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García Padrós: «El peligro inminente ya ha pasado»

La Razón
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Saúl Jiménez Fortes desafió anteayer, con la quietud de su propio cuerpo, al dios griego Hades, al mismo tiempo que quería tocar el cielo de Madrid con un trofeo en la mano. El triunfo estaba en su mano, o no, aunque lo cierto es que era propiedad del destino. El mismo que quiso que Hades se lo llevara camino del inframundo, pero ahí, en ese mismo instante, apareció el doctor Máximo García Padrós, disfrazado de Asclepio, dios de la curación, para devolver la vida al torero y evitar que Hades caminase con él hacia el infierno. Máximo García Padrós confirmó ayer a La Razón que «el torero se encuentra más tranquilo, está adormilado por la sedación y los calmantes pero los drenajes que se le pusieron se mantienen muy bien y está a la espera de que se le realicen nuevas pruebas». A mediodía, en el día de ayer, le trasladaron de la UCI a la planta, aunque no podrá recibir visitas, excepto de su familia, en las próximas 48 horas. Sobre el percance, comentó que «la herida está bien, ya habla y mueve la mano, lo que es un indicio importante debido al fuerte golpe que recibió en la columna vertebral, pero todavía es pronto para hacerle un escáner y descartar posibles lesiones». Recalcó que lo más importante es que «el peligro inminente ya ha pasado, hay que esperar, pero Saúl evoluciona favorablemente, aunque está con la cosa de los vendajes, que no le dejan mover el cuello». El cirujano jefe de la plaza reconoció que «las imágenes fueron espeluznantes. Me tranquilicé cuando le vi andando y me dijo que quería volver a salir. Estas cosas ocurren, pero parece mentira que las estructuras importantes de la zona esquivaran el pitón». También quiso agradecer que «ha mejorado mucho la atención de quienes nos preocupamos por esto», a lo que añadió que «hubo que mantener firme el tipo porque en esos momentos hay que ser consecuente con lo que tienes entre las manos». Aunque a lo largo de la Historia hay muy pocos mortales que consiguieron escapar de Hades, una vez atrevidos a posarse sobre sus pies. Hay que sumar uno más. Añadir a la lista otro héroe que se afianzó a la vida, gracias a ese equipo médico encabezado por García Padrós, y que quiso seguir en el Olimpo, del toreo.