Salamanca

Paco Ureña: «Este triunfo es una recompensa a todo lo que he entregado al toro»

El diestro se encuentra pletórico desde que cosechara un importante logro en su debut en San Fermín

Paco Ureña, sonriente y agradecido tras triunfar en Pamplona
Paco Ureña, sonriente y agradecido tras triunfar en Pamplonalarazon

Dentro de nada, este murciano cumplirá diez años desde que tomase la alternativa en su tierra, Lorca. Acaba de triunfar en su debut en San Fermín y se encuentra contento y feliz de lograr algo que llevaba mucho tiempo buscando, triunfar toreando con verdad.

–Enhorabuena por su gran tarde en Pamplona. ¿Qué se siente al triunfar en San Fermín?

–Es de las cosas más bonitas que a mí, personalmente, me han sucedido. Es una felicidad increíble.

–En el mundo del toro la suerte juega un papel importante y esta vez estuvo de su lado. Sus dos toros fueron los mejores de la tarde...

–Esta profesión a veces te da la espalda, pero también te da la cara. En ese día tan señalado, tuve la fortuna de que en mis manos cayeron dos toros buenos. Afortunadamente logramos comunicarnos y transmitírselo al público.

–¿Qué destacaría de la primera faena?

–Fue una faena en la que tuve que tener mucha paciencia y creer mucho en el animal porque tenía cosas que me gustaban mucho, pero también vi dificultades a las que me tuve que sobreponer. La clave de la faena fue confiar en el toro, aguantarle las dudas y hacerle todo muy suavecito.

–En la segunda, el toro tuvo mayor fijeza y recorrido. ¿Cómo lo apreció?

–El toro de salida me buscaba, me gustó mucho, aunque tenía mucha cara y no era muy cómodo para meterle en la muleta, pero vi que tenía algo... Era muy bajo, empujó con el capote hacia delante en un capotazo de mi banderillero y a partir de ahí, creí en él. Fue un día precioso, con un triunfo que no suele suceder...

–Debió de ser un suplicio entrar a matar entre esos pitones interminables...

–La verdad, a veces ha sido un suplicio matar otros toros, pero me encontraba muy fresco mentalmente y muy a gusto, disfrutando mucho y sabía que lo iba matar. El toro no te deja dudar ni un segundo, todo fluye y salió así.

–¿Qué sintió realmente al terminar las faenas?

–Por dentro sentí una felicidad plena, pude torear como me gusta a mí, con mi verdad y mi personalidad, y eso te hace sentirte aún más pleno.

–Sin duda, un debut para recordar, con Puerta Grande incluida. ¿Qué más puede pedir?

–Detrás de todo esto hay mucha historia, he pasado muchas cosas en momentos pasados y no ha sido fácil llegar hasta aquí. Fue un debut afortunado y muy especial para mí.

–Se encuentra a un paso de cumplir los diez años de alternativa. ¿Qué valoración haría de todo este tiempo?

La valoración más positiva es haber sido una persona que vive por y para el toro. He dejado, por esta profesión, muchas cosas atrás de mi vida personal y familiar, y, gracias a Dios, en mi caso se me está recompensando todo lo que le he entregado al toro...

Entonces... ¿cree que ha merecido la pena?

–En mi caso siempre ha merecido la pena, aunque las cosas no salgan como espero, merecerá la pena siempre. Lo más importante es mi amor por el toro. Me considero un afortunado, porque puedo seguir luchando y escalando poco a poco hasta donde quiero llegar. Me siento muy feliz.

–En San Isidro pasó por sus manos uno de los mejores toros de la feria, «Agitador», de Fuente Ymbro. ¿Cómo lo vivió desde dentro?

–Se ha hecho un juicio desmesurado con lo que pasó esa tarde y creo que he tenido un trato bastante injusto porque han pasado cosas que no comparto. Puede que tenga mucha culpa de que las cosas no terminasen de rodar, pero se debería haber valorado un poco más al toro, porque si acudió al caballo de lejos, fue porque Paco Ureña lo colocó, y así muchas más cosas... Hubo cosas mejores y peores, soy consciente de ello. Si al toro le pego una buena estocada, le habría cortado una oreja. No digo que no tengan razón, pero me parece horrible que mi tarde no se valorase y no se hablase de mi actuación en Madrid con la corrida de Pedraza de Yeltes. Madrid es la plaza que me ha dado la vida y espero que, cuando me toque torear de nuevo, pueda seguir demostrando que estoy dispuesto a dar mi vida por ella y por el toro.

–Han pasado muy pocos días de su conquista en Pamplona. ¿Ha sonado ya el teléfono para nuevos compromisos?

–Supongo que las cosas mejorarán, pero antes se debe saber que soy el mismo torero que empezó la temporada, que tengo mucho que expresar y demostrar, y que a la gente que me espera y exige le pueda dar eso que espera de mí...

–Por lo tanto, ¿a día de hoy, cómo se presenta el resto de la temporada?

–De momento tengo compromisos en Bilbao, en San Sebastián, en Murcia, en Logroño y en Salamanca... Creo que tendré más oportunidades para seguir demostrando mi capacidad, mi concepto del toreo y las ganas que tengo de ser torero, pero lo que me voy a llevar de esta vida son las sensaciones.

–¿Qué objetivo se plantea a corto o medio plazo?

–Ser feliz con lo que hago. Mi objetivo es torear y eso es lo que más me importa. Esta profesión es una carrera, que no se forja en dos días, hace falta mucho tiempo, pero lo que tenga que pasar, pasará.

–Todos sabemos que la Fiesta se encuentra en el punto de mira. ¿Cómo deberíamos plantarle cara?

–Creo que la única manera es uniéndonos mucho, por parte de todos los sectores. Hay que creer en nuestra historia. Es muy difícil si no hay unión, si no hay apoyo por parte de todos los sectores. Es una pena que una pequeña minoría haga tanto ruido, cuando hay 20.000 personas cada tarde en una feria. Estamos en un punto en el que esas personas presumen de proclamar la libertad, y a nosotros nos la están prohibiendo. Espero que se den cuenta del motor económico que produce la tauromaquia y empiecen a recular. En mi opinión, los que están arriba deben ser los que inicien la unión, tienen que tirar de todo esto para adelante porque son las cabezas visibles de la profesión, y no es lo mismo una cabeza visible mediática con poder de convocatoria, que los que estamos en otra situación.