Ciencia y Tecnología

La inteligencia colaborativa: cuando miles de cerebros se unen

Durante años decenas de expertos han advertido de los peligros de la IA, ahora ésta tiene un adversario digno que podría derrotar nuestros miedos

La inteligencia colaborativa: cuando miles de cerebros se unen
La inteligencia colaborativa: cuando miles de cerebros se unenlarazon

Durante años decenas de expertos han advertido de los peligros de la IA, ahora ésta tiene un adversario digno que podría derrotar nuestros miedos

La Singularidad, Stephen Hawking, Elon Musk... la advertencia de que en pocas décadas la Inteligencia Artificial (IA) alcanzará tal grado de desarrollo que pondrá en jaque nuestra civilización, es frecuente y llega de individuos que se han ganado el respeto a base de innovaciones, conocimiento y trayectoria. Pero ahora comienza a levantarse un posible adversario para tan temible futuro: la inteligencia colaborativa, la hermana mayor de la colectiva.

Esta última es, por ejemplo, Wikipedia: millones de cerebros humanos que ponen su trabajo para crear algo más grande. La inteligencia colaborativa, en cambio, recurre a multitud de mentes para desarrollar algo completamente nuevo. Así ha nacido Appgree. Esta aplicación es una plataforma que permite realizar debates y votaciones en tiempo real con dos grandes ventajas: los resultados son muy rápidos y, al contrario de otras opciones similares, las preguntas son abiertas, no hay tres o cinco posibilidades, cada participante responde lo que quiere y la respuesta más frecuente es la elegida. En el primer congreso de Vista Alegre, Podemos utilizó Appgree y canalizó las 16.218 propuestas de 10.989 participantes. También fue un recurso para el reality Gran Hermano en el que le preguntaron a 90.000 personas qué quería hacer con uno de los participantes (nota a pie de página: querían que les tiñan a todos el pelo de verde. Hubo que decir que era imposible).

Juan Morán es uno de los creadores de Appgree (junto a su hermano José) y es él, en conversación telefónica, quien nos cuenta que «actualmente la aplicación forma parte las plataformas de numerosos bancos que ya casi no tienen oficinas físicas y necesitan saber qué ofrecerles a sus clientes. Se trata de una plataforma de democracia participativa en la que todos dicen lo que quieren, sin filtros. Y para las marcas esto es sumamente valioso porque reciben ideas que jamás se les hubieran ocurrido». Appgree ya es utilizada por millones de personas en todo el mundo, en Dinamarca recurren a ella sindicatos, empresas de alimentos en Estados Unidos y telefónicas en nuestro país. Se trata de una plataforma que, basada en el algoritmo DemoRank, puede dar los resultados de lo que piensa una multitud, en apenas tres minutos. Aunque las preguntas sean abiertas. El valor colaborativo de esta aplicación es que, eventualmente, los otros usuarios también pueden saber las propuestas ajenas y aportar nuevas ideas de modo que se crea algo nuevo, no solo más grande.

Cuando le consultamos a Morán si es posible que la IA se haya encontrado con su némesis, su respuesta es muy cauta: «Creo que lo mejor sería que ambas trabajen juntas en un futuro. La inteligencia artificial y la colaborativa, unidas, pueden llevar a procesos que ahora son casi ciencia ficción. Mientras una es vertical y asociativa, la otra es paralela y específica. Se necesitan mutuamente».

Por ahora es muy pronto para la inteligencia colaborativa, lleva una década al menos de desventaja sobre la IA, y los primeros resultados se comienzan a ver en campos de la ciencia, como la química (el juego colaborativo Foldit ha permitido conocer una enzima del VIH que los científicos no lograban comprender), genética (participantes del EteRNA han publicado un estudio en Molecular Biology con sus hallazgos) y lo mismo ocurre en astronomía o física. Pero son muy pocos los que se han atrevido a recurrir a esta posibilidad en la vida diaria.

Imaginad que, a través de una plataforma, fueran los usuarios los que decidieran cuándo sale un vuelo y tuvieran el poder para cambiar su precio. No es complicado: en la aplicación, ponen su fecha deseada de partida, origen, destino y hora preferida de llegada. El sistema los reúne para hacer una oferta a la aerolínea, empresa de trenes o autobuses. Ya no se trata sólo de un pasaje, sino quizás de 200 y los usuarios tienen el poder. Lo mismo con restaurantes, teatros, cines (¿por qué no películas por la mañana?). Algunos podrán afirmar que esto no crea algo nuevo, sino algo más grande (y probablemente más económico), pero sería algo muy novedoso que los clientes sean los que determinen el servicio. Y los puedan combinar: catering del restaurante preferido en el vuelo, teatro en la cena y, yendo más lejos aún: ¿y si pudiéramos diseñar nosotros mismos el próximo iPhone o construir la siguiente tablet? Una plataforma que uniera a 100.000 personas capaces de diseñar, comprar y montar su smartphone... Sería algo mucho más grande.

Al servicio del cerebro colectivo

Hunch

Una red social de recomendaciones sobre productos, no sólo por precio o prestaciones, sino para sacarle mayor partido a los dispositivos o bienes comprados. Se comparten ideas en todas sus categorías.

Songtree

Es un juego de palabras en el que cada canción (o pista instrumental o vocal) que se graba, se agrega a un árbol formando un tema. Cada usuario elige lo que quiere hacer, si partir de cero o sumar a una obra ya empezada.

►HealthCode

Dirigida a los especialistas en medicina, reúne a interesados en crear dispositivos o códigos para la salud. Conecta las ideas con posibles inversores y a personas con objetivos comunes para crear algo impactante.

StoryCraft

Ideal para escritores, mezcla de elige tu propia aventura con agrega tu propio relato. Un libro que se nutre de lo que otros escriben y en el que el lector decide hacia dónde va. Igual que el autor.

FwdVü

La idea es sencilla: si todos los días visitas el mismo bar (peluquería, cine, tienda, etc.), diles cuánto tiempo y dinero gastarás allí y qué quieres a cambio. Si aceptan, trato hecho.

►Brainsqueezer

Traducido del inglés es «exprimidor de cerebros». Así que si necesitas aire fresco imagina contar con cientos o miles de cerebros a tu disposición para una tormenta de ideas. Al instante.