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Michael
Holyland

Capitán galáctico a los 15 años

Michael_Holyland

La tecnología ha cambiado la manera en la que entendemos la vida y ahora está presente en absolutamente todos los espacios de nuestro día a día, sustituyendo, incluso, acciones que ya apenas recordamos de forma analógica. Este es el caso del ocio de niños y adolescentes, que cada vez más tiempo dedican delante de la pantalla ante nuestra preocupación, pero… ¿está justificada esta intranquilidad?

Cuando se habla de videojuegos, suele hacerse desde una perspectiva negativa en la que solo se percibe una atmósfera de violencia y brutalidad. Sin embargo, a veces, aunque pueden servir de escenario para comentarios o actitudes censurables, no lo son más que un campo de fútbol o el patio de un instituto

Entonces, ¿puede ser que el problema con los videojuegos tenga que ver más con la cultura de “fuera” que con el juego en sí?

Not a game es un documental que aborda el papel de los videojuegos en la socialización de nuestros niños a través de la visión de especialistas, gamers y figuras destacadas del gaming y los eSports, yendo más allá de la alarma fácil e investigando las posibilidades de futuro de un mundo que, a los adultos, por desconocido, les produce cierto recelo. 

Pero, sobre todo, Not a game muestra cómo los videojuegos han cambiado radicalmente la vida de algunos chavales.

La historia de
Michael Holyland

A Michael Holyland le diagnosticaron leucemia, una forma de cáncer de la sangre con un pronóstico poco alentador. 

Con tan solo 9 años, Michael cambió las paredes de su habitación por las blancas cortinas de hospital y, durante 6 años, estuvo de forma intermitente recibiendo tratamientos, muchos de ellos muy agresivos.

Sin embargo, Michael nunca perdió la sonrisa y las ganas de divertirse propias de su edad y siguió jugando a las cosas que más le gustaban, como los videojuegos. Así, pasaba las horas en el hospital jugando a su favorito, Elite Dangerous, desarrollado por Frontier Developments.

Elite no era un videojuego de buenos o malos, sino una forma de surcar el espacio y descubrir nuevos mundos por la galaxia con el relato épico propio de una conquista. El juego recrea la Vía Láctea con escala de 1:1 y ofrece la libertad de viajar por sus más de 400 mil millones de sistemas estelares.

Gracias a su formato multijugador, la familia de Michael pudo estar cerca del joven también en este plano. A través de las partidas, Michael conectó con sus seres queridos y pudo, desde su camilla, divertirse y abstraerse a miles de años luz de esa habitación de hospital. Consciente de ello, su tío Matt twitteó lo especial de que Michael disfrutara tanto navegando por este espacio virtual sin saber si lograría vivir para completar el juego.

Y entonces, Internet hizo su magia.

15 de mayo
Este tweet llegó hasta los oídos de Frontier Developments y algunos de sus empleados fueron a visitar a Michael. La historia se hizo pública en los foros del videojuego y páginas similares y movilizaron a miles de jugadores de todo el mundo a mandar sus ánimos a Michael y a invitarle a más aventuras en el videojuego.
18 de mayo
Conmovidos por la pasión de Michael por el juego, en la compañía se propuso escribir una pequeña historia, ambientada en el mundo de 'Elite' en la que Michael fuera el héroe, y plasmarla en audio para cuando el pequeño no pudiera jugar con normalidad debido a las dificultades que le afectaban la visión.
19 de mayo
¡Y manos a la obra! Al día siguiente, contaban con un guion de nada menos que 7.000 palabras; dos días después, tres actores de doblaje profesionales materializaron la historia y 24 horas después, estaba todo montado, dando lugar a una heroica ficción en audio.
21 de mayo
Michael escuchó su propia historia muy feliz, absorbido por la acción y mostrando destellos de orgullo cuando en la narración se hacía mención a su fortaleza frente a los logros médicos por los que había pasado en la realidad.
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Al día siguiente de escuchar su propia historia, Michael no pudo más en su lucha. 

Moría el 22 de mayo de 2019 con tan solo 15 años.

Elite hizo, en palabras de su propio tío, que Michael pasara unos últimos momentos feliz, al otro lado de la galaxia, muy lejos de la triste realidad de un hospital.

La superación personal como forma de vida

Los videojuegos pueden hacer que muchos niños y adolescentes encuentren una vía de evasión que les permita canalizar la realidad que les rodea. Muchos, como Michael, sobrellevan el aislamiento por su enfermedad con este tipo de entretenimiento que ofrece la opción de multijugador, sintiéndose así un poco menos “raro” y sí más parte de un equipo, tal y como le ocurriría si pudiera estar en el colegio.

El valor de los videojuegos en estos casos es innegable. En otros, el gaming sirve de forma de expresión de su propio talento, alcanzando no solo fama y reconocimiento, sino las primeras posiciones en competiciones mundiales y un lugar privilegiado en una élite reducida en una industria fuerte y sólida.

Para Michael, Elite no fue solo un juego. Para Michael, y para muchos otros, el videojuego fue su vida.

Michael_Holyland

'Not a game' está disponible en #0 de Movistar+

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