Sevilla

Miguel Ángel Perera: «No hay dinero que pueda comprar la dignidad»

El triunfador de San Isidro 2014 vuelve a Madrid, y lo hace en tres ocasiones; cinco orejas sumó el año pasado en dos tardes. Ahora llega el momento de la verdad, «yo creo que sí se puede superar lo que hice, lo que no sé es si seré yo y si será este año», dice

Miguel Ángel Perera con «Beba», una loba que convive pacíficamente con sus perros, en la finca de «Los Cansaos».
Miguel Ángel Perera con «Beba», una loba que convive pacíficamente con sus perros, en la finca de «Los Cansaos».larazon

Nos encontramos casi en Portugal. A la vera de Olivenza, donde reside desde hace tiempo. No espera a que le hagan las cosas, inquieto, muy vivo y activo. Nos vemos en el Lago de Alqueva donde justo hoy va a llevar una barca que le ayuda a soportar mejor el calor de los veranos extremeños. El desembarco. Queda un mes para que empiece San Isidro. Y se nota. El año pasado logró casi lo inalcanzable: cinco orejas en dos tardes. Dos puertas grandes consecutivas y una de ellas con la corrida de Adolfo Martín. Es difícil soñarlo. Así que suponemos que la tensión merodea ya en algún lugar recóndito de su cabeza. Está en un impás. Hace un tiempo que decidió dar la espalda a la tecnología y ha dejado atrás el iPhone para volver al Nokia de toda la vida. Llamadas y mensajes. No más. Y una batería que dura una semana. Ya desde el año pasado, en los almuerzos y cenas con la cuadrilla está penado el uso del teléfono. «Quién lo saque, cinco euros...No podía ser. Llegó un momento que estábamos todos juntos pero cada uno con su teléfono a su aire», comenta Miguel Ángel. Sube, baja, estira un cabo, busca otro... Encadena un movimiento con el de más allá. Justo al revés de lo que ocurre en la plaza. La puesta apunto de la barca ya está hecha; como ayuda, David Benegas, el mozo de espadas, no podía ser de otra manera. El día es espléndido. Volvemos a la finca, donde vive rodeado de animales. Y no sólo de toros. Beba, una loba, es animal de compañía y convive con los perros, que van y vienen, dueños y señores del campo. «Los Cansaos», se llama la finca. «La compré así y a las fincas no hay que cambiarles el nombre». Ni a las fincas, ni a los barcos, dicen. Entra dentro de las supersticiones, pero mejor dejarlo como está. Se le ve feliz en el campo, su familia, su hija... En paz, hasta cuando su mujer Verónica le avisa de que han llamado porque la barca se está hundiendo. Tampoco en ese momento le entran las prisas. Son otras pulsaciones, queda claro. Tras el retraso de la avería, tomamos rumbo a Mérida. El anfiteatro romano espera. Colosal el escenario, las imágenes hablan por sí solas. Hay sitios especiales y momentos mágicos.

– ¿Cómo se prepara una temporada?

– Hay una parte de preparación física en la que me ayuda un preparador, aunque en el campo corro y monto en bici.

– ¿Ha cambiado mucho el entrenamiento en los últimos tiempos?

– Es muy personal, pero ciertamente ahora es mucho más exhaustivo. Durante años mi preparación era correr y andar, y si lo piensas, en la plaza hay que tener buen fondo, pero luego son movimientos cortos y explosivos. El preparador físico lo que hace es ponerte al límite y cuando estás ahí hay que reaccionar con lamente fatigada.

–Y luego viene la parte del campo.

– Sí, hago mucho. Pero ahora voy cuando me lo pide el cuerpo, no me obsesiono como antes.

– ¿Es necesario estar tan apunto?

– Cuando no he tenido ese ritmo de entrenamiento, siento remordimiento de conciencia. Puede ser que la mente te juegue una mala pasada, pero para esto sí soy obsesivo porque, si no, la cabeza es débil.

–¿Cuánto tiempo cuesta llegar a ese terreno invasivo del toro que pisa?

