Alimentación

Vacaciones de Semana Santa con menos calorías

El tiempo de ocio conduce a comer más, pero la clave está en compensar y hacer más ejercicio. Los expertos advierten de que ahora es el mejor momento para empezar a preparar la operación bikini

Vacaciones de Semana Santa con menos calorías
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Empiezan las vacaciones de Semana Santa y con ellas los platos tradicionales de esta festividad que, en su mayoría, son generosos en calorías. Si además las previsiones del tiempo acompañan será casi imposible resistirse al aperitivo o al helado al aire libre. En definitiva, comer más lo que, a la vuelta, se traducirá en un aumento de peso. Vanessa de la Fuente Díaz, dietista-nutricionista del Milenium Centro Médico Costa Rica, advierte de que «durante estos días, como en cualquier otra temporada de vacaciones, no debemos descuidar la alimentación de base. Intentar mantener una alimentación equilibrada dandonos algunos caprichos no deberían ser significativo en el peso posterior. Los productos típicos de esta época aportan muchas calorías por lo que debemos tomarlos de forma ocasional e intentar compensar el exceso en las tomas posteriores, reduciendo cantidades, pero sin eliminar ningún alimento».

Equilibrio

Por ello, la clave está en compensar. «Siempre los excesos es mejor hacerlos en las comidas que en las cenas. Ya que en las comidas nos da tiempo a quemar las grasas y en las cenas es más complicado. El día que tengamos que salirnos de la dieta por alguna celebración o situación especial, lo que si es recomendable y funciona bien es reducir las cantidades (por ejemplo si habitualmente comemos cuatro croquetas, la idea es reducirlas a dos), de esta manera no nos tenemos que privar de nada y no nos va a generar ni ansiedad por ese alimento ni tristeza por no poder comerlo», recomienda Lina Robles Salmerón, dietista-nutricionista del Hospital La Zarzuela de Madrid.

En esta misma línea se sitúa De la Fuente, quien añade que «una opción para compensar, si hemos tenido una comida copiosa es un plato de verdura a la plancha, y una proteína baja en grasa (pollo, pavo, conejo, pescado blanco o huevo) acompañado de una ración más pequeña de pan o patata. No es aconsejable saltarse ninguna de las cinco comidas recomendadas o irse a la cama sin cenar para intentar compensar los excesos del día. Aprovechar el tiempo libre de estas fiestas para hacer más ejercicio físico, caminar por el campo o la playa una hora seguida, también puede ser una ayuda para compensar los excesos».

Saber elegir

El simple hecho de saber elegir bien lo que vamos a comer puede convertirse en el mejor aliado para no desequilibrar la báscula a la vuelta. En este sentido, Marta Gámez, nutricionista y directora técnica del Grupo Nutricion Center (NC Salud), afirma que existen varios trucos para no excedernos como «buscar en los menús y cartas de los restaurantes aquellos platos más saludables y con menos calorías. Los fritos y las salsas como la mahonesa o el alioli deben ser evitados, dando preferencia a los alimentos cocinados a la plancha, especialmente los pescados. Los mariscos son una buena opción cuando comemos fuera de casa ya que casi no tienen calorías y su modo de prepararlos raramente implica el uso excesivo de grasas. Igualmente debemos optar por primeros, y platos al medio basados en vegetales (ensaladas, parrilladas de verduras, salteados y revueltos de verduras)».

Para no «devorar» en el restaurante, continúa la experta, «un buen desayuno y un tentempié a media mañana, nos ayuda a evitar el apetito excesivo en la comida, por lo que nos resultará más sencillo comer de forma moderada. Una buena idea es comer una manzana o una naranja antes de salir de casa para comer con la familia o los amigos». En estos días, y más si el calor aprieta es habitual ingerir más cantidad de líquido en forma de cerveza o refrescos. En el caso de que lleven alcohol, Gámez insiste en que «aporta siete calorías por gramo, casi tanto como la grasa, que aporta 9 calorías por cada gramo. Por esto, es esencial optar por bebidas sin alcohol y sin azúcar. Es una opción intermedia las claras, los tintos con casera o las cervezas sin alcohol».

Completos

Pese a su contenido calórico es posible disfrutar de los platos típicos de esta época sin que la báscula se resienta. Eso sí, De la Fuente recuerda que «las torrijas por ejemplo, son un productos bastante completo en cuanto a proteinas y grasas. Podemos tomarlas en la merienda o en el desayuno acompañadas de una pieza de fruta. El potaje, sin embargo, es una opción saludable para estos días, es un plato completo y muy nutritivo, algo pesado quizá por lo que el postre ha de ser ligero, un yogur desnatado, un par de rodajas de piña o una infusión para facilitar la digestión posterior. Pese a que cuidar la alimentación debe ser siempre una prioridad, lo cierto es que la Semana Santa se convierte en un buen momento para, si no he hecho, retomar buenas costumbres y llegar al verano con buen tipo.

«Siempre es buen momento para cambiar hábitos, comer sano y hacer ejercicio de forma regular debe formar parte de nuestro estilo de vida. No debemos enfocar la perdida de peso a la “operacion bikini” sino más a largo plazo para mejorar nuestra salud. Si queremos bajar peso, lo más recomendado es ponerse en manos de un especialista que nos guie en este camino, ya que hay que tratarlo de forma individual», recuerda de Robles.

Para empezar a hacer las cosas bien, continúa la experta, «deberíamos ordenar nuestra alimentación, es decir, hacer cinco comidas todos los días, beber suficiente agua, eliminar las grasas de nuestra dieta (como grasas estarían incluidos los embutidos, quesos curados, fritos, rebozados, empanados, salsas comerciales, bollería, alcohol, bebidas con azúcar...), cocinar a a la plancha, al vapor, asado, horno, papillotte (no usar más de dos cucharadas de aceite en comida y en la cena), hacer cenas ligeras (debemos hacer las cuatro comidas anteriores, si no llegaremos con mucha hambre a la última comida del día) y empezar a realizar ejercicio, lo que no significa que pasemos de no hacer nada a hacer tres horas de golpe. Lo recomendable, si no estábamos haciendo nada de ejercicio, sería empezar a caminar unos 40 minutos todos los días».