Feria de San Isidro

Alberto Aguilar: «La clave del éxito es la confianza en uno mismo»

Alberto Aguilar / Torero. El torero llega a San Isidro con el deseo de cuajar un toro y realizar la faena de sus sueños

Alberto Aguilar saluda al público en una de sus actuaciones en Las Ventas
Alberto Aguilar saluda al público en una de sus actuaciones en Las Ventaslarazon

Alberto Aguilar es uno de esos toreros que han rozado la puerta grande de Las Ventas en sus últimos paseíllos. Llega a Madrid para triunfar y poder cuajar un toro de la forma en la que siempre ha soñado.

–¿Cómo vive los días previos a su cita en San Isidro?

–Lo más tranquilo posible. Estoy preparado y llevo los deberes hechos. Estos días me dedico a pasear, a pensar y a soñar, que a veces los sueños se hacen realidad y todos soñamos con cuajar un toro en Madrid.

–¿Y los momentos previos a la corrida?

–Es cuando más relajado estoy o, al menos, lo intento. El miedo al fracaso, la responsabilidad, el miedo al toro... Todo eso se lleva por dentro. Ese día estoy tranquilo, pero los anteriores no paro de dar vueltas a la cabeza.

–¿En qué punto de su carrera se sitúa en este momento?

–Me encuentro en un punto medio, es decir, porque empiezo a entrar en las ferias, aunque no en todas las que me gustaría. Tengo el respeto del aficionado y de los profesionales y eso es una de las cosas más importantes.

–Un hierro que lidia a menudo y que ha marcado su carrera es el de Victorino Martín. ¿Qué significado tiene para Alberto Aguilar?

–Victorino Martín es una de las ganaderías más importantes que hay en la Fiesta, una de las más interesantes para el aficionado y que ha hecho figura a muchos toreros. Victorino me puso en el camino cuando no me salía nada. A partir de las orejas que le corté cuando confiaron en mí para matar una de sus corridas, he ido hacia arriba. Eso supone un gran privilegio.

–¿Qué se siente al indultar un toro? Y más si «Melancólico» es de Victorino Martín...

–Ese día fue muy grande. El toro fue muy bravo y noble a la vez. Sería imposible describirlo con palabras. Indultar un toro de la ganadería que me ha puesto en el camino es increíble. Pueden venir todos los toros que sean, pero especial como lo fue ese, ninguno.

–¿Qué espera de este San Isidro?

–Espero disfrutar en la cara del toro, que la gente vea que sigo creciendo y madurando como torero. Lo que sí que pido es que, ojalá, me obedezca un toro y pueda darle los pases que deseo y que tanto he soñado. He rozado el triunfo varias veces consecutivas y deseo que se cumpla este año.

–¿Cuál es la clave del éxito? ¿Y la clave de su toreo?

–La clave del éxito es la confianza en uno mismo y saber mentalizarse para poder cuajar un toro al gusto de Madrid. La clave de mi toreo, la transparencia. Pongo mucha sinceridad e intento hacerlo lo más puro posible dentro de mi concepto. Mantener la estética es muy importante, pero sobre todo, la naturalidad ante el toro, que lo difícil se vea fácil.

–¿Qué características debe tener un toro para triunfar en Madrid?

–Tiene que tener movilidad y que transmita muchísimo. Con movilidad y obediencia, sale el toro que transmite. Que sea un toro bravo. También influye lo que sepa hacer el torero; si el toro es bueno, que sepa pegar esos muletazos soñados.

– ¿Qué representa Francia para usted?

–El país que me ha abierto las puertas para seguir en la profesión. En él, he cuajado toros de todas las ganaderías y he tenido triunfos muy rotundos.

–De momento, ¿qué tiene firmado para esta temporada?

–Ahora mismo, Madrid y Francia. Hay algunas cosas hechas, que se tienen que rematar. Hay empresas que esperan mi paso por Madrid para anunciarme o no.