Feria de Bilbao

Sinfonía al natural

Manzanares cuaja una gran faena al sexto, resultando herido al descabellar

El diestro, semi desmayado, es trasladado por sus compañeros a la enfermería tras ser cogido por el sexto
El diestro, semi desmayado, es trasladado por sus compañeros a la enfermería tras ser cogido por el sextolarazon

Albacete. Novena de la feria. Tres toros de Torrealta, primero, segundo bis y tercero, y tres de El Pilar, desiguales de presencia y juego, destacando segundo y sexto. Lleno.

El Fandi, de rojo y oro, pinchazo y media, oreja; pinchazo, media y seis descabellos, silencio con dos avisos.

Sebastián Castella, de grana y oro, dos pinchazos y entera caída, ovación; pinchazo y estocada, ovación.

Manzanares, pinchazo y media, silencio; fue cogido al descabellar al sexto, rematando al toro El Fandi y recogiendo su cuadrilla una gran ovación.

De las cuadrillas destacó la de Manzanares.

También acabó siendo accidentada la novena función del abono albacetense. Una corrida que comenzó con un cuarto de hora de retraso esperando a que los espectadores impuntuales y poco previsores ocupasen sus localidades y dejasen de molestar a los que sí acudieron con puntualidad y buena educación. Esto ya no es lo que era, se lamentaban los aficionados más conspicuos y veteranos.

Quien no molestó para nada a El Fandi fue su primer toro, un animal marcado con el hierro de Torrealta sin trapío, fuerza ni plaza. Pero el variado repertorio capotero del granadino y, por supuesto, su espectacular show atlético con las banderillas sirvieron para que las lanzas se tornasen cañas y convencer a un público entregado tras una faena fácil, efectiva y de poco compromiso.

Castella se las vio en su primer turno con un sobrero de Torrealta, noble y pastueño, con el que estuvo muy valiente, luchando contra el toro y el fuerte viento que le descubría y molestaba no poco. Cumplió una faena muy templada en sus primeros compases, pero que fue a menos, estropeándola definitivamente con el estoque.

Se lució Manzanares al veroniquear al tercero, que romaneó en el caballo y se llevó una paliza regular que acusó en el último tercio, defendiéndose a cabezazos, echando la cara arriba y siempre muy pendiente de su matador al que no dejo estar confiado ni cómodo en ningun momento.

Tras dos faenas intermitentes y grises de El Fandi, que repitió el mismo guión que interpretó con su primero -si bien ahora corregido y aumentado: escuchó un recado presidencial antes de ir a por el estoque de verdad-, y Castella, que no se aclaró con el quinto en otro trasteo interminable y muy desigual, tampoco parecía que el sexto ofreciera posibilidades, quedándose muy corto por el pitón derecho y amenazando con que la función acabase sin pena ni gloria. Pero Manzanares lo vio por el pitón zurdo y por ese lado cuajó una verdadera sinfonía al natural. Muletazos largos, templadísimos, lentos, vaciando siempre la embestida. Perfectos. Pero la mala suerte se cebó con él, saliendo trompicado al descabellar. El torero alicantino, que quería triunfar a toda costa, se impacientó tras dejar una buena estocada y quiso acabar a toda prisa, siendo sorprendido por un arreón del toro que le dejó K.O. El Fandi tuvo que finiquitar al astado y la cuadrilla de Manzanares recogió una fuerte ovación en honor de su jefe de filas.

Parte médico de José María Manzanares: «Traumatismo craneoencefálico y contusión cervical con pérdida de conciencia entre 3-5 minutos. Tras una exploración neurológica normal, se remite a la Clínica Santa Cristina para estudio radiológico y TAC cráneo-cervical. Pronóstico reservado».