Ciencia y Tecnología

La casa que avisa al médico

Un proyecto de arquitectura promete llevar a los hogares lo último en tecnología para prevenir y reaccionar ante cualquier problema relacionado con la salud.

La casa que avisa al médico
La casa que avisa al médicolarazon

Un proyecto de arquitectura promete llevar a los hogares lo último en tecnología para prevenir y reaccionar ante cualquier problema relacionado con la salud.

Joe Colistra no es un profesor de arquitectura corriente. Este experto recibió dos becas de compensación económica. Una corresponde al Instituto Americano de Arquitectos y la otra al Fondo Comunitario Gigabit de Mozilla. Colistra decidió invertir ese dinero en financiar la formación de sus alumnos, proponiendo a éstos un desafío: construir una casa que se encargue de evaluar la salud de sus habitantes.

Durante el último semestre de carrera, los alumnos de Colistra se encargarán de construir una casa en la que a las paredes y a los cimientos se le unen Big Data, sensores, superficies inteligentes y microchips que evalúan la salud de sus habitantes. En algunos casos, estos alojamientos será capaces incluso de comunicarse con el médico de cabecera del inquilino, si esto fuera necesario, para alertar de los problemas de salud más alarmantes. Se espera que dicho alojamiento esté listo para junio de 2017. En un comunicado de la Universidad de Kansas, donde el profesor Colistra es titular, él mismo aclara que, comenzó a preguntarse cómo podía influir el ancho de banda en la arquitectura. «¿Qué ocurriría si nuestra casa pudiera evaluar el golpe de las pisadas, el número de veces que salimos de casa, cuantas veces vamos al baño o las horas que dormimos? La idea es usar el Internet que tienen nuestros objetos y vincular sus datos».

Una de las grandes innovaciones es la ubicación de sensores de pisadas en el suelo. Estos no solo detectan si alguien se cae, sino también con qué fuerza y hasta quién se ha caído, basándose en el peso. Pero lo más importante es que, si la caída es potencialmente peligrosa, la misma casa puede avisar a familiares, ya sea por teléfono, WhatsApp o redes sociales. También mide la longitud y la frecuencia de los pasos, algo fundamental para evaluar el potencial riesgo de una persona de padecer Alzhéimer. Un estudio realizado a principios de 2016 demostró que la frecuencia de las pisadas y el titubeo al caminar es un síntoma precursor de esta enfermedad neurodegenerativa.

Estos sensores están distribuidos por todo el suelo de la casa. Al igual que los que se encarguen de detectar la calidad del aire. Recientemente la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), señalaba en un informe que «hay cada evidencias científicas que indican que el aire dentro de las casas puede estar más contaminado que el del exterior, aún en áreas muy industrializadas». La calidad del aire influye directamente en la probabilidad de desarrollar ciertos tipos de alergias o de padecer asma. Existen equipos que alertan de cambios en la calidad del aire, como el Healthy Home Coach, que evalúa también la humedad, la temperatura y hasta el nivel de contaminación acústico. Estos dispositivos son capaces de enviar la información al smartphone y aconsejar sobre las medidas para evitar cualquier problema respiratorio. De hecho, Colistra especula que, con el Big Data, estos sensores serán capaces de saber quién está en la casa y adecuar, directamente, las condiciones del aire para estas personas. Así, la temperatura, el tono de las luces de cada habitación, y la humedad ambiente, se programarán dependiendo de si en el interior de la casa hay una reunión de fumadores, un adolescente con asma o un bebé que no puede dormir.

Precisamente, el sueño es uno de los grandes dilemas de los alojamientos inteligentes. De acuerdo con el Instituto de Medicina del Sueño, la mala calidad en las «horas de almohada» puede aumentar el estrés y la ansiedad y producir hasta un 40% más de posibilidades de sufrir una enfermedad psiquiátrica si los problemas para dormir se vuelven crónicos. A nivel fisiológico repercute en la habilidad para procesar la glucosa, lo que puede provocar altos niveles de azúcar en la sangre y favorecer la diabetes o un aumento de peso.

