Ciencia y Tecnología

Mobile learning: estudiar con el móvil en clase

Algunos expertos defienden la integración de los smartphones en las clases, en lugar de su prohibición total

Un aula de un colegio de Madrid, en una imagen de archivo
Un aula de un colegio de Madrid, en una imagen de archivolarazon

En los últimos años, algunos profesores han ido perdiendo el miedo a introducir los teléfonos en las aulas y permitir que para los alumnos sean un método más de su aprendizaje. Es lo que se conoce como el mobile learning. Otros, sin embargo, consideran que este dispositivo es, y sigue siendo, un motivo de distracción para los escolares.

Pero, ¿qué aporta realmente trabajar en clase, siempre desde un punto de vista de aprendizaje, con un smartphone o una tableta? De esta segunda opción hay estudios recientes, como el llamado ‘Impacto de la tecnología en el aprendizaje’, un trabajo de investigación que se ha basado en el programa Samsung Smart School, y que ha constatado una «mejora sustancial» en la competencia digital de los estudiantes y de los profesores. «En especial, en la adquisición de habilidades como la edición online y la creación multimedia», destacan sus impulsores.

Menchu Garralón, coordinadora de Innovación Pedagógica del Colegio Alborada de Alcalá de Henares (Madrid), considera que el primer paso para meter el móvil en clase es perder ese ‘miedo a lo desconocido’: «Si queremos ayudar a los niños en este aprendizaje de la competencia digital, de dominar las tecnologías, tendremos que formarnos para poder supervisarles, ponerles tiempos de utilización de los dispositivos, orientarles en la búsqueda de información etc. Pero la solución nunca es cortarle las alas, o quitarles las herramientas de trabajo con las que ellos han nacido solo con el argumento de «yo aprendí así» o de que «como no tengo la situación controlada, prefiero el libro».

«Es una realidad que puede ser un complemento a los métodos tradicionales y un apoyo en la labor docente», añade Daniel Rodríguez, CEO de Primux, firma española especializada en tecnología móvil.

Según Garralón, «no tiene ningún sentido seguir enseñando a alumnos del siglo XXI y profesores del siglo XX con metodologías del siglo XIX. Ni obviar que las nuevas tecnologías, ya no son el futuro, son el presente».

Para esta experta, entre las ventajas del aprendizaje con los móviles está la de romper con la rutina, ya que entre otras cosas permite «realizar un proyecto en el que saques a los niños del aula, esconderles los contenidos detrás de códigos QR, utilizar aplicaciones de realidad aumentada para desarrollar proyectos, etc. Es una manera de hacer que la escuela se convierta en un espacio de aprendizaje y que no se reduzca a los muros del aula”.

Asimismo, implica un desarrollo de la identidad digital, en el sentido de «aprovechar Internet» y garantizar que la presencia de nuestro perfil personal o profesional es la adecuada, y permite inculcar a los menores el uso del smartphone no solo como un entretenimiento, sino como un herramienta de trabajo.

Por último, este método de aprendizaje ayuda a «desarrollar metodologías como el aprendizaje cooperativo, para saber trabajar en equipo; el aprendizaje basado en proyectos, que enseña a poner en práctica conocimientos teóricos para resolver problemas cotidianos; aprendizaje basado en el pensamiento, destinado a formar el pensamiento crítico y creativo de los alumnos»; y, por supuesto, «programación informática y robótica, que ayuda a tener pensamiento computacional, a secuenciar acciones y tomar decisiones», explica Garralón.