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Investigación científica

El sueño de leer un libro... sin abrirlo

Científicos estadounidenses consiguen leer nueve páginas sin separarlas gracias a un nuevo invento. Un museo ya les ha hecho la primera petición para leer libros antiguos sin separar las hojas

Uno de los investigadores, “leyendo” las hojas sin separarlas
Uno de los investigadores, “leyendo” las hojas sin separarlaslarazon

Asiduos del rincón del vago. Alérgicos al placer de la lectura. Perezosos que alguna vez fantasearon con la posibilidad de leerse un libro de 1.000 páginas sin ni siquiera tocar sus tapas. Absténganse de buscar en esta noticia el invento de sus sueños. No es lo que parece.

Detrás de este titular tan llamativo no está la fórmula mágica para leer un libro entero con el poder de la vista, sin separar sus páginas y en un santiamén, como hacía Superman en la primera de sus películas. Pero en algo se le parece.

Un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston y del Instituto Tecnológico de Georgia de Atlanta, dos de los puntos del planeta donde más mentes ingeniosas se concentran, han publicado en la revista Nature Communications un invento, aún en mantillas, que permite leer varias páginas situadas una encima de la otra sin separarlas.

El primer experimento ha logrado, sin error alguno, identificar las letras escritas en las nueve primeras páginas. Tal y como asegura el MIT en una nota de prensa, el invento se basa en una serie de algoritmos informáticos que capta imágenes de hojas individuales situadas en pilas de papel, que después son interpretadas y traducidas a letras.

Para ello, se vale de la radiación de terahercios, la banda de radiación electromagnética a medio camino entre las microondas y la luz infrarroja que puede penetrar diversas superficies, y que ya ha sido sobradamente utilizada en controles de seguridad en aeropuertos.

Este sistema, a diferencia de los tracionales rayos X, distingue entre la tinta y el papel en blanco. Proporciona, además, más resolución, por lo que permite diferenciar entre dos letras aparentemente iguales o similares.

Aunque hasta ahora se han leído nueve páginas, el algoritmo, tal y como está configurado, puede llegar a interpretar correctamente hasta el folio 20.

Las aplicaciones de este sistema, una vez perfeccionado, son enormes. De momento, ya ha llegado la primera petición: «El Museo Metropolitano de Nueva York ya ha mostrado mucho interés, por ejemplo para observar libros antiguos que no quieren tocar para no deteriorarlos», explica Barmak Heshmat, científico del MIT Media Lab y uno de los integrantes del equipo de investigadores.