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Especies invasoras, un agujero millonario en las arcas de Europa

Cuestan a Europa unos 12.500 millones de euros al año, según datos de la Comisión Europea.

Las especies exóticas invasoras cuestan a Europa unos 12.500 millones de euros al año, según datos de la Comisión Europea.

Pérdida de productividad del suelo, daños sobre actividades tradicionales, impacto en los ecosistemas o gastos de control; las especies exóticas invasoras cuestan a Europa unos 12.500 millones de euros al año, según datos de la Comisión Europea.

Pero además, hay otros muchos daños "no cuantificados"en estas cifras, ha recordado Jorge Fernández, técnico de SEO/BirdLife; las especies invasoras pueden incidir directamente en que el turismo se resienta en una zona, en que fracasen determinadas medidas de conservación o en la pérdida de rendimiento cinegético.

Lo cierto es que el agujero que supone este problema para las arcas de Europa ha promovido la adopción de un nuevo reglamento, que entró en vigor en enero de 2015 y que fue en principio bien acogido por las organizaciones ecologistas.

Sin embargo, a la vista del "insuficiente y ridículo"número de especies que incluía un primer listado de exóticas invasoras, 37 en total, aprobado en enero de este año, las ONG no tardaron en mostrar su preocupación.

"Nosotros promovemos la elaboración de listas blancas y no negras, es decir, un listado de las especies exóticas que sabemos que no son invasoras, en lugar de una evaluación de especies de las que no sabemos nada para hacer una lista negra", ha explicado el técnico de SEO/BirdLife en declaraciones a Efe.

"Es más fácil y efectivo elaborar una lista de las especies que no causan daños en lugar de tener que demostrar que sí lo causan", ha insistido, aunque esta teoría "la hemos defendido en terreno absolutamente baldío, nos la han rechazado en todas partes".

Ha reconocido que clasificar muchas especies consideradas mascotas es muy complicado, pero "hay que decirle a los ciudadanos que han de estar seguros de que no se trata de una invasora, y, si es un animal considerado raro, sencillamente es inmoral tenerlo en casa".

Jorge Fernández ha abogado por que prospere una metodología propuesta por BirdLife Europe que consiste en priorizar la peligrosidad de las exóticas en un listado alternativo, en el que se podrían incluir en una primera evaluación cerca de 200 especies.

Además, se ha lamentado de que el listado aprobado por la Comisión no incluya especies del propio continente, ya que "el hecho de ser originaria de algún país europeo no significa que no sea invasora en otro, como ocurre con el caso del mejillón cebra".

Según WWF, las especies exóticas invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, y en Europa una de cada tres especies está en peligro crítico de extinción por esta creciente amenaza.

Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha denunciado que solo en ecosistemas de agua dulce las especies exóticas invasoras -animales o vegetales- tienen un impacto negativo en el 33 % de los anfibios y en el 20 % de los peces.

Además, el factor humano, con actividades como el turismo o el comercio, ha contribuido a su aumento en los últimos años; en Europa, la UICN estima que se ha multiplicado un 76 por ciento entre 1970 y 2007.

Por ello, insta a extremar el control del movimiento de esas especies y las rutas por las que se introducen en nuevos ambientes de forma natural o intencionada, así como concienciar a la población y elaborar códigos de conducta para el comercio de mascotas.

"Existe un Catálogo Nacional de Especies Invasoras al que puede acudir cualquier ciudadano para informarse", ha explicado Jorge Fernández; "hay que estar atento, pues muchas personas quieren deshacerse de estas especies mediante el comercio ilegal".

Si se observa esta conducta a través de internet, se puede denunciar directamente al Seprona -ha recordado- y si un ciudadano quiere deshacerse de un animal exótico debe ponerse en contacto con la comunidad autónoma o con el ayuntamiento en municipios de más de 50.000 habitantes.

A nivel institucional, ha apostado por "estimular a quienes se encargan de vigilar el tráfico de especies en las fronteras para que incorporen estos conocimientos".