Puerto Antilla, el oasis de Huelva

Si su aspecto exterior conmueve, el interior resulta sobrecogedor. Es el típico resort caribeño, emplazado en primera línea de playa, con un aire exótico que nos hace olvidar dónde estamos. Cuando amanece, y uno se asoma al balcón, entran ganas de tirarse y darse un chapuzón. Y es que este oasis onubense está enclavado en la costa atlántica a los pies del banco de arena que blanquea Islantilla y quita las penas.

Puerto Antilla Grand Hotel es un complejo de cuatro estrellas, que se multiplican hasta el infinito las noches de cielo raso y luna llena. Tiene 400 habitaciones totalmente equipadas y adecuadas para todo tipo de público, ya que ofrece una amplia oferta de ocio y diversión para cualquier miembro de la familia. Sus zonas ajardinadas permiten que el verdadero lujo sea disfrutar del entorno. El silencio atruena nuestro descanso. Perfecto para desconectar, ideal para relajarnos.

Lejos de sus amplias y modernas instalaciones, de sus piscinas interiores, del spa, de la zona de fitness y de masajes, de las pistas de paddle, de la sala de juegos o del mini club para los más pequeños, el hotel tiene acceso directo a la playa de Islantilla, cuyo paseo marítimo bien merece un pateo. Pero, quizás, el paraíso lo encuentren en su piscina exterior, rodeada por hamacas y vegetación tropical. Un lugar por donde la mente cabalga y la imaginación vuela, mientras el cuerpo apenas trota.

La oferta gastronómica está basada en los productos más selectos de la provincia de Huelva, como las carnes ibéricas de la sierra o los pescados y mariscos recién traídos de la costa. Además del buffet, el hotel cuenta con un restaurante al aire libre y un Bar Golf, donde tomarse una copa o un café.

Aunque Puerto Antilla Grand Hotel se encuentre enfocado, mayoritariamente, hacia familias con niños –principales prescriptores-, también puede servir como lugar de celebración de cualquier tipo de evento, ya que dispone de siete salas de reuniones y convenciones, dotadas con los últimos medios audiovisuales. El 90% de su clientela es nacional –incluidos portugueses-. Entre los internacionales, destacan los británicos, alemanes y suecos.