El hogar que Colistra planifica tendrá colchones inteligentes que ajustan la temperatura a la de aquellos que los están utilizando. También adaptarán su dureza a la posición del bello o bella durmiente. Colchones inteligentes como el IQfy detectan cuando una persona se levanta de la cama y comienzan un protocolo que puede ir desde avisar a asistencia médica o familiar, si se trata de una persona con alguna demencia, hasta encender las luces del pasillo para evitar accidentes. Otro ejemplo es ReST Bed, una cama que adapta su firmeza en la cabeza, hombros, lumbares, cadera y piernas, teniendo en cuenta la actividad que desarrollamos durante el día (datos que obtiene de nuestro smartphone). O la firma Eight, que con sus colchones inteligentes y su app no solo calienta el café cuando nos levantamos, sino que además evalúa la calidad de nuestro sueño y determina el número adecuado de horas que cada miembro de la familia necesita, basándose en las etapas de sueño REM, el ritmo cardíaco y otras variables físicas.

Otro de los centros neurálgicos de la «casa médico», será el baño. «Los espejos serán capaces de detectar cambios en nuestra piel, desde lunares o lesiones hasta efectos de un derrame cerebral. También alertarán al profesional pidiendo una cita si lo necesitamos. Por otro lado, estamos estudiando la posibilidad de tomar lecturas de hidratación que podrían conducir a ajustar un medicamento diurético o cardíaco sobre la marcha. Es algo que podría revolucionar la medicina geriátrica, una vivienda que es un dispositivo médico» señala Colistra.

La orina y la sangre, analizadas a través de pequeños microchips ubicados estratégicamente también pueden aportar importante información. VirScan, por ejemplo, es un novedoso dispositivo que detecta hasta 1.000 virus diferentes y analiza los anticuerpos para saber si los hemos contraído previamente o es una nueva infección. Según el experto David Wishart, un microchip precisa apenas unas gotas para detectar miles de compuestos. Esta información permite identificar en etapas muy tempranas cáncer de colon y próstata, detectar alergias alimentarias, la posible presencia de cálculos o pólipos, neumonía y hasta el rechazo a órganos trasplantados.

Sorprendentemente, hay otro aspecto que habitualmente no se tiene en cuenta a la hora de evaluar la salud y es algo muy presente en cualquier hogar: la voz. La compañía Beyond Verbal ha desarrollado una plataforma que analiza nuestras emociones a partir de nuestra entonación, el timbre y el volumen. Por increíble que parezca, esto les permite detectar desde depresión, estrés o ansiedad hasta enfermedades cardiovasculares, Párkinson y síntomas asociados al trastorno del espectro autista en niños pequeños. Con toda esta información, nuestro hogar no solo podrá avisar a nuestros médicos, sino también actuar en consecuencia, sugiriendo una dieta diferente, comunicándose con el médico para variar cierto fármaco porque produce efectos no deseados o para variar las dosis.

Ahora mismo, el verdadero impacto de este tipo de hogares, que ya es cosa del presente y no de un futuro lejano, se encuentra principalmente en los hogares para mayores, que es donde se puede crear el mayor beneficio y obtener importantes datos. La compañía Healthsense ha creado un proyecto piloto que analiza una comunidad de 20.000 personas que necesitan asistencia en sus vidas diarias. Los primeros datos demostraron que lograron reducir un 50% la asistencia a urgencias y las admisiones al hospital gracias al uso de sensores y Big Data.

También está el ejemplo de la ciudad italiana de Bolzano, donde IBM lleva a cabo el proyecto Secure Living que busca ayudar a personas de la tercera edad a vivir de modo independiente y saludable en su propia casa. El proyecto analiza en tiempo real desde las constantes médicas de los voluntarios, hasta cambios en el monóxido de carbono, fugas de agua o gas y envía mensajes a sus familiares, asistentes médicos o a las empresas responsables para que se resuelva el problema. Todo esto se hace con la colaboración del ayuntamiento de Bolzano que ha convocado a unos «ángeles» o voluntarios que configuran todo el sistema a través del sistema operativo Android. Hace años, la idea de que una casa aumentaría nuestra esperanza de vida era impensable. ¿Nace un nuevo rubro inmobiliario?