El desafío independentista

ERC quiere Gobierno pese a incrementar sus exigencias

Los republicanos retoman los contactos. Tras la consulta a las bases, el jueves se reanudan las conversaciones con el PSOE bajo la petición de un diálogo entre gobiernos

Gabriel Rufián, entre Roger Torrent y Pere Aragonès, en un mitin de la formación republicana a favor de la autodeterminación
Gabriel Rufián, entre Roger Torrent y Pere Aragonès, en un mitin de la formación republicana a favor de la autodeterminaciónAndreu DalmauEFE

ERC ha encarecido sustancialmente el precio de sus apoyos para la investidura de Pedro Sánchez con respecto al mes de julio, pero su voluntad sigue siendo colaborar para que haya Gobierno, una legislatura larga y evitar una repetición electoral. Las circunstancias en las filas republicanas han cambiado con respecto a hace unos meses, y eso obliga a endurecer las negociaciones: el escenario político se ha envenenado a raíz de la sentencia del «procés» y del retroceso del 10-N, cuando se dejaron dos escaños, y las elecciones catalanas están al acecho.

Pese a ello, el partido de Oriol Junqueras considera que sus condiciones son asumibles para el PSOE ya que toman como punto de partida la declaración de Pedralbes, suscrita el 21 de diciembre entre Gobierno y Govern, donde se apuesta por encontrar una solución democrática bajo un marco de «seguridad jurídica». ERC vuelve a pedir un diálogo entre gobiernos, como en aquella ocasión –aunque ahora despierta más recelos–, pero que perdure en el tiempo, con un calendario; que no haya condiciones, para que cada parte pueda hacer sus planteamientos –los independentistas propondrán el derecho de autodeterminación y la amnistía–; y con garantías para que todo lo acordado se cumpla.

Los republicanos pretenden facilitar la gobernabilidad del Estado, pero también quieren contraprestaciones a cambio y blindarse internamente, para evitar una nueva situación como en julio. Entonces, el apoyo gratuito que planteaba Gabriel Rufián desgastó mucho al partido de puertas afuera –de hecho, ese posicionamiento se convirtió en objeto de reproches durante la campaña del 10 de noviembre por parte de JxCat y la CUP– y de puertas adentro, porque la abstención de ERC en la investidura fallida de julio de Sánchez estuvo rodeada de una gran tensión internamente.

Como explicó este diario, en la reunión de la dirección de Esquerra que tenía que adoptar el posicionamiento se impuso la vía del bloqueo, abanderada por Marta Vilalta y Sergi Sabrià, derrotando a la vía del pacto o abstención, encabezada por el propio Junqueras, Rufián o Pere Aragonès. Ahora, para evitar situaciones parecidas, los republicanos han optado por consultar a las bases con una votación que tendrá lugar hoy y en la que han querido, en todo momento, proyectar unidad interna. Por ello, la carta que se envió el miércoles a la militancia para anunciar la consulta iba bajo el sello de Aragonès y Vilalta, los dos rostros visibles de cada una de las sensibilidades que conviven en el partido.

La votación se desarrollará durante toda la jornada y los resultados se conocerán a partir de las 21 horas, aunque el resultado será previsiblemente un masivo «sí». La pregunta que se formula es la siguiente: «¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?».

Tras las primeras tomas de contacto de la semana pasada, Partido Socialista y ERC retomarán las negociaciones este jueves. Esquerra contará con la voz de las bases que le permitirá apuntalar su unidad, marcar perfil frente a JxCat –cuya actitud condiciona en gran medida a los republicanos– y reforzarse de cara a las conversaciones con los socialistas.

ERC se ha instalado ante una comprometida disyuntiva: existe el temor de que su colaboración en la gobernabilidad con el Estado pase factura ante unas elecciones catalanas, pero también se extiende la inquietud, como ya ocurrió meses atrás, de que una repetición electoral pueda dar la mayoría a la derecha. Además, en Esquerra también son conscientes de que un gobierno de coalición entre PSOE y Podemos es mucho más propicio para el diálogo y abordar la crisis política en Cataluña.

Pero más allá del miedo que puede despertar ante la proximidad de una cita electoral, ERC también podría rentabilizar un acuerdo con el PSOE. En estos momentos, el independentismo se ha marcado como objetivo más inmediato sentar en una mesa de negociación al Gobierno, dejando de lado los desafíos rupturistas más estridentes, por lo que una entente en la que los socialistas asuman las exigencias de Esquerra, no podría ser recibida con la misma hostilidad que los movimientos de julio.

Mientras todas las miradas se posan sobre ERC, JxCat reiteró ayer su rechazo a facilitar el desbloqueo político en España «a cambio de nada», En una visita a Lérida, la líder de los neoconvergentes en el Congreso, Laura Borràs, sin embargo, manifestó la voluntad de su grupo parlamentario de dialogar.