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El espléndido vestuario de «La Peste»

El espléndido vestuario de «La Peste»
El espléndido vestuario de «La Peste»larazon

Cuando una producción audiovisual se propone recrear una historia de época sabe perfectamente que una de las claves para que la trama sea creíble pasa por su factura visual y, muy especialmente, en el vestuario. Una prenda no solo permite identificar un tiempo, también una clase social y el rol que se juega en la sociedad según el sexo, la profesión y la situación económica. Ése es uno de los principales logros de “La Peste”, cuya temporada completa se estrena el 12 de enero en Movistar+. Su director, Alberto Rodríguez, tenía claro que la labor de producción iba a ser vital y entre los departamentos que se tendrían que emplear a fondo era el de vestuario, cuyo máximo responsable es Fernando García. El diseñador tiene una amplia experiencia en el cine. Ligado a Alberto Rodríguez, ha trabajado con él en trabajos tan distintos desde el punto de vista estético como “Grupo 7”, una cinta policíaca ambientada en los barrios marginales de la Sevilla de 1992, cuando se celebró la Expo; “La isla mínima”, un poderoso “thriller” por el que ganó un premio Goya, y “El hombre de las mil caras”. También colaboró con Fernando León de Aranoa en “Un día perfecto” por cuyo trabajo logró su tercera nominación a los Goya. Junto a su hermano Antonio tienen la firma de ropa Antonio García. “Cuando era pequeño ganaba concursos de dibujo y el premio era una caja de rotuladores, así empezó todo”, dijo en su discurso de agradecimiento cuando ganó el premio.

Para “La Peste”, Fernando García, al frente de un departamento de arte en el que participaron más de 70 personas, entre ellos un cortador especialista de la época, ha trabajado durante meses con su meticulosidad habitual. Como comenta, para él ha sido un reto: “Hacer vestuario de época es como mirar a una chica que va por la calle con un tutú. No es lo mismo que verla con un vaquero. En la vestimenta de época todo es placentero y vistoso desde el punto de vista de la producción”. Los aristócratas querían mostrar su condición con terciopelos, sedas, brocadas y ricos bordados a base de hilos de oro, plata, aljófares, además de joyas como perlas y otras piedras preciosas. Así se muestra la nobleza de “La Peste”. No se puede obviar que, en ese momento, Sevilla gracias al mercado con las Indias era una ciudad próspera donde llegaba toda la clase de telas. Como contraste, las clases más populares, usaban prendas de tejidos más humildes y rústicos como la arpillera. Pero sin duda, lo que más llamará la atención del espectador será la indumentaria que llevaban los médicos que trataban a los enfermos de la peste. Vestían una túnica hasta los pies de piel gruesa, que solía estar encerada, y calzado y sombrero de piel de cabra. Lo más insólito es que portaban una máscara en forma de pico de ave. De origen italiano se llamaba “Il Dottore de la Peste”. ¿Por qué se optaba por esa máscara? Se creía que las enfermedades contagiosas, y ésta en concreto, se transmitían por vía aérea y que entraba en el cuerpo por los poros, de ahí que prácticamente estuviesen “blindados” con su atuendo. Otra particularidad, el pico impedía que el doctor tuviera contacto con el aliento del enfermo. Todo este esfuerzo colosal de vestuario se podrá ver en “La Peste”, ya que durante esta epidemia varios miembros de la sociedad sevillana aparecen asesinados. Mateo, interpretado por Pablo Molinero, condenado por la Inquisición, tiene que resolver estos crímenes diabólicos para lograr el perdón del Santo Oficio. En su camino vivirá en un entorno de represión política que contrasta con el hedonismo privado, burdeles, cárceles donde esconderse y traiciones y lealtades.

“La Peste”, disponible toda la temporada a partir del 12 de enero en Movistar+