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Los toros de Núñez del Cuvillo vuelan en un encierro con dos heridos por asta

Han pulverizado esta mañana los tiempos del encierro de este año

Un toro de la ganadería gaditada de Núñez del Cuvillo pisa a un mozo en el tramo inicial de la calle Estafeta, durante el séptimo encierro de los San Fermines 2017
Un toro de la ganadería gaditada de Núñez del Cuvillo pisa a un mozo en el tramo inicial de la calle Estafeta, durante el séptimo encierro de los San Fermines 2017larazon

Seis traslados, dos por herida de asta, en el encierro de los toros gaditanos de Núñez del Cuvillo.

Los toros gaditanos de Núñez del Cuvillo han pulverizado esta mañana los tiempos del encierro de este año, con una rápida carrera de dos minutos y diez segundos hasta la arena de la plaza, treinta segundos más hasta entrar a chiqueros, en la que se han contabilizado seis traslados, dos por herida de asta.

Los toros, cuatro negros y dos marrones, han salido hermanados del corral y en la Cuesta de Santo Domingo, uno de ellos, «Fundador», ha cogido la delantera, puesto en el que se han ido turnando hasta Estafeta, donde casi han volado sobre los adoquines de esta emblemática calle.

La rapidez de los toros ha ocasionado que, pese a llegar a la arena en dos minutos y diez segundos, hayan tenido que esperar en la plaza la llegada de los mansos para entrar en chiqueros, por lo que el tiempo oficial del encierro ha sido de dos minutos y cuarenta segundos.

La salida de los corrales a las ocho de la mañana ha sido con la manada unida y un manso en cabeza, pero pronto uno de los astados ha tomado la delantera y seguido por un hermano han recorrido la Cuesta de Santo Domingo por el lado derecho del encierro con algunos derrotes hacia los mozos, donde uno de ellos ha sido empitonado en una pierna.

La velocidad de todos los Núñez del Cuvillo ha hecho que ya en la plaza del Ayuntamiento un negro decidiera liderar la manada seguido por los dos marrones y así han atravesado estos metros.

Para cuando han entrado en la calle Mercaderes la torada iba ya más estirada y, aunque los mansos cerraban el grupo, el toro que lideraba el encierro ha sabido enfilar sin dificultad la curva de la Estafeta, pasos que han seguido todos sus hermanos sin que se registraran caídas, ni siquiera los habituales resbalones.

A lo largo de toda esta calle, los de Núñez del Cuvillo ya no han vuelto a reagruparse por lo que la carrera la han hecho dejando metros de distancia entre ellos y permitiendo así que los corredores pudieran intercalarse entre los animales.

La gran velocidad de los astados ha provocado sucesivas caídas de los mozos, que tan solo eran capaces de aguantar junto al toro unos pocos metros antes de tener que retirarse con problemas para sortear las astas, que a uno de ellos le ha alcanzado en una ingle.

Los toros han tenido también que evitar a los imprudentes que cada mañana se empeñan en tocar el lomo de los animales, una acción que es sancionable pero que se repite en todos los encierros.

En el tramo de Telefónica, «Lugareño», de pelaje negro, ha volado sin mirar a los corredores, a los que afortunadamente tampoco sus hermanos han prestado demasiada atención, por lo que todo ha quedado en caídas.

Los gaditanos han cruzado el callejón de la plaza de toros alineados y sin ceder velocidad, arrollando a un corredor a su paso, un cordobés que desde el pasado lunes ha sido alcanzado todos los días por los astados.

En el coso, los toros han tenido que esperar casi medio minuto a la llegada de los mansos para que les condujeran, junto con los dobladores, a chiqueros. EFE