Música

Navarra

‘Sin ti no soy nada’, ‘Tenía tanto que darte’ o ‘Me enamora’: ¿son machistas las canciones de amor?

La Diputación de Navarra está empeñada en revolucionar el panorama educativo a su manera. Obliga a los docentes a «no prohibir los juegos eróticos» y fomentar la sexualidad.

‘Sin ti no soy nada’, ‘Tenía tanto que darte’ o ‘Me enamora’: ¿son machistas las canciones de amor?
‘Sin ti no soy nada’, ‘Tenía tanto que darte’ o ‘Me enamora’: ¿son machistas las canciones de amor?larazon

Es cierto, entre el «ay papi, que me vuelvo loca», la gasolina, el «ya tú sabes», el perreo y el «yo soy tu gatita» se nos ha ido la mano. O la cabeza. Recuerden aquello de «si levanto tu falda, me darías el derecho a medir tu sensatez». Lo proponía Romeo Santos en pleno apogeo de canciones con una dudosa calidad lírica. En otros casos, costaba hasta saber qué nos querían decir: «Aunque sea fancy, se pone cranky si lo hago romantic». Eso cantaba literalmente Plan B en uno de los hits de 2014, pero es evidente que hay algunos ejemplos que chirrían más que otros. Ahí está aquella declaración de intenciones de J. Balvin: «Y esto no para hasta que estés sin conciencia, hay que perder la paciencia y que sueltes las piernas». El debate surge cuando las malas formas de unos salpican al buen trabajo de otros. ¿Su última víctima? Un clásico: Amaral.

El programa Skolae, diseñado por la Diputación de Navarra que lidera Uxue Barkos,tiene por objetivo integrar la igualdad en el sistema educativo. Para conseguirlo, obliga a los docentes a «no prohibir los juegos eróticos» que se puedan dar entre niños de cero a seis años y, además, les anima a no difundir canciones que promuevan la violencia de géneroentre sus adolescentes de 12 a 16. En su listado particular no aparecen las mencionadas en el primer párrafo, sino otras tantas del pop español de los 80, los 90 y los 2000. «Pensar que el reggaeton es el tipo de música más sexista en estos momentos es un error, ya que en los distintos estilos musicales existentes también aparece este machismo», explica la ficha del proyecto. Para ellos, «Sin ti no soy nada», de Amaral; «Contigo», de El Canto del Loco; «Tenía tanto que darte», de Nena Daconte; «Te espero sentada», de Shakira; «Me enamora», de Juanes, y «Un violinista en tu tejado», de Melendi reúnen ese requisito. Pero, ¿son realmente machistas?

«No lo son», avanza Sabino Méndez, compositor español de rock, conocido por su trabajo como guitarrista del grupo Loquillo y Los Trogloditas. Sobre el caso más candente, tienen una opinión muy concreta. «Eva y Juan retrataron una situación que todos conocemos bien. En ningún momento dicen que sea buena o mala, solo dejan constancia». «Sin ti no soy nada» es una canción que fue compuesta por Juan Aguirre y publicada en el disco «Estrella de mar». Está considerada como una de las 200 mejores canciones del pop rock español, según la revista «Rolling Stone». De hecho, su puesto 67 solo fue la antesala a un premio Ondas y otro de la Música. Si entonces no se cuestionaron las intenciones del dúo zaragozano con su letra, ¿por qué ahora sí? «Mi alma, mi cuerpo, mi voz no sirven de nada porque yo sin ti no soy nada», decían. Pero Méndez insiste: «El arte siempre ha estado ahí para dar fe de lo que hace el ser humano, no para hacer el mundo más bonito».

El problema es que la moda de las revisiones musicales no tiene límites. Y antes de que Uxue Barkos lo predicase, ya lo intentó el rapero Nega. En agosto del año pasado, publicó un tuit para denunciar el «clasismo» y «racismo» que impera en la sociedad tras conocerse la falsa noticia de un DJ que fue apaleado por pinchar diez veces «Despacito», de Luis Fonsi. Se estableció una conversación con otros tantos tuiteros en la que el antiguo líder de Los Chikos del Maíz aseguraba que la sociedad era menos permisiva con las letras del rap o el reggaeton que con las del rock o el pop. Y, como contragolpe, citó a Amaral y Malú como ejemplos. Eva y Juan no tardaron en responder: «No más agresiones sexistas», se leía en su mensaje, que además enlazaba con el artículo de un blog en el que se repasaban algunos versos del grupo de Nega que ponen en evidencia el discurso contra el sexismo del rapero: «Por mamadas no hago baladas» o «Tu novia por una raya grita fuerte, me lo trago».

«Es una letra que compuso Juan hablando de un sentimiento que él tenía. A mí me resulta muy difícil poder considerarla machista. Habla de la dependencia emocional y yo, en algún momento, también me habré sentido así. No tuve ningún problema en hacerlo mío y cantarla», explicó Amaral en una entrevista con el diario «Público». Además, recalca que en ningún momento se está ensalzando ese «modelo de relación»: «Cuando alguien hace una canción hablando de la heroína no quiere decir que esté haciendo un alegato a favor de ella». Lo mismo ocurre en otros tantos casos: por ejemplo, cuando se les fueron los ojos a los hermanos de Estopa: «Por la raja de tu falda yo tuve un piñazo...»; cuando Joaquín Sabina se vio acorralado por una de sus canciones más famosas, «Contigo»; o cuando Loquillo dejó de decir de sí mismo que era feo, fuerte y formal, para querer «matarla a punta de navaja, besándola una vez más». «Estoy en contra de cualquier censura», argumenta Luis Alberto de Cuenca, filólogo, poeta y ensayista, Premio Nacional de Poesía 2015. «Esa lectura de las canciones del Loco está hecha muy a la ligera. Si se parasen a pensar, se darían cuenta de que el humor funciona de una manera muy especial».

Por eso, llama la atención que en el listado de la Diputación de Navarra se diferencien unas canciones de otras. Entre ellas, la que utilizó Bildu en su pasada campaña electoral: «Amargada, deslenguada, cabeza de chorlito, una bofetada para partirle el útero», cantaba La Chula Potra en «La bofetada». Poco o nada tiene que ver esta letra con la que plantean Amaral y compañía. Parece que, hoy, el mero hecho de cantar al amor o al desamor ya puede considerarse machista, sumiso o violento, pero la realidad es que los sentimientos se pueden traducir en muchas cosas y su reinterpretación puede llevar a confundirlos. «Una canción puede estar escrita por un cerebro absolutamente limpio de todo rastro de machismo y ser el oyente de dicha canción el que rebusca en ella matices negativos que jamás existieron en el mensaje original», mantiene Mikel Izal, líder de la banda Izal. «A menudo, se pone el foco exclusivamente en el escritor, músico, creador, cuando el pensamiento sexista puede proceder desde el receptor de la obra. Ese es igual un problema de educación: se malentiende sistemáticamente un texto que quizás no especifica el género y sexualidad de los protagonistas».