Patrimonio

Unidas contra la persecución: todas las cofradías cordobesas pasarán por la catedral

Los ataques de la marca blanca de Podemos e IU, que soportan a la alcaldesa socialista, provoca una reacción inédita de las hermandades cordobesas, que, además, crecen en número.

La Semana Santa cordobesa dejará estampas inéditas como la salida de este paso de la Mezquita Catedral
La Semana Santa cordobesa dejará estampas inéditas como la salida de este paso de la Mezquita Catedrallarazon

Los ataques de la marca blanca de Podemos e IU, que soportan a la alcaldesa socialista, provoca una reacción inédita de las hermandades cordobesas, que, además, crecen en número.

En Córdoba no aguantan más. Están hartos de los ataques a la Iglesia a cuenta de la Mezquita Catedral y que se han intensificado con el cambio de Gobierno en el ayuntamiento, el pasado mes de mayo. El PSOE está gobernando por primera vez la ciudad junto con Izquierda Unida y con el soporte de la marca blanca de Podemos en la ciudad, Ganemos Córdoba. Ahora, también tienen en el punto de mira la Semana Santa, a la que han intentado recortar ayudas; finalmente se otorgaron, pero en peores condiciones que en años anteriores. A todo esto hay que sumar que el Gobierno municipal se niega a aprobar la apertura de una segunda puerta del templo –cuenta con el visto bueno de la Unesco– de tal modo que las cofradías que pasan en procesión por la catedral y no pueden entrar por sus dimensiones ya lo podrían hacer si el proyecto saliera adelante.

Lejos de minar la moral de los creyentes y de las cofradías, los continuos ataques de las «fuerzas del cambio» a todo lo que tengan alguna vinculación con el ámbito religioso católico ha provocado el efecto contrario. Tradicionalmente divididas, las cofradías de la ciudad aprobaron por unanimidad, en el transcurso de sus respectivas estaciones de penitencia, su paso por la Mezquita Catedral que no es más que un respaldo a su titularidad católica. «Las cofradías están molestas por los ataques que están sufriendo y se sienten menospreciadas por las autoridades. Por eso, todas han realizado un esfuerzo muy grande para pasar por la Catedral, cambiando horarios y recorridos, adaptándose a las necesidades de las hermandades que pueden tener más dificultades», explica Pedro Soldado a LA RAZÓN en el Patio de los Naranjos. Aunque reconoce que en el tema económico la alcaldesa, Isabel Ambrosio, rectificó, lo cierto es desde el Gobierno municipal «van poniendo chinitas». Máxime cuando los sostenes de Ambrosio son IU y Podemos, que ya han manifestado que aunque no tengan la razón en el caso de la Mezquita a ellos les interesa mantener la polémica.

Rosario Castelló pertenece a la Hermandad del Remedio de Ánimas desde 1973 y hoy es la Hermana Mayor, la primera mujer en ocupar este puesto en su cofradía. Entre faroles, túnicas y estandartes nos recibe en la calle Jesús del Calvario, a pocos metros de la parroquia a la que pertenecen, la de San Lorenzo Mártir. Ellos han sufrido en sus carnes la discriminación por parte de los grupos de izquierda, fundamentalmente Ganemos. Hasta el inicio de esta legislatura no habían tenido problemas; tampoco con los gobiernos de Izquierda Unida. «En su afán por el poder, el PSOE ha asumido todas las propuestas de Ganemos e IU, que se ha echado al monte, y han acordado prohibir la asistencia de cargos públicos a las procesiones», explica. Además, han tenido problemas para cobrar las ayudas para flores y velas del año pasado: «Nos han hecho ir hasta cuatro veces a las oficinas del Ayuntamiento porque faltaba una firma, luego un sello, después no sé qué... Creen que nos vamos a cansar, pero no lo haremos». La última «chinita» ha sido la no respuesta al requerimiento para celebrar un vía crucis en la calle. Habían presentado la solicitud dos meses antes y, tras insistir y reclamar una respuesta, la autorización llegó apenas pocos días antes de la celebración de este culto.

Rosario no entiende el anticlericalismo de estas nuevas fuerzas políticas, sea con la Semana Santa o con la Catedral, de la que dice que lo único que les interesa a los poderes públicos «es el dinero». Sin embargo, ante el «acoso», lo que están consiguiendo, añade esta hermana, esposa, madre y abuela de cofrades, es que «todas las cofradías estemos más unidas ante la discriminación que sufrimos. Y es que no nos dejan respirar, nos están machacando».

Cerca de la iglesia de San Lorenzo y de la sede del Remedio de las Ánimas se encuentra el cuartel general de Ganemos Córdoba. Abierto sólo después de las ocho y media de la tarde, su presidencia la ocupa un cartel que reza «Danos tu corazón por la Mezquita». Desde este mismo lugar, enfrente de la iglesia de los salesianos, un grupo de militantes de este partido increpó a la gente participaba en una procesión la Semana Santa pasada. «Empezaron a gritar y enseguida los cofrades se dirigieron a ellos para recriminarles su actitud. Enseguida cerraron puertas y se ocultaron en el interior», explica.

Todas estas quejas y reivindicaciones fueron recogidas con gran maestría en el pregón de la Semana Santa, que este año corrió a cargo de José Juan Jiménez Güeto, párroco de la Trinidad y canónigo, que empezó su intervención con un poema propio en el que definió a Córdoba como «alhaja de fe conquistada y una tierra que a Dios eleva el alma» y que terminó con un «¡Viva la Catedral!», prólogo de un estruendoso aplauso que pudieron vivir en primera persona tanto la alcaldesa de la ciudad como Rosa Aguilar, otrora defensora del templo católico y hoy de la otra parte. Aquella que quiere revocar la cesión de la mezquita a la Iglesia por parte de Fernando III el Santo y que obvia que los musulmanes construyeron su templo sobre una iglesia. La misma que hace informes municipales copiando la Wikipedia o que apoya plataformas que, según los vecinos, reciben financiación de dudosa procedencia.