Feria de Abril

Medio billete de ida

Javier Jiménez en un profundo natural
Javier Jiménez en un profundo naturallarazon

Pepe Moral y Javier Jiménez salieron ayer de la plaza a oreja por coleta en otra tarde con frío de feria de Valdemorillo. Las furgonetas de cuadrillas aparcadas junto a la calle Iris, más parecidas a las de la venta ambulante que a las «vans» que gastan las figuras, ya explicaba bien de qué iba la historia. La historia iba de tres toreros de Sevilla en busca de un triunfo que necesitan como agua de mayo. Ninguno pudo amarrar el triunfo porque la corrida de Torrestrella, aunque tuvo toros con posibilidades, tampoco fue el «non plus ultra». Pepe Moral se apuntó la oreja del quinto. Estuvo firme el de Los Palacios con un toro que desparejó –junto al sexto– el encierro guapo enviado desde los «Alburejos». Moral se fue detrás de la espada derecho como una vela y el espadazo fulminante levantó la pañolada. No fue el aldabonazo que necesitaba Pepe Moral, pero le da medio –al menos medio– billete de ida. Moral resucitó en un Corpus de hace dos años cortando un par de orejas a una corrida del Conde de la Maza. Y en esa resurrección sigue, con su digna furgoneta de venta ambulante, y buscando su domingo de gloria. Javier Jiménez acarició las dos orejas. Pudieron ser dos si la media al tercero hubiera sido el estoconazo de Moral en el quinto. Pero lo que acarició de verdad Javier Jiménez fue el toreo, y eso está por encima de los números y las orejas, por mucha falta que le haga cortarlas. Javier Jiménez estuvo en eso que la revistería clásica llama «en torero». En torero con el primero, con el que se enchufó después de darle de comer al toro con la bambita en la zurda. Y en torero con el sexto. A compás, encajado y con las manitas bajas, la verónica con la que quitó al quinto. Miguel Ángel Delgado, otra vez, bailó con las más feas.

LOS TOROS- Pág. 48