Gastronomía

Comida con forma de bits

Bill Gates, Elon Musk, Leonardo Di Caprio o Kobe Bryant apuestan por la «uberización» de la alimentación.

El medio de transporte por el que nos llegarán los alimentos a casa no será la motocicleta o el robot, sino la banda ancha
El medio de transporte por el que nos llegarán los alimentos a casa no será la motocicleta o el robot, sino la banda anchalarazon

Bill Gates, Elon Musk, Leonardo Di Caprio o Kobe Bryant apuestan por la «uberización» de la alimentación.

La revolución tecnológica ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos. Y los avances científicos transformarán incluso los alimentos que se ingerirán en el futuro.

Desde «start-ups» totalmente disruptivas hasta compañías como Alibaba, Amazon o Fujitsu, ya son muchas las empresas que piensan que «el poder está en el dato, no en el plato». Es más, ilustres de renombre como Bill Gates, Elon Musk, Richard Branson, Leonardo Di Caprio, James Cameron, Gwyneth Paltrow, Serena Williams o Kobe Bryant están apostando por la «uberización» de la alimentación.

Marius Robles, CEO y cofundador de Reimagine Food, apostilla que «el siguiente gran paso de la tecnología no llegará en nuestros teléfonos. La nanotecnología, la bioingeniería y la inteligencia artificial entrarán de lleno en nuestros menús».

De laboratorio

Los alimentos de laboratorio existen desde hace tiempo. Pero «en los próximos 10 años estarán al alcance del consumidor». El nuevo modelo de era post-animal responde a varias razones. Por un lado, en el mundo se desperdicia la mitad de los alimentos comestibles. Además, la población en el planeta alcanzará casi los 10 billones de habitantes, por lo que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la producción agrícola debería crecer un 75% para poder dar de comer a todos.

El mercado sustitutivo de la carne podría subir un 8,4% anual durante los próximos tres años. En este sentido, ya dijo Winston Churchill en 1931 lo absurdo que parecería 50 años más tarde «criar un pollo entero para comer solo la pechuga o el ala, pudiendo hacer crecer estas partes por separado en un medio adecuado».

En relación al impacto medioambiental, y en particular en el mar, algunas «start-ups», como New Wave Foods, han sustituido la forma y el gusto de la gamba a través de, entre otros «ingredientes», del alga que ingieren. «Empezaremos a observar como la Inteligencia Artificial entra de lleno en la forma en que se diseñan los alimentos». Y pone como ejemplo a la «start-up» Intelligence X, que mediante la IA diseña la cerveza perfecta.

Dentro de la IA, The Not Company es una empresa-laboratorio chilena que, analizando la composición molecular, logra equiparar el sabor, la textura, el aroma e, incluso, los nutrientes de diferentes alimentos. De hecho, esta compañía creó Guiseppe, un software que detecta conexiones entre componentes moleculares de la comida y la percepción humana de sabor y textura, y reconstruye la fórmula molecular con plantas sustentables. Por ejemplo, si desean hacer chocolate el computador dice su formulación molecular y luego qué plantas ayudan a imitarla. «Se trata de una posible línea de alimentos inteligentes, ya que además de ser más baratos y de utilizar menos agua y cantidad de tierra en su producción, tienen los mismos nutrientes que los que imitan», explica el CEO de Reimagine Food, quien augura que «acabaremos alterando genéticamente prácticamente todo, incluido el vino».

Tendencias

Robles cree que en el futuro diferenciaremos entre alimentarnos para disfrutar y nutrirnos para rendir más y tener salud plena, y que continuaremos con el «arte de cocinar» para evadirnos y hacer combinaciones de ingredientes asombrosas. Sin embargo, sostiene que en muchas cocinas habrá robots inteligentes que garantizarán la producción comida-calorías-nutrientes necesaria para ese día, en función del estado de ánimo, de si es invierno o verano, o de si queremos correr una maratón. «Viviremos la ultrapersonalización. No estamos tan lejos de acabar teniendo bioreactores en nuestros domicilios para producir comida personalizada», remarca.

Después, vaticina, viviremos la teletransportación. Es decir, «el medio de transporte por el que nos llegará la comida a casa no será la motocicleta o el robot, sino la banda ancha. En vez de alimentos, se transportarán datos. Podremos adquirir recetas o platos de chefs que nos ‘venderán’ desde sus restaurantes para que en segundos se empiecen a imprimir en nuestros domicilios».

Las impresoras en 3D de comida, con un sintetizador de alimentos en polvo, recrearán bocados simultáneos y cambiantes con 10 o 20 sabores degustables en pocos instantes.

Desde Reimagine Food aseveran que las neveras serán cada vez más inteligentes, que detectarán fechas de caducidad de los productos y que se conectarán con el supermercado habitual para hacer automáticamente la compra». Desperdiciaremos mucha menos comida. El mismo frigorífico nos realizará un escáner de reconocimiento corporal y facial para hacernos sugerencias nutritivas en base a cómo nos encuentre». Robles opina que pasaremos de tener huertos urbanos a invernaderos robóticos que producirán la comida a un ritmo 500 veces más rápido. Y que, incluso, crearemos alimentos híbridos.