Enrique Ponce y además valor

Albacete, 8 de septiembre. Primera de feria. Casi lleno

Toros de Samuel Flores, bien presentados y serios pero faltos de fuerza y de juego desigual.

Enrique Ponce (de purísima y oro), bajonazo y dos descabellos, ovación con aviso; entera, oreja tras otro aviso.

El Fandi (de blanco y plata), entera, oreja; entera, ovación.

Filiberto (de blanco y oro), pinchazo y dos descabellos, ovación; dos pichazos, estocada atravesada y cinco descabellos, ovación tras aviso. Tomó la alternativa.

De las cuadrillas destacó Roberto Ortega.

Comenzó la feria de Albacete con una corrida de Samuel Flores -segundo y quinto con el hierro de su madre, Agustina López Flores-, de muy seria presencia, muy bien armada, con impresionantes cabezas pero... muy poca fuerza, lo que condicionó no poco su comportamento y añadió dificultades extra a sus matadores, que, no obstante, sacaron partido de ella y demostraron muchas cosas. Por ejemplo, al hablar de Ponce siempre se pondera y elogia su técnica, su capacidad para ver y poder a los toros, su estética, su privilegiada cabeza, etcétera. Pero pocas veces de habla de su valor, uno de los requisitos imprescindibles para ser alguien en el toreo. aunque su enorme facilidad muchas veces lo tapa. Y, naturalmente, el de Chiva lo tiene, y en abundancia. Ayer, en el arranque de la feria de Albacete, lo volvió a demostrar. Y en dosis industriales. Sobre todo con su segundo oponente, un astado que esperó en banderillas, muy justo de fuerzas y a la defensiva. Y por si faltaba algo, reparado de la vista y haciendo siempre por el torero, echando la cara arriba y poniéndole los pitones en el cuello cada vez que pasaba de muleta. Pero no se arredró y siguió porfiando y temerario hasta sacar una faena de muy hondo calado, maciza, seria y enjundiosa. Y rematada con una sensacional estocada, por lo que todavía no se entiende muy bien por que no se le concedió la segunda oreja.

Ya con su primero anduvo muy por encima del toro, otro animal que no fue fácil pero al que acabó metiendo en el engaño enseguida y sacando todo lo que tuvo, aunque se le fue la mano al matar y eso le privó ya de un primer trofeo.

Otra oreja se llevó El Fandi, que gustará más o menos pero no cabe duda de su entrega y disposición. Dejó una primera faena con altibajos pero con una primera parte firme y de plantas quietas tras una soberbio segundo tercio. Con el quinto, muy protestado por su poca energía, tuvo más problemas para clavar y si trasteo fue más espeso y desestructurado.

Tampoco tuvo fortuna Filiberto, que tomó la alternativa y perdió la oreja del sexto por rematar mal con la espada una labor muy templada y de mano baja. Con el del doctorado, "Pitarroso", número 58, nacido en agosto de 2012, negro y con 495 kilos encima, sin apenas fuerza e imposible lucimiento, sólo pudo poner ganas y entrega..