Valencia

Valores al margen del ruedo

El maestro José Garrido, valiente, decidido y arrestoso en Valencia, sale a hombros con una mansa corrida de Fuente Ymbro

El diestro José Garrido, sale a hombros tras cortar dos orejas a su primer astado en la corrida de toros de la Feria de Fallas
El diestro José Garrido, sale a hombros tras cortar dos orejas a su primer astado en la corrida de toros de la Feria de Fallaslarazon

El maestro José Garrido, valiente, decidido y arrestoso en Valencia, sale a hombros con una mansa corrida de Fuente Ymbro

- Valencia. 12 de marzo. Segunda de feria. Media entrada. Toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados y serios pero mansos y descastados.

- Juan José Padilla (de blanco y oro), entera, silencio; media, ovación.

- Jiménez Fortes, (de barquillo y oro), dos pinchazos, entera y dos descabellos, silencio con dos avisos; cinco pinchazos y descabello, silencio tras aviso).

- José Garrido, (de teja y oro), entera, dos orejas tras aviso; estocada, silencio.

La primera corrida de toros incluida en el abono arrojó varios puntos de interés. El primero, y no el de menos importancia, era el volver a percatarse que el torero es alguien especial. No es una persona cualquiera y sí alguien que excede con mucho de alguien de la calle, de usted o de mí. Y ya no por el hecho de enfrentase a cuerpo limpio a un toro –que también, ya lo creo– sino por su talante y fortaleza, tanto mental como física. Ahí está el caso de Padilla, más o menos discutido en su faceta artística, pero al que nadie le puede negar su pundonor y su energía vital. su enorme carga de valores positivos y que tras haber sido operado apenas dos días antes, en esta segunda función fallera ya estuvo de nuevo vestido de luces.

Pero no tuvo suerte con el lote que le correspondió. Se lució, muy dispuesto, al recibir con tres largas de rodillas al que abrió plaza, toro al que se dio muy mala y desordenada lidia en los primeros tercios y que llegó a la muleta desconfiado y mirón, acostándose por un pitón y luego por otro, pendiente siempre de un torero que no vio modo de meterle mano. Se hizo ovacionar al banderillear al cuarto, y salió por todas con otro toro que no tuvo interés alguno por el torero, que hizo todo el gasto para muy poco rédito y que se terminó dando una fea voltereta al entrar a matar.

También es de admirar a Jiménez Fortes, que volvía a una plaza de primera tras un percance que el año pasado a punto estuvo de costarle el cuello y que se encontró con un primer toro que se frenó y quedó corto enseguida, impidiendo, por ejemplo, lucir en el quite a Garrido.

No obstante, Fortes brindó al público y comenzó su labor con las ya habituales pases cambiados por la espalda. Pero el toro no estaba para nada, embistiendo con violencia y brusquedad, desarrollando mal estilo y desarmando al malagueño en algún momento de un trasteo muy largo para lo que merecía su oponente y en el que sólo hubo voluntad y ganas. Tampoco tuvo material propicio con el quinto, parado ya en banderillas y luego protestón y siempre a la defensiva. No se dio por vencido Fortes y arriesgó muchísimo, aunque no pudo superar los límites de las buenas intenciones... y de librarse de algún percance.

- A regañadientes

El tercero salió distraído y suelto, manso en varas y huidizo en el último tercio, poniendo muchas trabas al lucimiento de José Garrido que, no obstante, a base de tesón y bajar mucho la mano, acabó metiéndole en el engaño y sacar, aún a regañadientes, todo lo que tuvo su oponente, al que fijó en el tercio con tanto temple como cabeza. Cortó el viaje el sexto, incierto desde que se hizo presente en el ruedo y desarmó de salida a Garrido, decidido a toda costa a aumentar su cosecha, perseverando en el intento, arrestoso y valiente pero sin opción. De todas formas ya en su primer turno había dejado una muy grata impresión en esta su presentación en Valencia como matador de alternativa y dejando claro que hay que contar con él.