Feria de San Isidro

Pundonor de Ureña, con la tragedia a la vuelta

Deslucido festejo en el que fue herido el banderillero Manuel Muñoz de pronóstico grave y el murciano sufrió una cogida tremenda

El diestro Curro Díaz en la lidia de su primer toro, durante el quinto festejo de la Feria de San Isidro.
El diestro Curro Díaz en la lidia de su primer toro, durante el quinto festejo de la Feria de San Isidro.larazon

Un sexto deslucido cerró plaza y festejo. Poco pudo hacer en esta ocasión López Simón, que lo intentó por ambos pitones con más voluntad que lucimiento.

Ficha

Las Ventas (Madrid). Se lidiaron toros de Montalvo, desiguales de presentación. 1º, 2º, deslucidos;3º, de buen aire aunque a menos; 4º, pronto y de buen juego; 5º, deslucido y muy a menos; 6º, desigual y repone, Lleno en los tendidos.

► Curro Díaz, de azul y oro, estocada muy defectuosa, estocada baja, dos descabellos (silencio); estocada baja (división de opiniones).

► Paco Ureña, de azul y oro, estocada que hace guardia, descabello (silencio); pinchazo, estocada que hace guardia (silencio).

► López Simón, de tabaco y oro, estocada, aviso (silencio); estocada tendida (silencio).

Parte médico Manuel Muñoz: herida en el muslo izquierdo de 20 cms. que alcanza el fémur. Pronóstico grave.

Crónica

Apretó en el burladero de salida como si se le fuera la vida. Y la vida casi le quita a Paco Ureña cuando salió a parar al quinto toro de la tarde. Con el capote estaba el torero pero se fue derecho a él para estamparlo contra las tablas con la fuerza íntegra, la fiera, bestial el encuentro. Pánico en la plaza. Le podía haber destrozado y de hecho salió a torear como ejercicio de pundonor porque estaba blanco y cojeando. Espantosa escena en la que es difícil controlar la imaginación. Y no sólo volvió, que ya era, si no que lo hizo con la verdad, la pureza como avales incuestionables, más allá de lo que hiciera el toro, que se tragaba los dos primeros y al tercero examinaba al pasar. Se encajó Ureña desafiando la incertidumbre que suponía la embestida del toro. Duró poco. Se paró el toro. Y al mismo tiempo, al unísono, moría la faena. Se cruzó al infinito para demostrar. No cabía más torero dentro de ese cuerpo.

Cinco años y medio tuvo “Rondador”, el segundo. Y estaba pasado de vueltas. Sin ganas de nada. Sosote y sin transmisión alguna ocurrió todo por ahí abajo. Frustrante. Paco Ureña lo intentó. Quiso. Pero conseguirlo era territorio de otro planeta.

No tuvo fuerza. Se protestó al primero. Al toro. Al torazo. Y es verdad que andaba justo de poder. Pero le sobró para cazar en banderillas, donde esperaba una barbaridad, con esa gran cara que tenía por delante. El trago lo sufrió Manuel Muñoz, que padeció una cogida fea, y se lo llevaron en volandas a la enfermería. Lo había toreado despacito con el capote a la verónica Curro Díaz, suave y bonito. Así el comienzo de faena de muleta. Vacío el toro, poco que entregar y quedándose por debajo de vez en cuando. Al Rey Emérito brindó que vino a Madrid acompañado de la infanta Elena. Se le atravesó la espada y a punto estuvo de bordear la tragedia en el segundo encuentro.

Apretó el cuarto en el caballo en la primera vara. Mucha fuerza tenía la imagen. Quería por debajo con entrega, menos intensidad tuvo la segunda. Prontitud había tenido una y otra. Y eso mismo sacó en la muleta de Curro Díaz. Que lo supo. Desde el principio. Y por eso ya en el tercio nos embaucó en la faena queriendo torear. Había material. Y en Madrid. Compuso Curro. Vertical. Al natural. Bonito, porque compone y lo empaqueta bien, pero tan por fuera que cada muletazo era un arañazo a las ilusiones, un robo a la pureza, a la reunión. Fue “Escandaloso” a la muleta una y otra vez con ese ímpetu con el que había metido los riñones en la muleta, y se vaciaba el toreo por algún lugar que desconocemos, pero aquello no era, la faena se iba convirtiendo en un envoltorio maravilloso pero sin nada dentro. Lo mató en el primer encuentro de una estocada baja, se resistió a caer el animal y luego hubo pitos y alguna palma para el matador.

Descolgó en el capote el tercero y a estas alturas nos parecía oro. No fue para tanto después. Tomaba el primer viaje con boyantía pero luego se vino muy a menos enseguida, manteniendo el buen son. No decía nada y no estaban los ánimos para muchas historias. López Simón quiso, por fuera, y sin demasiado éxito y abusó de estar muy encima. Caminaba la faena en la dirección opuesta del toro. Iba rasa la tarde de emociones. Desigual fue el sexto, que además reponía. Cerraba otra tarde gris, que dista mucho de las previsiones del nuevo San Isidro de Plaza 1.

Así se lo hemos contado toro a toro


Sexto toro

López Simón, silenciado en el que cerró plaza

Un sexto deslucido cerró plaza y festejo. Poco pudo hacer en esta ocasión López Simón, que lo intentó por ambos pitones con más voluntad que lucimiento.

Quinto toro

Espeluznante cogida a Ureña

El quinto cogió a Ureña de manera espeluznante nada más salir y el estampó contra las tablas. Cojeando volvió al ruedo y se entregó por completo, a pesar de que el toro no colaboró lo más mínimo, deslucido y a menos. Gesto de torero grande. La espada se le atravesó.

Cuarto toro

Curro Díaz, división con un buen toro de Montalvo

El cuarto fue el toro bueno que embistió con bravura al caballo y lo hizo después en la muleta con prontitud y entrega. “Escandaloso” tuvo veinte arrancadas extraordinarias y lo supo Curro Díaz que se puso a torear enseguida al natural. Pero a la faena le faltó reunión y no cuajó al toro. Hubo palmas para el toro y división de opiniones después.

Tecer toro

Silencio para López Simón con el tercero

Fue el toro que mejores cosas hizo en lo que llevábamos de tarde. Lo habían puesto fácil los anteriores. Con buen aire pero muy a menos fue el toro y así la faena de López Simón que, punto encimista, agudizó el poco fondo del animal. Escuchó silencio.

Segundo toro

Ureña, sin opciones en el segundo

El segundo toro de Montalvo, que tenía cinco años y medio, no dio opciones al lucimiento. Paco Ureña, que era el matador, y su primer toro, se chocó contra un muro. Imposible. Silencio en los tendidos.

Primer toro

Manuel Muñoz, cogido por el primero

Fue en el segundo par de banderillas cuando Manuel Muñoz resultó cogido y llevado a la enfermería. Era el primer toro de la tarde de Montalvo, que esperó mucho en ese tercio. Se lució a la verónica Curro Díaz, su matador, y poco pudo hacer después ante deslucido ejemplar. La espada no ayudó. Silencio.

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Comienza la quinta de San Isidro

A punto de comenzar la quinta de San Isidro. Se van a lidiar seis toros de la ganadería de Montalvo para Curro Díaz, Paco Ureña y López Simón. Abrirá plaza el toro “Liricoso”, de 540 kilos, que será lidiado por Díaz con la plaza llena.