Eurocopa

Kiev

El bálsamo Selección no tiene precio por Julián Redondo

La Razón
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Italia lo intentó contra la España excepcional, sin igual, única, maravillosa, emocionante, apasionante y tricampeona. Prandelli se atrevió contra Del Bosque, entrenador sin parangón que ha hollado cimas que nadie ha pisado. Italia fue a más desde que se ilusionó con el empate obtenido el 10 de junio frente a la campeona y pensó que, después de todo, de aquel «biscotto» que jamás entró en el horno español y de mandar a casa a los alemanes, podía ganar la final. Tenía derecho al sueño de una noche de verano en Kiev. Italia farda con el olio, la birra y el prosciutto; conquista el mundo con la pizza, la focaccia al rosmarino de Génova, los bucatini all'amatriciana de Roma, los macheroni con le sarde de Sicilia, los spaghetti a la putanesca, me encantan estos nombres, y éstos: lasagna, ravioli, tortellini, antipasto, cappelletti, pansotti, gnocchi, ossobuco, fromaggio y carpaccio; me producen respeto estos otros: Buffon, Pirlo, Cassano, Di Rossi, Prandelli, Montolivo, Motta, Barzagli...; pero hay otros que me entusiasman, fabes, alubias de Tolosa, verdinas, chorizo, botillo, jamón ibérico, calçots, paella, pipirrana, lechazo, chuletón, papas arrugás, callos, cocido, pulpo y empanada; y me ganan, me vencen, me conquistan, y por eso los mitifico, los siguientes: Del Bosque, Casillas, Arbeloa, Piqué, Ramos, Alba, Busquets, Alonso, Xavi, Iniesta, Silva, Cesc, Torres, Pedro, Mata, Negredo, Reina, Llorente, Valdés, Juanfran, Navas, Cazorla, Javi Martínez, Albiol, Gniewino y Kiev. Y también Viena, Luis Aragonés, Johannesburgo, Suráfrica, Austria, Suiza, Polonia y Ucrania. La vida es dura; la crisis, cruel, y la Selección, un bálsamo mucho más efectivo que el de Fierabrás.

Julián REDONDO