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Los delfines pueden jugar con tablets

Un experimento demuestra que interactúan con lo que se les muestra en una pantalla táctil

Uno de los delfines reaccionando ante la pantalla
Uno de los delfines reaccionando ante la pantallalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@310c279e

Pocos animales maravillan tanto a niños y niñas, grandes y pequeños, público en general y científicos, como los entrañables delfines. Por eso son los protagonistas habituales de los experimentos de los investigadores para calibrar hasta dónde llega su inteligencia, y casi nunca decepcionan.

La última prueba a la que han sido sometidos, y que han superado, tiene que ver con la tecnología. Con una pantalla táctil, para más señas.

Investigadores de la estadounidense Universidad Rockefeller y el Hunter College decidieron fabricar una pantalla táctil de gran tamaño sumergible y someter con ella a un experimento a los delfines del Acuario Nacional en Baltimore.

La tablet es la primera específica para delfines, dotada de una tecnología óptica, y en ella se proyectan diversas imágenes que invitan a estos cetáceos, a través de diversas aplicaciones, a interactuar con la pantalla. Las primeras pruebas han sido sorprendentes.

La pantalla táctil subacuática de tres metros cuadrados está dotada de distintas «aplicaciones» especializadas para los delfines y un teclado simbólico para ofrecer a estos animales la oportunidad de interactuar con el sistema, según explica la Universidad Rockefeller en un comunicado.

Con ella, los investigadores quieren comprender cómo son el aprendizaje y la comunicación vocal de los delfines, su capacidad de comunicación simbólica y qué patrones de comportamiento pueden surgir cuando tienen la capacidad de solicitar ítems, Interacciones e imágenes.

Además de la pantalla táctil en sí, el hábitat de los delfines en el Acuario Nacional ha sido equipado con equipos para registrar su comportamiento y vocalizaciones a medida que se encuentran y comienzan a utilizar la tecnología.

Según explica la Universidad, los científicos ya han empezado a introducir a los delfines en algunas de las aplicaciones interactivas del sistema, por lo que los animales pueden explorar por sí mismos los efectos de tocar la pantalla. Sin ningún entrenamiento o estímulo explícito, uno de los delfines más jóvenes, Foster, mostró espontáneamente interés inmediato en la reproducción de una versión de delfín de Whack-a-Mole, uno de los clásicos juegos que se podía encontrar en las salas recreativas de los años 80, en la que sigue y toca el movimiento de peces en la pantalla táctil.

«Fue muy difícil encontrar una solución inteligente que fuera absolutamente segura para los delfines, pero ha sido increíblemente gratificante trabajar con estas increíbles criaturas y ver sus reacciones a nuestro sistema», afirma el biofísico Marcelo Magnasco, profesor y jefe del Laboratorio de Neurociencia Integrativa de la Universidad Rockefeller. «Un sistema totalmente interactivo y programable nos ayudará a seguirlas en cualquier dirección que nos lleven”, añade.

El equipo de investigación interdisciplinario está compuesto, además de por el mencionado Magnasco, por Diana Reiss, investigadora de cognición y comunicación de delfines y profesora del departamento de psicología del Hunter College. También participan Ana Hocevar, una investigadora postdoctoral; Y Sean Woodward, estudiante de doctorado, ambos en el laboratorio de Magnasco.