Estados Unidos

Una banda de motoristas amenaza a la Policía tras el tiroteo de Texas

Una de las dos bandas de motoristas implicadas en el tiroteo en el norte de Texas (Estados Unidos) que el domingo ocasionó 9 muertos, 18 heridos y 170 detenidos ha amenazado con represalias contra los agentes de Policía, según publicó este jueves la CNN. Dicho medio cita un comunicado interno del departamento de Seguridad Pública de Texas según el cual miembros de la banda de los Bandidos que están en las Fuerzas Armadas estarían "proveyendo de granadas y explosivos C-4"a sus compañeros para que los usen en atentados contra agentes de la ley.

El comunicado obtenido por CNN alerta a los agentes ante los presuntos planes de la banda de los Bandidos de atentar con coches bomba contra oficiales de los cuerpos de seguridad y sus familias como represalia por haber "disparado a sus hermanos".

Además, la alerta policial también recoge supuestas órdenes de la banda a sus miembros para que "atropellen a los agentes y utilicen granadas, cócteles Molotov y armas de fuego". El departamento texano de Seguridad Pública identifica como posibles lugares de riesgo para los agentes la prisión del condado de McLennan en Waco y otras ubicaciones en Austin, El Paso, Dallas, Corpus Christi y Houston.

Un total de nueve motoristas fallecieron en la pelea y tiroteo del domingo entre los Bandidos y los Cosacos en Waco, mientras que 18 resultaron heridos y 170 fueron detenidos.

Los Bandidos y los Cosacos, bandas con rangos casi militares y que se dividen territorios, llevaban varios meses cruzando amenazas y el pasado domingo organizaron un encuentro para verse las caras en un restaurante de la cadena "Twin Peaks"en Waco.

El establecimiento, conocido por sus camareras ligeras de ropa, llevaba organizando desde hace tiempo reuniones para motoristas, y la Policía, ante el temor a altercados, llevaba meses patrullando en secreto la zona.

Según la Policía, el desencadenante de la batalla campal y el posterior tiroteo pudo ser una discusión por una plaza de aparcamiento en el exterior del restaurante.

Las fuerzas de seguridad abrieron fuego al considerar que eran objeto de disparos, y la propia Policía reconoció el martes que algunas de las víctimas podrían haber sido alcanzadas por balas de los agentes.