Albacete

Cuando el toro lo descompone

Diego Ventura se llevó la única oreja de un festejo muy desangelado

Detalle del rejoneador Diego Ventura al cuarto con el caballo «Remate»
Detalle del rejoneador Diego Ventura al cuarto con el caballo «Remate»larazon

Albacete. Cuarta de la feria. Se lidiaron toros para rejones, de San Pelayo (1º y 4º), bravo el primero y manso el cuarto, y para lidia a pie, dos de Garcigrande (2º y 5º) y dos de Domingo Hernández (3º y 6º), desiguales de presentación y en conjunto, de poco juego. Lleno.

Diego Ventura, rejonazo (oreja); y pinchazo, rejonazo (ovación).

Julián López «El Juli», de azul noche y plata, pinchazo, entera contraria y descabello (silencio); media muy baja y descabello (ovación); entera caída (silencio); y media y descabello (silencio).

De las cuadrillas destacaron Álvaro Montes y la lidia de José María Soler.

Día completito en Albacete ayer, para que no se diga que su feria no es ya la más grande de septiembre. Por la mañana, y tras el sorteo, se descubrió la imagen que la afición local ha costeado para homenajear a uno de los toreros más destacados de la tierra: Dámaso González. Por la tarde, antes de los toros, manifestación a favor de la Fiesta, con lectura de manifiesto y muchas adhesiones. Aquí no parece peligrar la cosa. Y, a continuación, a la plaza. Llena que daba gusto para el mano a mano en que quedó finalmente esta cuarta función del abono. Se esperaba mucho del cuarto festejo del ciclo, pero, como ya se sabe, el hombre propone, Dios dispone, y el toro... lo descompone.

Abrió Diego Ventura, a quien correspondió el único toro apto de la corrida. Paró con muchísimo temple a su bravo primero, incansable y codicioso, y al que llevó imantado a sus caballos «Nazarí» y «Maño» en banderillas, cerrando con «Remate» en un carrusel de cortas y adornos. No falló con el rejón de muerte y paseó la única oreja.

Cuidó El Juli en el caballo a su primero, con el que se lució al quitar por chicuelinas y faroles; lo mejor de su primer turno. No se acopló por el pitón derecho y estuvo muy forzado al natural, siempre tirando hacia afuera a un astado que no le dejó estar cómodo ni centrado.Tuvo muy poca fuerza el tercero, con el que anduvo en principio muy encima, propiciando las protestas del animal. De nuevo fue por el lado derecho, por el que hubo más fluidez, más entrega, que brilló perdiendo la oreja al matar mal.

Salió con muchos pies el cuarto, también muy distraído, manso y sin querer saber nada de nadie e intentando, incluso, la huida. Le costó lo suyo a Ventura poder dejar dos rejones de castigo tras un buen rato de persecución. En banderillas, continuó con la misma tónica: el toro intentando escapar y desentendido de todo, y el rejoneador buscando por todos los medios encelarle. Todo lo tuvo que hacer él, que acabó desesperado ante la nula colaboración de un toro sin acometividad alguna y que en todo momento desistió de la lucha.

No se empleó el quinto en el primer tercio, recibiendo, además, muy mala lidia y pasando a banderillas sin picar. En el segundo tercio esperó y cortó mucho, sobre todo por el pitón izquierdo, llegando a la muleta tardo y probón. Volvió El Juli a darlo todo en otra faena machacona y pundonorosa, pero hueca y gris y, al cabo, sin recompensa. Y tampoco lo hubo con el sexto, otro toro renuente y probón con el que estuvo peleón e insistente, pero sin suerte. No fue este su día.