Sexo

El «grooming» explota las debilidades de los adolescentes

La naturaleza impulsiva y egocéntrica de los menores y sus necesidad de pertenecer al grupo les hace más vulnerables a este delito, destacan los expertos

Un agente especializado en perseguir delitos de acoso sexual a menores en internet
Un agente especializado en perseguir delitos de acoso sexual a menores en internetlarazon

Existen muchos tipos de riesgos para los menores en Internet, pero el acoso sexual es el que más daños psicológicos irreversibles puede llegar a provocar en el futuro desarrollo personal de los jóvenes, como apuntan desde la Asociación de Internautas.

Como explica el director de la Asociación, Víctor Domingo, en un comunicado, el término anglosajón ‘grooming’ identifica conductas de adultos que implican la preparación de menores de edad con fines sexuales, lo que hacen para ganarse su confianza y lograr el encuentro físico u otras concesiones, como el envío de imágenes íntimas.

Los menores se mueven con naturalidad en la Red, lo que genera una sensación de confianza, de que «van a saber distinguir entre contenidos o personas de confianza y los que no lo son», comenta Domingo. Los adolescentes, especialmente por su naturaleza impulsiva y egocéntrica, y sus necesidad de ser aceptados y pertenecer al grupo, son los más propensos a ser víctimas del ‘grooming’ en Internet.

La información se presenta como clave para prevenir cualquier tipo de amenaza en Internet, con especial énfasis en el acoso sexual. «Es de vital importancia que se impulsen campañas de información y prevención dirigidas específicamente a ellos, guiadas por parámetros o estructuras atractivas y de fácil comprensión», entiende el director de la Asociación.

Los programas de refuerzo educativo en materia de redes son tan importantes como los programas de educación vial o los de educación sexual de toda la vida, y cada vez para edades cada vez más tempranas. «Sin esto, las tareas policiales y judiciales siempre van a estar cojas», defienden desde la Asociación.

«Si los menores (y sus tutores) siguen creyendo que estar tras una pantalla entre cuatro paredes es seguro, incluso anónimo, los adolescentes aprenderán a base de tropiezos, y en muchos casos, serán tan graves que les dejarán secuelas de por vida», concluyen. EP