Sobrepeso

Uno de cada tres niños menores de cinco años tiene sobrepeso

En 2025, la OMS estima que 70 millones de niños serán obesos. #DKVapptívate es un proyecto que lucha para prevenirlo

Uno de cada tres niños menores de cinco años tiene sobrepeso
Uno de cada tres niños menores de cinco años tiene sobrepesolarazon

En 2025, la OMS estima que 70 millones de niños serán obesos. #DKVapptívate es un proyecto que lucha para prevenirlo

El problema de la obesidad es multifactorial. «No se puede achacar todo a los genes ni tampoco sólo al entorno. Es la combinación de las dos cosas», afirmó ayer el doctor Rafael Casas, responsable del estudio THAO, uno de los últimos que se ha realizado en España para determinar los porcentajes de obesidad y sobrepeso entre los menores. A raíz de este estudio y de otros dos que se habían realizado previamente, Casas ha colaborado con el Instituto DKV de la Vida Saludable para plantear un proyecto integral #DKVapptívate que prevenga y reduzca este problema en nuestro país. Y es que, como subrayó durante su presentación, «la obesidad no se percibe como problema, simplemente no está de moda». Sin embargo, a la sociedad le debería preocupar porque «cada vez nos acercamos más a los países del mundo con niveles más altos de obesidad infantil», añadió Josep Santacreu, consejero delegado de DKV Seguros.

Como se destaca en el informe presentado ayer, uno de cada tres niños que acude al pediatra –menores de cinco años– ya tiene sobrepeso. Es por eso que las estimaciones que ha difundido la Organización Mundial de la Salud (OMS) no son muy optimistas. Si en 1990 se contabilizaron 32 millones de menores con problemas de obesidad, en 2013 esa cifra superó los 42 millones y para el año 2025 –en menos de una década– ya calculan que pueda ascender hasta los 70 millones. Y es que lo que está percibiendo este organismo es que cada vez aumenta más entre los más pequeños. Son los que viven en entornos urbanos los que más exceso de peso tienen. Como sostiene el doctor Casas, en España también se han detectado estas diferencias entre los niños de campo y los de ciudad. Achaca esta diferencia al número de parques y zonas verdes que tienen los núcleos de población más pequeños, en comparación con las grandes urbes.

En lo que respecta a la diferencia de sexo, como refleja el informe de DKV, la prevalencia es mayor entre niños que entre niñas. La franja entre 8 y 13 años preocupa especialmente a los pediatras, ya que, en este periodo, el porcentaje de sobrepeso puede superar el 30 por ciento entre los menores de nuestro país.

Una de las claves para combatir este problema social es luchar contra los malos hábitos. En esta tarea deben implicarse directamente los padres, insiste Casas. Uno de cada cuatro niños de entre 8 y 13 años desayuna bollería industrial, mientras que el 31 por ciento declara no desayunar cereales y un 15 por ciento ningún lácteo. «El hábito del desayuno es muy malo en este país», añadió el experto. Pero no sólo eso, dos de cada diez toma dulces o chuches varias veces al día, mientras que únicamente el 14,8 por ciento incluye en su dieta las cinco raciones diarias de frutas o verduras. Otro gran caballo de batalla para los padres es la comida rápida. Tres de cada diez la consumen al menos una vez por semana.

A estas dietas poco equilibradas se suma un factor muy importante: el sedentarismo. Un 23 por ciento de la población infantil (un porcentaje similar al de niños con sobrepeso) usa pantallas más de las dos horas diarias recomendadas por la OMS entre semana, y aumenta al 41 por ciento el fin de semana. A pesar de los riesgos asociados al sobrepeso, el estudio muestra una «insuficiente percepción de gravedad del problema por parte de los padres cuyos hijos tienen exceso de peso y, por tanto, también de los propios niños», añadió Eva Marina, directora de la Universidad de Padres, entidad que colabora con DKV para luchar contra esta epidemia.

Casas afirma que «siguiendo cuatro normas básicas de alimentación, sumadas al ejercicio, más allá de la hora de Educación Física, se podría reducir la prevalencia». El estudio incluye recomendaciones para reducir la probabilidad de padecer obesidad a lo largo de la infancia desde la familia y la escuela, como la ingesta pausada, la racionalización de los alimentos y hacer una comida principal en familia. La calidad del sueño también es importante y aún «existe poca conciencia sobre ello».