Malta

Malta sumergida

El destino. El archipiélago de Malta está considerado como uno de los destinos más privilegiados para bucear en el Mediterráneo, ya que en sus aguas se esconden barcos hundidos de gran valor histórico

La patrullera «P-31» está hundida en las cristalinas aguas de la isla de Comino
La patrullera «P-31» está hundida en las cristalinas aguas de la isla de Cominolarazon

El archipiélago de Malta está considerado como uno de los destinos más privilegiados para bucear en el Mediterráneo, ya que en sus aguas se esconden barcos hundidos de gran valor histórico

Situado al sur de Sicilia, este archipiélago compuesto por tres islas (Malta, Comino y Gozo) es un destino rebosante de atractivos históricos y culturales; no en vano, la historia de Malta ha dejado tras de sí un rastro de más de 7.000 años que puede verse en tierra firme.

Esta antigua colonia inglesa, objeto de codicia para varias civilizaciones por su ubicación estratégica en el mar Mediterráneo, se ha ganado por méritos propios un lugar muy especial en las listas de lugares en los que bucear por sus aguas tranquilas y claras, pero sobre todo por su gran cantidad de barcos hundidos, ya que los fondos marinos están repletos de los restos (o de las víctimas) de uno de los mayores asedios aeronavales de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, Malta está considerada por muchos como uno de los destinos privilegiados para bucear en el Mediterráneo, algo de lo que dan buena cuenta los más de 35.000 buceadores que exploran cada año estas aguas.

- «Esqueletos» de hierro

En cualquiera de las tres islas el viajero puede encontrar infinidad de escuelas para iniciarse en esta actividad, aunque es recomendable tener una titulación «Advance» para poder disfrutar de la mayoría de sus inmersiones. Si bien es cierto que muchos de los barcos han sido hundidos de forma intencionada para crear arrecifes artificiales y ofrecer un atractivo turístico para los buceadores, una vez abajo uno se olvida de esto y queda atrapado por la magia de estos sugerentes «esqueletos» de hierro.

Podemos empezar nuestra «ruta de los pecios» en Cirkewwa. Nada más llegar nos sorprenderá que esta zona cuenta con un parking exclusivo para buceadores desde el que vemos las boyas amarillas que custodian los dos barcos hundidos que podemos explorar aquí: el remolcador «Rozi» y el patrullero de origen alemán «P-29», ametralladora en la proa incluida. Ambos descansan sobre un fondo de arena a 37 metros en posición de navegación.

El petrolero «Um El Faroud», en Wied iz-Zurrieq, es uno de los platos fuertes y posiblemente uno de los pecios más apreciados del Mediterráneo. Se trata de un antiguo petrolero Libio de 115 metros de eslora y 10.000 toneladas que el 3 de febrero de 1995, durante unas labores de mantenimiento, sufrió una explosión causando la muerte a nueve personas. Fue hundido en 1998 a 36 metros de profundidad sobre un fondo de arena y a pocos metros de una zona perfectamente acondicionada para el buceo. El barco se partió por la mitad debido a una tormenta en 2005, lo que dejó la proa y la popa separadas, siendo esta última más atractiva para realizar penetraciones, relativamente sencillas por el buen estado del pecio y su fácil acceso, pero muy emocionantes por sus grandes dimensiones. Podemos encontrar bancos de barracudas, peces castañuela o incluso alguna raya por el fondo de la arena que nos acompañan en esta aventura.

El «P-31», hermano gemelo del «P-29», nos espera en las cristalinas aguas de la minúscula isla de Comino a tan sólo 20 metros de profundidad, por lo que se puede vislumbrar su estampa desde nuestra embarcación incluso antes de meter la cabeza en el agua.

Uno de los restos con más valor histórico es el «HMS Maori», destructor de la Segunda Guerra Mundial, hundido a 14 metros en la bahía de San Elmo, justo debajo de la capital de Malta, La Valeta. Posiblemente se trata de uno de los pecios más colonizados por vida subacuática y en el que podemos encontrar casquillos de proyectiles con la fecha inscrita. El bombardero «Bristol Blenheim», al sur de la isla, reposa a 42 metros de profundidad con sus dos motores intactos y rodeado de esponjas y coral blando. El espectáculo es memorable.

«The Inland Sea» y el «Blue Hole», ubicados en las aguas de Gozo, son dos puntos imprescindibles en este viaje subacuático por su belleza tanto dentro como fuera del agua. El primero de ellos es una laguna interior que nos comunica con el mar a través de un gran cañón de unos 80 metros de largo y 26 de profundidad donde los contraluces y el azul cobalto del agua crean un entorno mágico, mientras que el segundo es una piscina natural con vistas a una inmensa ventana recortada en el cielo conocida como «Azure Window». En esta isla también merece la pena acercarse hasta el «Karwela», un ferry hundido entre unos 30 y 42 metros de profundidad.