Ciencia y Tecnología

Smart travel: mucho más que buscar el wifi

Las empresas turísticas se embarcan en un nuevo concepto de servicio al cliente

Smart travel: mucho más que buscar el wifi
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Seamos consciente o no, cuando los turistas cogemos la maleta y nos vamos de vacaciones cada vez más buscamos el “smart travel”. Este concepto es mucho más que un nuevo anglicismo que se sube al carro del “Smart”, sino que esconde una inercia de la que no podemos separarnos: aquello de las vacaciones “para desconectar” ha pasado a la historia, al menos en lo que a nuevas tecnologías se refiere.

El “Smart travel” pretende entre otras cosas aprovechar la tecnología para enriquecer la experiencia del turista explotando posibilidades como la realidad virtual, el big data, la realidad aumentada, los simuladores, aplicaciones de todo tipo o balizas o pantallas táctiles con información personalizada. Y también los chatbots, los robots que nos facilitan información, un mecanismo de interacción con el cliente algo denostado pero cada vez más aceptado por la sociedad.

Tal y como explican enIMF Business School, este nuevo perfil de turista, muy identificado con la generación “millenian”, ya no se conforma con conocer ciudades o visitar hoteles, sino que demanda conectar con Smart Cities y Smart Hotels.

Para atender a sus necesidades, las empresas deben hacer un sobreesfuerzo en innovación tecnológica que va más allá de incorporar nuevas tecnologías, sino que exige entre otras cosas formar a sus empleados en todo lo vinculado con lo digital.

Además, según los expertos de IMF, un destino turístico “no puede ser inteligente si no es accesible”. Para ello, es recomendable proporcionar al cliente servicios como balizas inteligentes diseñadas para la identificación y localización de objetos cercanos, pensando por ejemplo en turistas con escasa movilidad, invidentes o con alguna discapacidad.

A esto se añade el reto de la sostenibilidad, en un sector donde el consumo de agua puede rondar entre 200 y 500 litros por cliente y día, según José Lozano de Stalvia. Además, el gasto energético supera los 1.230 millones de euros al año, según datos delInstituto Tecnológico Hotelero (ITH). De hecho, los hoteles ya están poniendo en marcha medidas en línea con las recomendaciones medioambientales como materiales 100% reciclables, sistemas eléctricos de bajo consumo, aislamiento máximo del edificio para ahorrar la mayor cantidad de energía posible e, incluso, sistemas de limpieza con ozono sin químicos.

“Estamos ante una nueva visión de la actividad turística, donde ya no es suficiente con ser muy buenos, sino que, además, debemos ser muy precisos. Ser bueno es imprescindible para ser competitivo, ser rápido es fundamental para no quedarnos atrás” como explica Gabino Diego, director corporativo de Empresa e Institucional de IMF Business School.