Feria de San Isidro

Así hemos contado la décima corrida de San Isidro

El diestro Juan José Padilla
El diestro Juan José Padillalarazon

Lo intentó todo Escribano con el toro que cerró plaza. Se fue a portagayola. Quiso en banderillas y también en la muleta y cuando la nobleza del animal acabó se justificó cerca de los pitones. Falló a espadas. Quedó la voluntad.

Importante oreja de Ferrera en Madrid

Estaba la tarde negra hasta que salió el quinto y Ferrera lo vio claro. Clarísimo. Torero. Desde el principio. Faena de muchos quilates porque tuvo que hacer al toro de Las Ramblas que desarrolló nobleza, prontitud pero no humilló ni una sola vez. Ferrera le fue encontrando las teclas, una a una, muy templados, centrado, con oficio y en estado de gracia y construyó una faena preciosa que acabó por poner de acuerdo a todos. Oreja de mucho peso. Se le pidió el doble trofeo que el presidente no concedió.

Padilla se entrega y el toro se hunde

Cuatro o cinco largas cambiadas dio Juan José Padilla al cuarto. Lo puso todo. Hasta el centro se llevó al toro así. Pareó y comenzó de rodillas pero casi en ese mismo momento acabó todo. Parado y desentendido el toro lo puso imposible. Saludó desde el tercio.

Manuel Escribano se frustra con un tercero deslucido

Y el tercero de Las Ramblas tampoco fue. Después del tercio de banderillas protagonizado esta vez también por los tres matadores, llegó a la muleta de Manuel Escribano con nobleza pero con la menor intención de empujar en el engaño. Resolvió el de Gerena y metió la espada con habilidad. Silencio en las masas.

Voluntad de Ferrera con el segundo

De espeluznantes pitones fue el segundo de Las Ramblas. Tuvo luego nobleza pero el ímpetu bajo mínimos. Quiso Antonio Ferrera e intentó hacer todo en la verticalidad, pero no trascendió la faena. Y escuchó también silencio.

Silencio para Padilla con un deslucido primero

Comenzaba el festejo con el primer toro de Las Ramblas que perdió las manos nada más salir. Le mantuvo el presidente en el ruedo y llegó a la muleta de Juan José Padilla paradísimo. Sólo pudimos ver el tercio de banderillas compartido con Ferrera y Escribano.