trabajo metódico. Primero, se agotan las líneas de investigación que se consideran más endebles con el fin de cerrarlas y centrar los esfuerzos en aquellas que ya han ofrecido algunas evidencias y parecen más sólidas. En lo que respecta, por ejemplo, a la investigación de la autoescuela, no se trata de que los agentes de la Guardia Civil sospecharan del personal o de otros alumnos, sino que las autoridades no quieren dejar ningún hilo suelto que, finalmente, pueda ser de ayuda para resolver el caso. Según «La Voz de Galicia», Diana trabó amistad con algunos de sus compañeros de clase de la autoescuela, que la consideraban «tranquila, educada, muy atenta y habladora».

La resolución de la desaparición de Diana Quer se ha convertido en un auténtico reto para la Benemérita, que, además de las dificultades que conlleva un caso de este tipo, se ha topado con el eco mediático que ha cobrado el asunto, así como con la aparición de supuestos testigos, amigos y novios.