Ferias taurinas

Ventura ya mira a los ojos a El Viti

Colosal tarde del hispano-luso que logra su decimocuarta Puerta Grande en Madrid e iguala a Su Majestad; Leonardo, también a hombros.

Par a dos manos sin cabezada de Ventura sobre «Dólar», en Las Ventas
Par a dos manos sin cabezada de Ventura sobre «Dólar», en Las Ventaslarazon

Colosal tarde del hispano-luso que logra su decimocuarta Puerta Grande en Madrid e iguala a Su Majestad; Leonardo, también a hombros.

Las Ventas. Decimoséptima de San Isidro. Se lidiaron toros, reglamentariamente despuntados para rejones, de Carmen Lorenzo (1º, 2º y 4º), El Capea (3º) y San Pelayo (5º y 6º), de correcta presentación. El 1º, buen toro, con fijeza, codicia y transmisión; el 2º, bravo, con buen tranco y duración; el 3º, noble, aunque menos encastado que los dos anteriores; el 4º y el 6º, manejables, pero a menos; y el 5º, abanto de salida, luego tuvo un dulce galope. Lleno aparente: 21.767 espectadores.

Diego Ventura, rejón trasero (oreja); rejón muy bajo (dos orejas); pinchazo, rejón trasero, pie a tierra, descabello (saludos).

Leonardo Hernández, rejón caído (oreja); rejón muy bajo, pie a tierra, descabello (saludos); rejón trasero, pie a tierra, dos descabellos (oreja).

Diego Ventura, que sigue acechando el rabo en Madrid –sí, el rabo– repitió osadía. Aquella de Villaluenga del Rosario. Sí, sí, esa del vídeo viral de Toledo. Sin cabezada, sobre «Dólar», un par a dos manos. Pero ayer tocaba el más difícil todavía: Las Ventas. La Meca del toreo. Triple salto mortal. Dos genios, jinete y caballo. Madrid, entera en pie. Entregada. Como lo hizo después en una clamorosa vuelta al ruedo con ambos protagonistas juntos. Ya había formado un lío en este buen toro con «Roneo». Templó al noblón, aunque no tan bravo como los dos primeros, tercero, de costado. Clavó al quiebro, muy de frente y en corto. Luego, cambió la pista con ajustadas «hermosinas». Piruetas muy ceñidas en la misma cara de toro. Volvió el albino «Remate» para el carrusel de cortas y un rejón bajo que no impidió que cayeran las dos orejas. Cumbre. A hombros de nuevo. Dos de dos en esta primavera venteña. Ya son 14 para igualar al mismísimo Viti. Nadie ha hecho ese tránsito de gloria tantas veces como ambos. Dirán que a caballo es más sencillo. Ahí está el hito, para el que quiera intentarlo. Ventura, la leyenda que no cesa.

El de La Puebla marcó el ritmo de la tarde en todo momento. No le pesó. Quiso ya poner la tarde carísima desde el primer segundo. «Sueño» y «Nazarí», las dos grandes estrellas de su cuadra, a escena ya en el toro que rompió plaza. Con ellos, todo es más sencillo. Espectacular, el primero toreando de costado y batiendo al pitón contrario. A milímetros. Más aún templó el segundo, lo llevó cosido a la grupa. Qué manera de darle el pecho y de cambiar la pista por los adentros. Lo había parado con «Lambrusco» en un palmo de terreno. Aprovechó la fijeza y codicia del astado. Buen toro de Capea. Con transmisión y buen tranco. Carrusel de cortas al violín con «Remate» y un rejón algo trasero para asegurar la primera oreja.

Con los deberes hechos, el quinto se convirtió en puro disfrute para el hispano-luso. Ralentizó la dulce embestida del «Murube» de San Pelayo –completísimo encierro de Capea– con «Sueño» y «Nazarí». Después, «Ritz» citó de frente, muy en corto, a dos metros escasos, para quebrar en la misma cara. Inverosímil. Se resistieron los aceros y sólo saludó desde el tercio.

Leonardo Hernández no quiso ser menos y también salió en volandas del Cónclave. Calcó el balance en su primero. Un trofeo. Puso ahí ya toda la carne en el asador. Se lo dejó crudito con un solo rejón de castigo sobre «Estoque». Con el albino «Sol», arriesgó toreando de costado. Se lo dejó llegar muy cerca, tocando la montura incluso los pitones. Sin embargo, fue «Despacio» el gran protagonista. Dos banderillas citando en corto y, sobre todo, un par a dos manos de poder a poder muy reunido. En una moneda, ambas farpas. Dejó un rejón caído y, aunque se tragó la muerte el burel, terminó sin puntilla. Oreja.

El pacense no ató la salida a hombros hasta el último cartucho. Labor entregada en la que exprimió la corta duración de este «San Pelayo». Los mejores momentos, sobre «Despacio» de nuevo. Clavó con pureza varios garapuyos. Importante, el par a dos manos, muy reunido. Conquistó ahí al tendido. Dejó un rejón algo trasero y, a pesar de los dos descabellos, afloraron los pañuelos. Con suspense, pero cayó su segunda oreja. Previamente, no tuvo suerte con el cuarto. El animal no duró lo que sus hermanos y se vino a menos enseguida. Imposible dar continuidad al toreo por los adentros sobre «Verdi». Completó casi una vuelta al anillo con el astado encelado. Tiró de efectismos y piruetas con «Charro Cantor», pero no hubo manera. Saludos. Doble salida a hombros y Ventura que ya mira de igual a igual a Su Majestad El Viti: 14 Puertas Grandes. Casi nada.