– Es todo intuición. No sabría valorar los tiempos. Incluso este invierno he hecho cosas que, hasta ahora, no había sido capaz de hacer y llevo once años de alternativa.

–En esos terrenos, ¿cada milímetro cuenta?

–El otro día en Málaga la segunda voltereta fue por dos centímetros. Eso lo cambia todo. Hay que ser muy preciso y desarrollar mucho la intuición para sentir el momento en el que tienes quehacer las cosas.

– ¿La cogida también se intuye?

– Pues... No sé cómo explicarlo. Cuando escucho a algún torero decir que está dispuesto a morir, me llama la atención. A veces se intuye la cogida y si estás verdaderamente entregado, no te das cuenta del momento; o sí y te entregas. Depende de la situación, pero eso fluye, no se dice.

–Asumir esa décima de segundo debe ser duro.

–Sí, pero verdaderamente es lo que te hace marcar la diferencia. Lo difícil es tener la capacidad de darte cuenta de que ese momento, ese instante, es vital.

– ¿Está siempre dispuesto a aguantar ese aprieto que marque la diferencia?

–No siempre; mentiría. No somos máquinas. Sí es cierto que la preparación potencia el cuerpo y hace que tengas ánimo más veces para asumir riesgo.

–Después de las cinco orejas del año pasado en Madrid. ¿Preocupa estar a la altura?

–Sí, hay preocupación por ser capaz de dar continuidad.

– ¿Qué ha cambiado en Perera en los últimos años?

– La de 2009 fue una temporada dura porque arrastraba lo que había sido la de 2008; en 2010 tuve que cortar la temporada por una lesión en la espalda. En 2011 apunté maneras y en2012 sí hubo un cambio.

– ¿Cuál?

– Todo lo que en principio era perjudicial para mí, sentir que me querían cortar la cabeza y dejarme en casa sentado, provocó que lo viviera con mucha intensidad, a pesar de que sabía que no iba ni a Castellón, ni Valencia, ni Sevilla y que en Madrid me jugaba toda una temporada casi en blanco. No estaba acostumbrado a un año con tanta incertidumbre, pero me sirvió para motivarme y, cuando me encajaba con los toros, expresaba mucho más

– ¿Qué toreros le han influido?

– El primero queme llamó la atención fue Jesulín, me impactó de chaval, y le admiré como torero, aunque luego ha metido la pata unas cuantas veces porque no se puede escupir para arriba. Luego vino la época de Finito, la primera etapa de José Tomás y, mirando más atrás, la fuente en la que he bebido ha sido la de Paco Ojeda.

– ¿Por qué quiso ser torero?

– En mi familia no hay antecedentes, ni aficionados que me arrastraran a las ferias; mi amor por la profesión es vocación pura y dura.

– ¿Ve límite a su evolución como torero?

– Quiero pensar que no y cuando lo note, igual el momento de irme. Me obsesiona seguir progresando, pero yo mismo me pregunto hacia dónde va a ir el toreo. ¿Qué van a tener que hacer los chavales dentro de seis o siete años?

-¿Cómo recuerdas Madrid 2014?

– Creo que Dios me premió. Iba con el handicap de la corrida de Adolfo, que era la primera vez que la mataba y, encima, en Madrid, aunque maté un toro en Cáceres días antes. Estaba convencido de que podía salir uno con el que interpretar mi toreo.

–Y ya antes abrió la Puerta Grande.

–Fue todo muy rápido. Después de que en la temporada no me rodaban las cosas, llegó el día 23 y al primer toro le corté las dos orejas. En días, vuelta a empezar y, dos horas ymedia más tarde, estaba saliendo otra vez a hombros.

– ¿Es la felicidad más absoluta?

–Después de mi hija (sonríe) sí.

–¿Cree que se puede superar lo del año pasado?

– Creo que se puede , lo que no sé es si seré yo y si será este año.

– A veces, trasmite una sensación de difícil facilidad y se resta importancia a lo que está pasando.

–Sí, he pecado de ser frío y poco expresivo, aunque en eso noté un cambio en la temporada de 2012. Pero es verdad que hoy se hacen cosas a los toros sin apenas darle importancia.

