Agencia Espacial Europea

Jóvenes madrileños crean un satélite en una lata

Competirán en un concurso de la Agencia Espacial Europea

Los alumnos autores del proyecto
Los alumnos autores del proyectolarazon

Un equipo de seis estudiantes de primero de Bachillerato del IES El Burgo de Las Rozas (Madrid) competirá en un concurso de la Agencia Espacial Europea (ESA) con un proyecto que es la construcción de un satélite con las dimensiones de una lata de refresco.

Todo comenzó hace tres años cuando un profesor del centro, Francisco Viñas, acudió a las charlas para docentes que impartes la AEE en Villanueva de la Cañada para acercar la astrología a las aulas.

El maestro se quedó fascinado por el concurso que ofrecía la organización e intentó sin éxito presentarse en las últimas tres ediciones.

El proyecto Cansat propone a los estudiantes crear, en cooperación con la ESA, un satélite de dimensiones de una lata tradicional de refresco que es lanzado al aire y recoge información meteorológica.

La lata es lanzada con un globo y descenderá con un paracaídas y, en ese descenso, Cansat recogerá información que se utilizará para diferentes objetivos y misiones.

El proyecto se encuentra dividido en dos misiones; en la misión principal, gracias a la ayuda de varios sensores, se medirá la temperatura y presión del aire, y, en las secundarias, cada equipo diseñará sus propias misiones, instalando equipamiento y modificando el experimento para cumplir los objetivos propios.

Como bien dicen, a la tercera va la vencida, y Viñas reunió a un grupo de alumnos de primero de Bachillerato, compuesto por Fernando Bermúdez, Efrén Boyarizo, Pablo Campos, Fernando Celaya, Samuel Nevado y Enrique Teja, para competir en el recién creado este año certamen nacional.

Viñas ha explicado a Efe que del centro de Las Rozas se presentaron dos equipos de alumnos para este certamen y uno de ellos se impuso en concurso español.

«El proyecto es técnicamente muy atractivo, nos escogieron y competimos con otros once proyectos de toda España», ha detallado el profesor, que ha agregado que la selección final del proyecto que iba a competir en la UE se realizó en Teruel.

Viñas ha subrayado que la organización pone un precio máximo de coste de 500 euros para llevar a cabo el satélite, pero ha matizado que el dispositivo les ha valido menos de 300 euros.

La competición final será en Bremen (Alemania) del 28 de junio al 2 de julio y allí competirán 16 equipos de países que colaboran con la Agencia Espacial Europea.

«La experiencia y el prestigio de estar en esa competición final es fundamental. Llevamos un proyecto que está bien, pero es muy complicado ganar. Es una institución de primer nivel», ha subrayado.

Por otra parte, ha indicado que las certificaciones generales del concurso dicen que el satélite tiene que subir mil metros de altura, pero en la competición nacional ascendió unos 300 metros.

«Después cae a una velocidad de entre ocho y diez metros por segundo. Si cae más lento, te pueden descalificar. En total, la caída se realiza en unos 35 segundos», ha sostenido y ha resaltado la tensión que se vive por los miembros del equipo en esa caída, ya que significa el porvenir del proyecto.

Sobre los alumnos que tiene en el proyecto, ha destacado que tienen una «vocación clara» para estudiar una ingeniería y ha explicado que en el proyecto también colabora un «especialista en impresión en tres dimensiones», que es «más pequeño» del curso de Tercero de la ESO.

Para costear el viaje a Bremen, el profesor está llevando a cabo una campaña para recolectar fondos, puesto que cada billete de avión tiene que ser costeado por los estudiantes.

«Además, cada satélite tiene que llevar un gemelo físicamente igual», ha añadido.

Por ello, están moviendo contactos con empresas de la zona de Las Rozas y vendiendo camisetas para poder llegar a la ciudad alemana.

«Para nosotros, 3.000 euros es un pastón que necesitamos para el viaje», ha apostillado.

En este sentido, Viñas ha asegurado que la organización les paga la estancia y el alojamiento en Alemania, pero tienen que costearse el desplazamiento, «algo realmente caro» para siete personas. EFE