Lisboa

El 28, un paseo por Lisboa y su historia

El 28, un paseo por Lisboa y su historia
El 28, un paseo por Lisboa y su historialarazon

No escondo ni disimulo mi afición por Lisboa. Tampoco estaría desacertado si afirmo que es una de las más hermosas ciudades de Europa. Ahora bien, tendría serias dudas si me preguntaran por el monumento más bonito de la capital portuguesa. ¿El monasterio de los Jerónimos, la torre de Belem, la plaza del Comercio, el castillo de San Jorge, la catedral......? Para gustos, los colores.

Sin embargo, lo tendría perfectamente claro si me pidieran que recomendara un itinerario a quien se acerca hasta esta ciudad y deseara tener, en poco tiempo, una pequeña visión de lo mucho que ofrece a turistas y vecinos. Mi consejo sería sencillo: ”súbete al 28, al mítico 28”

Este número está indisolublemente unido al más famoso y turístico de los tranvías lisboetas. Un “elétrico” (como se dice en el idioma de Camôes) de los de toda la vida. Interior de madera, algo incómodo, ruidoso, con bastantes turistas en épocas estivales y con ese característico traqueteo que causan las conocidas subidas y las bajadas de la orografía de la capital.

Por muchos inconvenientes que le pongamos, todo queda atemperado por la belleza de su recorrido y por la sensación de viajar en esta “joya lisboeta”. Parte de los más importantes escenarios de Lisboa y parte de su alma se recorren con el 28.

No quiero, si nunca te has montado en él, adelantarte mucho más. Quizás el factor sorpresa sea también otro aliciente en este histórico trayecto en tranvía. Simplemente te recomiendo que te subas en la céntrica plaza de Martim Moniz.