–Pasa lo mismo con las cornadas.

–Y es inexplicable cómo se sacan fuerzas para torear con la cicatriz abierta, con el drenaje. Y luego en otros sectores con una microrotura de fibras están de baja dos semanas .En los toreros ocurre al revés, tenemos obsesión por demostrarnos que somos capaces.

-¿Yno se teme una nueva cornada?

–Hay momentos que sí. Somos de carne y hueso.

– ¿Cuál ha sido su mejor faena?

–No podría quedarme con una.

-¿Y lapeor?

– Recuerdo un toro que no lo cuajé como debía, uno de Fuente Ymbro en un mano a mano con Daniel Luque y fue en Sevilla. En aquel momento no estaba ni el torero ni el hombre.

– ¿Y es consciente desde el principio?

– Sí, uno puede tapar cosas con oficio, pero sabes cuándo estás a la altura o no. Y si no,ya se encarga Fernando (Cepeda, su apoderado) dedecírmelo. – ¿Qué comportamiento del toro le asusta más?

–Me dan pánico cuando los veo con la mirada perdida. Puede ser todo lo malo que quiera, pero que tenga la mirada controlada. Fijeza, ya no te digo obediencia. Me dan pánico no con la muleta si no poniéndolo en el caballo.

– En plazas de tanta responsabilidad en las que el triunfo es tan frágil. ¿Se llega a disfrutar de la faena?

–No del todo. Incluso en la faena del año pasado al toro de Victoriano, mi cabeza no hacía más que pensar desde la primera tanda en cómo hacer para que el toro me durara. Hay un momento de explosión que es cuando sales de la tanda y ves que 24.000 personas están entregadas, pero luego te centras de nuevo en la siguiente.

– ¿El triunfo es muy efímero?

–Siempre se empieza de cero. Los triunfos dan crédito, pero cada tarde es un volver a empezar.

– ¿Le importa la rivalidad?

– En el mano a mano con El Juli es más evidente, porque en una terna se disipa, pero mi triunfo no depende del fracaso del otro.

«MI CARRERA LA TENGO ASUMIDA SIN SEVILLA»

Sevilla, el camino de la independencia, una manera de ser y estar. «Un legado», dice.

–Siendo figura, ¿se siguen sufriendo las injusticias del sistema?

–A día de hoy siguen pasando y a pesar de la temporada del año pasado. Yo me he quedado en mi casa muchas veces sin querer, pero para mí es más importante la dignidad. Y no me voy a quejar, arriba hay muchos intereses y alguna injusticia, pero hay que asumirlo.

–¿Qué le da la independencia?

–Quien no haya tenido las dos experiencias ,quizá no lo puede saber. Yo estuve primero con Casas y Chopera y con Cutiño después. Cuanto estás bajo el amparo de una casa grande, sabes que si las cosas no ruedan, tienes el colchón de tu apoderado y otros empresarios de la cuerda. En la independencia sólo dependes de ti y, además, es imprescindible marcar una línea de respeto y dignidad.

–La dignidad es un valor complicado.

–Puedes llegar o no a un acuerdo con una empresa, pero por encima tiene que haber un respeto. Si quieren que los toreros seamos cromos y mover las fichas sin que importemos, las cosas se ponen feas. No hay dinero que pueda comprar la dignidad.

–Viene al hilo.. ¿Qué tiene que pasar para verle en Sevilla?

– Sevilla no entra en mi cabeza. Para eso he sido franco y muy recto y así lo firmé el año pasado .Mi carrera la tengo asumida sin la palabra Sevilla.

– Ha sido de los pocos que ha mantenido la independencia.

– Es clave para la estructura de la Fiesta. Ganaría en calidad si los toreros o figuras estuvieran apoderados, ya no te digo por independientes, pero sí por personas que en su forma de actuar lo sean. Para mí es tener la oportunidad de dejar un legado a los que vengan por detrás. Yo no me podría permitir no hacerlo. Es cuestión de integridad, de lealtad, es una forma de ser torero.