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El mundo del toro levanta la voz contra los antitaurinos

El abogado de Morante reclama a las Fuerzas del Estado más seguridad para los toreros y el público, así como unas consignas por parte de la Policía contra los antitaurinos violentos

El diestro sevillano Morante de la Puebla saluda al termino de su faena, durante la corrida celebrada el 9 de agosto en la plaza de toros de Marbella
El diestro sevillano Morante de la Puebla saluda al termino de su faena, durante la corrida celebrada el 9 de agosto en la plaza de toros de Marbellalarazon

El 9 de agosto de 2015 ha marcado un antes y un después en la historia de la tauromaquia. El torero sevillano Morante de la Puebla dejó en la tarde del domingo vivo al quinto toro en la plaza de Marbella. Actitud que se entiende como protesta por la pasividad de la autoridad policial para repeler a dos antitaurinos que saltaron al ruedo a la muerte del tercer toro y que fueron reducidos por algunos miembros de la cuadrilla del diestro. El enfado del torero se debe a que, tras ser detenidos los «espontáneos», en el callejón se vivieron continuas disputas entre el delegado de la autoridad y el equipo de Morante, que afeó a la policía la tardanza en reducir a los antitaurinos, y protestó por las posibles sanciones a sus banderilleros. En su turno, Morante hizo saber públicamente su malestar dejando que sonaran los tres avisos que tenía para matar al toro, tras una bella faena al quinto toro de Benjumea.

Uno de los asaltantes es Peter Janssen, un anti taurino para nada desconocido que pertenece a un colectivo animalista holandés cuyo objetivo es acabar con los festejos taurinos. El espontáneo ya había protagonizado fotografías en las plazas de toros de Sevilla, Pamplona, Burgos y Mallorca.

Ante los hechos ocurridos, el diestro sevillano ha encargado al letrado Joaquín Moeckel, de Moeckel Abogados, que se ocupe personalmente de los posibles expedientes que puedan tramitarse hacia él y su cuadrilla como consecuencia de los acontecimientos. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con su abogado, el cual defiende la posición del torero y está convencido de que lo que hay que hacer «es pasar a la acción» y acabar con «lo políticamente correcto». «Respetamos al antitaurino que exprese sus ideas, pero no la agresividad». Asímismo hace un «llamamiento a todos los taurinos para que se manifiesten para promover la seguridad en los festejos » . Sobre si son suficientes las medidas de seguridad que se toman en las corridas, el abogado compara la normativa existente en los campos de fútbol con las de las plazas: «Reclamo a las Fuerzas de Seguridad del Estado que me expliquen por qué cuando voy a un campo de fútbol existe una seguridad controlada del espectáculo, hasta llegar al punto de que las aficiones entren por puertas distintas para evitar enfrentamientos y por qué no sucede esto en las corridas de toros donde los antitaurinos pueden entrar hasta por la misma puerta que los toreros», se lamenta. Bajo su opinión, la Policía debería estar «de espaldas al campo y mirando a la grada», como en el fútbol. Moeckel recalca que los toros «no son un espectáculo de segunda sino el segundo espectáculo de masas», y que por ello la seguridad debe ser «igual que en un espectáculo de primera». Por último, a raíz de a comparativa, el abogado se pregunta si existe «alguna consigna por parte de la Policía para tratar estos actos».